Cofradias

La Macarena revive a Ojeda

  • La hermandad expone en la Fundación Cajasol el manto de tisú tras la recuperación del dibujo original. La Esperanza lo lucirá en la Madrugada.

Han sido varios años de duro trabajo, pero el resultado final ha merecido la pena. La Virgen de la Esperanza volverá a lucir en la próxima Madrugada el manto de tisú que soñó el genio de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Fue su última gran obra para la hermandad y para la Semana Santa. Falleció siete meses después de que fuera bendecido por el cardenal Ilundáin el Viernes de Dolores de 1930. Más de ocho décadas después, esta gran pieza de bordado vuelve a lucir como el primer día. Ha recuperado el dibujo y el diseño que se perdió por el paso del tiempo y por algunas intervenciones desafortunadas. El resultado de la intervención se podrá contemplar hasta el domingo en el patio de la sede central de la Fundación Cajasol, en la Plaza de San Francisco. La semana que viene volverá a arropar a la Esperanza.

Muchas personas han trabajado para que la recuperación del manto de tisú sea hoy una realidad. El taller de Fernández y Enríquez ha sido el que ha restaurado y pasado las piezas. La valenciana Casa Garín ha confeccionado un tisú idéntico al de 1930. José Espadero ha realizado la blonda. Rafael de Rueda recuperó el dibujo original. Todos ellos bajo la dirección técnica de la comisión de expertos formada por Concha Álvarez, Antonio Mañes, Gabriel Ferreras y Andrés Luque; además de los miembros de la junta: Álvaro García Carranza, Pedro Bohórquez, Fernando García, Pedro García y Miguel Ángel Fernández. Araceli Montero ha sido la asesora técnica en textiles.

"El dibujo estaba completamente perdido. Pudimos comprobar que se debía a unas intervenciones sufridas entre los años 40 y 60. A pesar de ello se conservaba un porcentaje muy alto de las piezas originales. Hemos pasado por momentos muy duros. Tres años de intervención en los que el trabajo era más de buscar el dibujo que de restaurar piezas. Un proceso complejísimo", explicó Andrés Luque. Uno de los bordadores, Fernando Enríquez, agradeció la confianza de la hermandad para superar este reto: "Lo asumimos y lo hemos llevado a cabo perfectamente. Ha sido un trabajo lleno de cariño y esfuerzo. Y aquí está".

El hermano mayor, Manuel García, reveló que el objetivo de la hermandad era "devolver el manto a su estado original". "Ha sido una intervención basada en la búsqueda de la excelencia". Tuvo palabras de recuerdo para la anterior junta de Juan Ruiz, que fue la que inició los trabajos; y de agradecimiento para todos los que han colaborado, incluida la Fundación Cajasol por ceder el espacio. García también evocó cómo el manto se pudo bordar por suscripción popular, y cómo el Rey Alfonso XIII aportó 1.000 de las 30.000 pesetas que costó en 1930.

Por su parte, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, destacó el trabajo y subrayó la importancia que el manto tiene "para la Esperanza, la hermandad, la Semana Santa y Sevilla".

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