Iniciada en el arte de la pintura en los años 70, Trinidad Pérez ha ido caminando entre sus "dos amores, mi trabajo como farmacéutica y mi gran afición por la pintura". A lo largo de esos años, nunca dejó pasar las ocasiones de aprender con profesionales de la pintura y desde hace unos ocho años se dedica de forma exclusiva al noble arte de pintar. La obra de esta sevillana, de corte impresionista, llena de expresividad y pincelada suelta, puede contemplarse estos días en la Casa de la Cultura de Morón de la Frontera. "Mis primeras telas, mucho más realistas y rígidas, han evolucionado claramente hacia una técnica de pincelada muy suelta, de mucha densidad de pintura y bastante alegre en colores". La Naturaleza del silencio es el título de la exposición en la que exhibe un recorrido por 30 de los óleos y acrílicos más recientes: estanques sevillanos, el Guadalquivir, las buganvillas y el castillo de las Aguzaderas, entre otros escenarios y detalles que invitan a vivir el silencio que ofrece la naturaleza frente a la vorágine de la vida urbana. "Temas que me obsesionan y dominan la obra y en los que me inspiro". Ésta no es la primera muestra de la pintora, que en los dos últimos años ha presentado cinco exposiciones, entre ellas una colectiva en Madrid por la que recibió el primer premio por su creación titulada Bajo Guadalquivir.