TV-Comunicación

De Locomotoro a Barullo

  • Dos fans analizan en un reciente libro 'Los Chiripitifláuticos', el espacio infantil que fue cancelado con la llegada de 'El circo de TVE' hace 40 años

Le decían "nadáfora", porque eso de "chiripitifláutico" no significa nada en concreto. Se inspira en el trabalenguas "Supercalifragilístico…" de Mary Poppins, que era la película que estaba de moda cuando en 1965 Antena infantil se convertía en el contenedor vespertino de una TVE en blanco y negro y bastante monótona. Cuando por allí aparecían Boliche y Chapinete (Joaquín Portillo había sido Top, el amigo de Tip, en la radio) animando a los niños, el cristal se convertía en una fiesta. Además de sus diálogos el dúo daba paso a actuaciones circenses y rondallas escolares. Todo muy pionero, como Krusty el Payaso en Los Simpson, que viene a parodiar esa televisión infantil de otro tiempo. Boliche, Chapinete y el payaso Patatín, que llegó a ser encarnado por Isabel Pisano, la que protagonizó bastante después Bilbao de Bigas Luna, se quedaban cortos y anticuados. El argentino Óscar Banegas, uno de los creadores más inquietos de aquella TVE que se mudaba a Prado del Rey, se sacó de la manga a un aventurero trolero, el Capitán Tan, a cargo de un joven actor bastante expresivo, Félix Casas. La televisión para los niños españoles comenzaba a cambiar. A partir de entonces sería "chiripitifláutica".

Dos incondicionales de Antena infantil, Cruz Delgado Sánchez (hijo del creador de la serie animada Don Quijote) y Jorge San Román, han publicado un libro que recoge todo el material fotográfico de un imaginativo espacio que se extendió durante casi diez años en la programación de la Primera Cadena y quedó grapado a la memoria sentimental de una generación. Chiripitifláutico es don José, remedando la sintonía que en los 70 compusiera Julio Mengod, editado por Diábolo, recorre la historia de las aventuras del Capitán Tan y de sus compadres que se fueron sumando desde 1965, Locomotoro-Francisco Cano, Valentina-Mari Carmen Goñi y el Tío Aquiles-Miguel Armario. Un cuarteto glorioso. El volumen relata cómo las aventuras de los 'Chiris' fueron tapando al resto del programa y de las multitudinarias galas que llegaron a congregar en ciudades como Sevilla, Córdoba o Cádiz. Eran las principales estrellas de aquella televisión sin mando a distancia (porque no hacía falta), en la que mandaba un tal Adolfo Suárez.

La imaginación de Banegas fue incorporando a Los hermanos Malasombra, "más malos que la quina" , unos antihéroes de lo más naif; y los celos de este productor ejecutivo llevaron a cesar a Locomotoro porque Paquito Cano disfrutaba de galas por su cuenta y de un próspero negocio inmobiliario. Cuando el programa se recuperó, como episodio diario de diez minutos en 1973, se difundieron bulos sobre Cano, que no volvió a ponerse la boina. En esa segunda etapa, ya como Los Chiripitifláuticos, se incorporaron Poquito y el circo de Don Mandolio, Fileto o Barullo, el pizpireto niño negro que interpretaba Santiago Martínez.

Mari Carmen Goñi ha repetido en todas sus conferencias sobre aquel programa que los directivos de TVE cancelaron Los Chiripitifláuticos por "obsoletos", porque "eran más cursis que Walt Disney". La caída de los de Óscar Banegas coincide, hace 40 años, con el meteórico ascenso de los payasos de la tele. Los Aragón se zamparon a Los Chiripitifláuticos. El libro, eso sí, no detalla quiénes fueron los verdaderos responsables de una cancelación, en enero de 1975, que sorprendió a todos.

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