Final Liga Europa · Dnipro-Sevilla

El Sevilla culmina su póquer de leyenda (2-3)

  • La cuarta copa convierte al equipo de Nervión en el más laureado de la segunda competición europea tras la victoria ante un eficaz y rocoso Dnipro. Bacca, por partida doble, y Krychowiak, goleadores de un título que lleva a la Champions.

Leyenda del fútbol. Se dice pronto, pero quizás sólo el paso del tiempo hará que se tome consciencia de lo que el Sevilla FC ha conseguido en Varsovia. Su cuarta Liga Europa en diez años. Una década meteórica que le aúpa como leyenda del fútbol europeo, y mundial, con el hito de convertirse en el equipo más laureado de la historia de la segunda competición europea. Póquer de campeón que ha culminado sufriendo, como  llegó el año pasado a una final por la que pocos apostaban y que se llevó contra pronóstico plantando los cimientos sólidos de este equipo campeón armado por Unai Emery.

Hoy, sin embargo, los augurios eran más favorables, hasta que empezó a rodar la pelota... Un Dnipro muy físico y eficaz, y también inexperto, vendió cara su derrota pese a que muchos le daban por vencido antes de saltar al resbaladizo césped del Estadio Nacional de Varsovia. Los ucranianos sacaron a relucir la madurez del equipo sevillista, que, lejos de desquiciarse ante el gol casi inicial del rival y del empate justo antes del descanso tras remontar, mantuvieron la calma y confiaron en su juego. Así llegó el pleno de victorias en finales que eleva al Sevilla a mito y a la fase de grupo de la Liga de Campeones. Bonus extra del torneo este año y siguente reto sevillista.

Se hablaba mucho en la previa del favoritismo del Sevilla y pronto le quedó claro al equipo de Unai Emery que no podía relajarse ni un segundo ante los ucranianos. Los sevillistas salieron dominando ante un Dnipro con mucho respeto y las ideas muy claras. Tan claras que en el minuto siete un balón largo lo bajó con facilidad Kalinic para Matheus, que le ganó la partida a Tremoulinas y centró para que el croata, de cabeza, diera la primera sorpresa al Sevilla. Una ocasión prácticamente de la nada y un gol. Lo mejor, que ocurrió pronto.

El tanto dejó anestesiado al Sevilla unos minutos hasta que despertó con una ocasión de Vitolo y un disparo de Reyes que salió rozando el palo. El empeño por entrar por el interior estaba minando a los sevillistas en la ahora más que nunca poblada zaga ucraniana. Con Aleix demasiado tapado, las subidas de Tremoulinas empezaron en convertirse en el punto débil del Dnipro, que concedía muchos saques de esquina ante el empuje sevillista, pero no ocasiones, dado el poderío de su portero en el juego aéreo... Y debajo de los palos, donde abortó un cabezazo picado de Krychowiak que se colaba ya en la portería.

Vista la poca eficacia del balón colgado al área, en un saque de esquina precedido de otra ocasión de Reyes tras un gran pase de Banega, llegó el empate. Saque en corto, balón a media altura que baja Bacca para Krychowiak y el polaco acierta a colar la pelota entre una maraña de piernas en el minuto 28. Lo más difícil estaba hecho, pero la cosa se iba a poner más propicia todavía sólo tres minutos más tarde. Balón sacado desde la defensa y en cuatro toques, mención especial a la genialidad al espacio de Reyes, y Bacca salva la salida del portero para hacer el segundo a placer. Un vuelco al partido en un pis pas ejemplo de la pegada que el Dnirpo tenía enfrente.

Cuando más de cara parecía la partida, los de Emery dieron un paso atrás en busca de matar a la contra que provocó la reacción de los ucranianos. Avisó Konoplyanka, la referencia ucrania, con un derechazo que Rico sacó de la escuadra. Acto seguido, a punto estuvo de salirle el plan al técnico sevillista en una contra dirigida por Vitolo que acabó con disparo de Vidal cerca de la escuadra. Una ocasión que dio paso a tres minutos nefastos para el Sevilla. Una acción de Kolo en el enésimo balón largo a Kalinic fue interpretada por Atkinson como falta. Rotan, de tiro suave, rebasó la barrera e hizo el empate ante la reacción tardía de Rico. Gol de los que se dicen psicológicos en el minuto 44. Y mejor que hubiera acabado la primera parte con el tanto, porque todavía dio tiempo a que Krychowiak se hipotecara con una amarilla cortando un contraataque.

El objetivo tras el descanso era reponerse. Al conjunto hoy de rojo le costó entrar en el partido y el Dnipro aprovechó para intentar sorprender de nuevo en el inicio. Esta vez encontró justo premio a sus esfuerzos y no inquietó la meta de Rico. Poco a poco los de Emery se hicieron de nuevo con el control, aunque con menos autoridad que en la primera media hora de la primera mitad. Pero el Sevilla cuenta con tantas versiones que no le hace falta dominar para crear peligro y fue acechando la meta de Boyko, sobre todo a balón parado. El partido no estaba para nadie, pero menos para el Dnipro, que esperaba encerrado una contra o una jugada de estrategia para dar otro golpe en la mesa. Emery, mientras, daba entrada a Coke por Reyes para adelantar a Vidal, que estaba sufriendo con Konoplyanka.

Con un tufo a prórroga en el ambiente ante la falta de ocasiones, los nervios del inexperto equipo ucraniano salieron a relucir. Una pérdida y luego un despeje hacia atrás muy bombeado lo convirtió Vitolo en pase de gol a Bacca tras un toque sutil. El colombiano no perdonó y batió con la zurda raso abajo a Boyko en el 73.

Un cuarto de hora para dormir el partido y llevarse la cuarta copa. Lejos de eso, al Sevilla le entraron las prisas por sentenciar. Tuvo la puntilla Bacca en un remate de cabeza que el guardameta sacó a bocajarro con una parada más propia de un partido de balonmano. Fue su última oportunidad para el hat-trick, pues Emery dio entrada a Gameiro por el colombiano y a Iborra por Banega para contrarrestar el juego a la desesperada del Dnipro.

Quedaban cinco minutos y un desvanecimiento de Matheus tras un choque de cabeza con Tremoulinas dio una primera estocada al partido. Después del susto, el lateral fue retirado en camilla y dejó a su equipo con diez ya agotados los cambios. Quedaba soportar los arreones finales en busca de la heroica ucraniana con centros de Konoplyanka. Los balones morían  con facilidad en las manos de Rico y una falta al meta sevillista abortaba la última intentona. Pitido final. Laureles para el Rey de Reyes de la Liga Europa. Para ya una leyenda del fútbol con mayúsculas.

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