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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Pedro Tabernero

Fórmula química de Tintes y Vidrio

  • Químico de profesión, es pionero en multitud de iniciativas artísticas, introdujo el cómic en Sevilla, ilustró a poetas del 27 y canciones de Aute y Leonard Cohen.

PODRÍA, por qué no, hacer una gymkhana de sí mismo: busque un sitio de esta ciudad, de su cogollo, sobre el que no haya trabajado Pedro Tabernero (Sevilla, 1951). Nació en la calle Armenta, "entre Tintes y Vidrio". A mayor escala, entre las puertas de Carmona y de la Carne. Hacemos la prueba y es imposible encontrar algo ajeno a sus afanes.

Museo de Arte Contemporáneo (calle Santo Tomás, hoy Archivo de Indias). "Aquí organicé en 1971 la primera exposición de cómic de Europa. Duraba un mes, pero a los 25 días sufrió los efectos de la censura por un dibujo tipo Barbarella. En el catálogo colaboraron José Ramón Sierra y Víctor Pérez Escolano".

Plaza de Santa Marta. "En ella se iniciaba la historia de un editor que sólo hacía un ejemplar de cada libro, como bien escaso. Con ilustraciones de Alfredo". La Giralda. "La torre más bella del Islam, decía Pablo Emilio Pérez Mallaína cuando volvíamos del colegio. En un trabajo sobre la ruta de Wasington Irving hay una vista espectacular. También está en el libro Describiendo Sevilla". Archivo de Indias. "Saldrá el libro De lo que vi en las Yndias donde colaboran Juan Gil, Alfredo Jiménez Núñez, Faustino Menéndez Pidal, Carlos Martínez Shaw, José María Merino".

Turistas en Mateos Gago. "Como tengo que atender a mucha gente que viene de fuera, siempre me preguntaban por el símbolo del No&Do, que aparece en azulejos, en el camión de los bomberos o el hotel Alfonso XIII. Hicimos quince mil fotos del símbolo más antiguo de España, de las que publicamos quinientas". La realidad desmontó la leyenda alfonsina, pero con una frase de El hombre que mató a Liberty Valance se quedó con la segunda.

Estudió en el Miguel de Mañara y el San Francisco de Paula. Agradece a sus padres que lo liberasen de dos servidumbres muy sevillanas, el fútbol y las cofradías. Barrio de Santa Cruz. "Hice una guía donde no doy ninguna pista de mis bares secretos". Calle Jamerdana, donde nació Blanco White. "Está en un libro sobre la Sevilla literaria". Entre Tintes y Vidrio, premonición del callejero del pionero de la novela gráfica, creció este moderno entre tradiciones. Una pareja de novios en la plaza del Triunfo. "Antonio Domínguez Ortiz define esta zona como el mejor cahíz de la tierra en una frase que se repite mucho y publicó por primera vez en un artículo que le pedí para la revista de El Monte".

Puerta de Jerez. Palacio de Yanduri. Con Vicente Aleixandre inició la serie Poetas y Ciudades a la que después incorporó a Lorca, Juan Ramón, Borges y próximamente a Pedro Salinas, que vivió y enseñó en Sevilla pero se lo lleva a Puerto Rico y su visión del mar en El Contemplado. Con Borges, al que recuerda en 1985 en los Venerables y en Pilatos, y con Salinas pone en marcha lo que llama gancho emocional. Para ilustrar Fervor de Buenos Aires, eligió a un ilustrador argentino, Pablo Racioppi, que se declaraba a sus novias recitándoles versos del libro del que se cumplen noventa años. Para el de Salinas eligió a Ivan Chermayeff, autor de los logos de Armani, el Moma o Nacional Geographic, que vivió con sus padres en Puerto Rico, la isla evocada por el autor de La voz a ti debida.

El bar Las Teresas sabe a los cursos de la Menéndez Pelayo. "Nunca fui de cursos ni de profesores. Me gusta más la acción que la teoría". Esa universidad sólo la relaciona con el trabajo fotográfico del amigo común Atín Aya. En Las Teresas tuvo uno de sus últimos encuentros con Heinz Eidelmann, el dibujante checo que diseñó la mascota de la Expo.

El explorador del Archivo de Indias acaba de regresar de la India, que recorrió desde el Himalaya hasta Goa. Ha implicado a cinco artistas de ese país para uno de sus proyectos. Editó ochenta canciones ilustradas de Leonard Cohen y otras tantas de Luis Eduardo Aute. Del primero evoca dos estampas sevillanas. Las dos juveniles, remotas. Una, un recital del canadiense en el Prado San Sebastián; otra, el viaje de fin de carrera con el curso de Química 74 a Londres y la visión de Pájaros en el alambre, la primera película de Cohen. "Cuando estábamos con el libro, le dieron el Príncipe de Asturias". En Oviedo lo conoció en persona y le dio dos ejemplares.

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