J.J. Vargas y Alberto Amador Gil. Autores del libro 'House, patología de la verdad'

"Es difícil que una historia clínica de 'House' pueda llegar a ser real"

  • El ensayo crítico sobre la serie recién concluida considera que gran parte de los fallos detectados se deben más a exigencias de la trama que a errores de los guionistas.

Durante años, los diagnósticos del doctor House han sido aplaudidos por sus compañeros del Princeton Plainsboro y han dejado boquiabierta a la audiencia de medio mundo. Pero la genialidad del galeno queda ahora en entredicho con la obra House, patología de la verdad, una publicación de J.J. Vargas que, con la colaboración del doctor Alberto Amador Gil, pone de manifiesto los errores médicos de la serie recién finalizada.

-¿De dónde parte la idea de hacer un libro como éste?

-J. J. Vargas (J.J.V.): Tengo bastante tendencia a asumir retos absolutos. Cuando mi editor me propone un posible proyecto, yo le digo: muy bien, vamos a conseguir el libro definitivo sobre esto. En el caso de House lo teníamos difícil, porque es una serie muy compleja, tanto en lo ideológico como en lo científico. De ahí que requiriera al doctor Alberto Amador Gil, un contrastado médico, para asumir el capítulo dedicado al análisis puramente científico de la serie.

-Han analizado siete de las ocho temporadas de la serie ¿Cuál es el error que más se repite?

-Dr. Amador (A. A.): Posiblemente el error que más se repita, o al menos el que más llama la atención, es el uso de tratamientos o medios diagnósticos arriesgados sin que estén realmente justificados por la situación clínica o el diagnóstico impreciso del paciente. Algunos ejemplos son los transplantes de médula ósea, la radioterapia, la quimioterapia o la desfibrilación sin estar indicados en el momento.

-Por contra, ¿En alguna ocasión han aplaudido diagnósticos que, a priori, pudieran ser disparatados? ¿Cuál ha sido la historia que más les ha impactado?

-A. A.: Aunque es difícil que una historia clínica de House pueda llegar a ser real, hay diagnósticos muy bien logrados, sobre todo en las primeras tres temporadas. Es difícil destacar un único episodio, pero algunos de los mejores fueron el del tratamiento erróneo con colchicina (temporada 1 capítulo 3), la intoxicación por oro (temporada 2 capítulo 15), o los traumas por el palillo de dientes ingerido (temporada 3 capítulo 13).

-¿En algún momento se han llevado las manos a la cabeza o han soltado una carcajada con lo que dice Gregory House?

-A. A.: Es difícil no hacerlo con muchas de sus frases sarcásticas. Si se refiere al terreno médico, en algunos episodios llega a conclusiones imposibles, como en el 1.20 cuando explica cómo le llega el trombo de la osteomielitis al cerebro al paciente. Pero no debemos olvidar que se trata de una serie de televisión cuyo principal objetivo es impresionar a la audiencia, no enseñar medicina.

-J. J. V.: Y sin embargo, no debemos olvidar que House no es una serie de ciencia ficción, sino que tiene una base científica sólida y bien trabajada. Sus "diagnósticos difíciles" no pasan en segundo plano mientras los protagonistas se enamoran y se ponen los cuernos, sino que son la esencia de la serie y, en la mayoría de los casos, son una metáfora magnífica de lo que les ocurre a los protagonistas. Recuerdo el capítulo en el que House pretendía "romper el corazón" de un paciente para salvarlo, simplemente porque su propio corazón estaba sentimentalmente roto.

-Los fallos detectados ¿se deben más a un error de guión o a una exigencia de la trama para mantener la atención del espectador?

-A. A.: Yo creo que la mayoría se deben a exigencias de la trama. De hecho, algunos de los errores que no afectan a la trama se deben a la traducción de la serie al castellano, como la confusión entre ántrax y carbunco (1.13) o la lesión cerebral de Nick (5.17), localizada en el lóbulo cerebral erróneo.

-Este tipo de errores ¿Se detectan también en series médicas españolas como Hospital Central?

-A. A.: Claro que sí. Una serie de televisión, aunque se base en la realidad, se ciñe a un tiempo reducido en el que debe contar una historia e impresionar al espectador para que quiera ver el siguiente capítulo. A veces es necesario usar estrategias como que las enfermedades pasen a un segundo plano, centrarse en lo emocional o "disminuir la carga científica" para que el espectador quede satisfecho.

-Después de estudiar por activa y por pasiva House ¿Dónde creen que radica su éxito?

-J. J. V.: No es una pregunta fácil, y precisamente en la introducción del libro intento responderla. Pienso que el porqué del éxito de House puede encontrarse precisamente en la respuesta a por qué nos interesa conocer el porqué de su éxito. Todos buscamos la verdad, el ser humano ha intentado encontrarla a lo largo de su historia con la religión, la filosofía y la ciencia, y la serie tiene mucho que decir precisamente en esos tres campos. A mi juicio ahí está la clave… Ahí y en las burradas que es capaz de soltar su protagonista, claro.

-En una época de recortes sanitarios como en la que estamos, ¿sería posible que el doctor House rodara esta serie en un hospital español?

-A. A.: No me cabe la menor duda. A pesar de la época por la que estamos pasando, creo que la sanidad española no tiene nada que envidiarle a la que nos muestra la serie. De hecho, aún recuerdo en la primera temporada el enfrentamiento que tiene House con el nuevo inversor del hospital, una escena que esperemos esté aún lejos de que ocurra en nuestros hospitales.

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