Toros

Diego Ventura retoma el vuelo

  • El rejoneador sevillano corta cuatro orejas en una actuación sólida y muy espectacular y abre la Puerta del Príncipe · Hermoso, ante el peor lote, deleita con una lidia de muchos quilates y Bohórquez templa

GANADERÍA: Corrida de Fermín Bohórquez, de desigual comportamiento, en la que los mejores fueron el tercero y el que abrió plaza. TOREROS: Fermín Bohórquez, tres pinchazos y un descabello (silencio). En el cuarto, dos pinchazos y un rejón (silencio). Pablo Hermoso de Mendoza, cinco pinchazos (saludos). En el quinto, cuatro pinchazos y rejón (silencio). Diego Ventura, pinchazo y rejón con vómito (dos orejas). Rejón fulminante (dos orejas). Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Domingo 11 de abril de 2010. Lleno. Ventura abrió la Puerta del Príncipe.

El rejoneador Diego Ventura se alzó triunfador del festejo de rejones celebrado ayer en la Maestranza, tras una actuación completa en la que imperó la espectacularidad, y cortó un total de cuatro orejas. Pablo Hermoso de Mendoza, muy por encima de un pésimo lote, y Bohórquez, con un bello toreo campero, no pudieron triunfar.

Tras los primeros compases del toreo a pie, se celebró ayer este espectáculo de rejoneo en el que los protagonistas, en gran medida, son ese ejército de caballos alados, maravillosos, a los que únicamente les falta hablar. Los tendidos se renovaron con un público más proclive a divertirse en un festejo muy distinto en exigencias al toreo a pie. Un espectáculo que se presentaba como un nuevo duelo entre Hermoso y Ventura, con el permiso del telonero Bohórquez. Todos los trofeos fueron a manos del sevillano nacido en Lisboa. Pero, en honor a la verdad, Hermoso deleitó con una lidia de muchos quilates ante el lote más complicado y Bohórquez brilló en algunos pasajes por su temple, dentro de su habitual y sobria tauromaquia campera.

Diego Ventura recogió bien -caracoleando encima de su cabalgadura- al tercer astado, el mejor del encierro, que resultó manejable. Se lució en banderillas y llegó fundamentalmente al tendido cuando Morante mordió por tres veces al toro. Tras un pinchazo, en el que se empleó en un frenético carrusel, y un rejón que provocó vómito al astado, el presidente sacó los dos pañuelos a la vez, para premiar la labor con dos orejas. Faena intensa y con fuerza, en la que clavó con acierto y legó con suma facilidad a los espectadores.

Ante el sexto, la faena tuvo sus dificultades por la mansedumbre del astado, con tendencia constante a los tableros. Aquí estuvo mejor Ventura, con menos alardes efectistas y mayor chicha lidiadora. Dio la talla de un torero cuajado. Se entregó en un esfuerzo denodado por obtener el éxito, que consiguió manejando a Orobroy y otros dos nuevos caballos de su amplia y magnífica cuadra: Triana y Revuelo. Hubo un par de quiebros que conquistaron al personal y también clavó arriesgando mucho. Como colofón, cortas, y varios desplantes, como el del teléfono. Uno de sus auxiliadores fue pitado en varias ocasiones, por intervenir reiteradamente, sacando al toro de sus querencias. En la suerte suprema clavó otro rejonazo fulminante, también con vómito del astado, para desorejar a su segundo oponente.

Pablo Hermoso de Mendoza estuvo pletórico ante un manso lote. Con el segundo, un animal muy deslucido, que pareció mejor en sus manos, se lució parando al ejemplar de Bohórquez en el primer tercio. Brilló con Chenel y hubo toreo por los adentros, con auténticos trincherazos. Arriesgó en todo momento una barbaridad y estuvo soberbio al prender un par a dos manos. Todo lo emborronó con el rejón de muerte y perdió premio. Con el quinto, un manso aquerenciado en tablas, lidió con poder y conocimientos. Erró de nuevo en la suerte suprema.

Fermín Bohórquez se lució con un toreo campero muy bello y suave, sin vender en ningún momento la mercancía a la galería. Con el noble, pero sosote, primero, carente de fuerzas, destacó por su temple y se lució especialmente en un banderilla al estribo y en otra de frente. Fabuloso Sinfonía, en la que puede ser su última actuación en la Maestranza. Como suele sucederle al jerezano en demasía, falló a la hora de la verdad con el rejón de muerte. Al cuarto, que se lastimó al comienzo de la lidia en los cuartos traseros y lo acusó durante la faena, el torero jerezano lo recibió a portagayola. Entre sus mejores pasajes destacó un par a dos manos con Melero. De nuevo, fallo con los aceros.

El festejo se lo llevó de calle un espectacular y sólido Diego Ventura, que del ruedo a la calle fue encumbrado a hombros, en el primer triunfo de Puerta del Príncipe de esta Feria de Abril de 2010. De nuevo, tras una lesión por la que pasó por el quirófano a finales de la pasada temporada, Diego Ventura retoma el vuelo con mucha fuerza.

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