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Sociedad

El túnel de las redes sociales

  • Aunque está prohibido el uso de Tuenti, Facebook y otras redes a menores de 14 años, lo cierto es que miles de niños y adolescentes se inician mucho antes y hacen depender sus relaciones sociales de la pantalla del ordenador

La red social española Tuenti, el álter ego de su gran competencia norteamericana, Facebook, tiene 8 millones de usuarios en España, de una media de edad de 24 años, y creciendo. Es el boom en internet desde 2004, de tal forma que cualquiera que hoy quiera decir algo, tiene que estar ahí. Su influencia y su impacto ya no se discute, pero sí se ponen en cuestión algunos de sus métodos y la cierta incapacidad que tenemos de controlar el contenido de lo que allí depositamos, sea lo que sea, sobre todo si se trata de menores de edad, incapaces de comprender plenamente la magnitud de lo que hacen. Por ello, han saltado las alarmas en las familias, con muchos padres incapaces de entender lo que hacen sus hijos y unos usos sociales muy distintos y desconocidos que ocupan gran parte de su tiempo e interfieren en las horas de estudio y formación. Es más, el teléfono móvil empieza a ser secundario y el mensaje en la red social está sustituyendo al SMS.

El pasado día 12, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, afirmó que tenía un perfil falso en Tuenti para seguir la pista a sus hijos "como si fuera un chico más". Polémicas declaraciones que ponen de manifiesto la existencia de dos visiones de la realidad y la fractura entre ambas, que tiene su lado más amargo en la joven Marta del Castillo, cuyos padres desconocían su vida y sus relaciones en internet, mientras que ella había subido más de 900 fotos en poco más de un año de uso de su Tuenti. Las preguntas, por tanto, siguen en el aire: ¿cualquier niño puede hacerse un perfil en una red social sin problema alguno?, ¿cómo nos defendemos de un uso indebido de nuestra identidad o de un ataque frontal a nuestra privacidad?, ¿debemos prohibir a los menores el uso de las redes sociales o simplemente controlar el tiempo y el lugar de su uso?

Algunas ideas ya se han dado, como el Partido Popular, que planteó en el Congreso, el pasado septiembre, la posibilidad, luego olvidada, de que los menores de 18 años necesiten de una autorización paterna para poder pertenecer a redes sociales y que sus perfiles sean privados. Lo que está claro, como marca la ley, es que ningún menor de 14 años puede tener un perfil. Natalia Martos, directora Jurídica y de Privacidad de Tuenti afirma que investigan los perfiles, a la búsqueda de menores de esa edad y, ante la sospecha, "se les pide que aporten un documento de identidad y, si no lo hacen, a las 96 horas borramos el perfil", porque esta red social, constituida como una sociedad limitada con domicilio en Madrid, está sujeta a todos los efectos al control de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), "y esa es la garantía que damos a quienes tienen un perfil con nosotros; además, si el usuario tiene menos de 18 años, activamos el grado máximo de seguridad y sólo se le permite interactuar con sus amigos y siempre están muy visibles los botones para denunciar fotografías o mensajes inadecuados, contra los que actuamos inmediatamente". Es decir, no hay que lamentarse, hay que denunciar de inmediato ante la propia red social y luego ante la Agencia de Protección de Datos -http://www.agpd.es- la existencia de contenidos inadecuados y exigir su retirada inmediata. ¿Se puede recomendar una red social por encima de otra? Cada una tiene sus ventajas. Facebook, por ejemplo, ofrece múltiples oportunidades de interacción y comunicación y se puede coordinar con otras aplicaciones, como Twitter, lo cual resulta muy práctico Tuenti, además de estar radicada en España y sometida plenamente a nuestra legislación, no permite que cualquiera se haga un perfil; tiene que ser invitado por otro miembro, lo cual es un punto mayor de garantía. Igualmente, Tuenti no permite que los buscadores indexen sus contenidos, lo cual evita que nuestro nombre aparezca de improviso en cualquier búsqueda de Google. Por cierto, de vez en cuando coloque el nombre de su hijo o el suyo propio entre comillas en Google "nombre apellido apellido" y de esta forma estará seguro de que su vida en la Red no se está volviendo complicada.

Antonio Troncoso, director de la AEPD, insiste en que "las redes deben emplearse preferentemente para compartir información con los amigos, no para invitar a desconocidos, aceptando compulsivamente solicitudes de amistad, porque, a veces, se ofrecen determinados datos o se introducen fotografías comprometidas que no se darían en la vida off line". Para Troncoso, "los jóvenes piensan que mantienen el control de los datos incluidos en una red social o que la información publicada no les va a perjudicar en un futuro a sus relaciones personales o profesionales". "No hay que admitir espacios de impunidad. Cuando un usuario considere que sus derechos se han vulnerado, debe denunciar los hechos a los administradores de la red social para solicitar la retirada del comentario o de la fotografía, además de bloquear a la persona. Los usuarios pueden ejercer el derecho de cancelación y los hechos pueden ser denunciados a la Agencia de Protección de Datos; además existe una responsabilidad personal, tanto civil como penal, por vulnerar el derecho al honor o a la intimidad".

En todo caso, a quienes crean que han llegado tarde a esta visión digital de la vida y se vean superados por una realidad que impone su ley, hay que recordarles que está en juego el futuro y la tranquilidad de nuestros hijos y que es urgente, por lo tanto, acercarse a las redes sociales con interés en adivinar sus claves. Hágase un perfil y contacte con gente de confianza, hasta que vea dónde puede llegar su uso. Incluso, puede que se divierta y mucho. Luego coméntelo con sus hijos y conserve la confianza en ellos; eso sí, marcando unas normas horarias, de uso y no de abuso, replanteándose la posibilidad de que tengan el acceso a internet en su propio cuarto y derivando estas actividades a un lugar concurrido de la casa donde podamos estar atentos a posibles situaciones de peligro. Nos estamos jugando mucho y lo mismo que ningún padre dejaría a su hijo ir solo, de madrugada, por la calle, igual debe estar atento a que no se produzcan situaciones de las que luego haya que arrepentirse.

Las redes sociales pueden ser buenas si se usan con equilibrio y espíritu práctico y los docentes están también empezando a usarlas en sus relaciones con los alumnos porque es una forma muy efectiva de transmitir conocimiento. Eso sí, piense que ya no prima la memorización, ahora los más jóvenes han aprendido a encontrar rápidamente en la Red lo que buscan y quieren aplicarlo de inmediato para, de paso, compartirlo con un amigo, que puede estar a muchos kilómetros de distancia.

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