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Salir de compras: Con Hyxteria, fuera los tapujos

juguetería erótica

Por muy abierto de mente que uno sea, cuando se trata de hablar de sexo, lo normal es que aparezca la timidez e incluso que se produzcan situaciones incómodas. Demostrar que no tiene por qué ser así es lo que se han propuesto Pilar Campano y Antonio Copado, actriz ella e ingeniero él, con el negocio que han abierto hace menos de un año en la céntrica calle Jesús del Gran Poder. Hyxteria, La Casa del Placer es una juguetería erótica que quiere acabar para siempre con la imagen del tradicional sexshop, oscuro y al que hay entrar casi a escondidas.

A plena luz del día, Hyxteria parece -y es- una casa llena de juguetes para adultos. El local recrea un hogar con su cocina, salón y dormitorio y por el que se reparten vibradores, lencería erótica, juegos y toda clase de artículos diseñados para vivir la sexualidad de una manera divertida y sin complejos. Así quiere que sea Pilar, una joven sevillana que compagina esta nueva faceta de empresaria -en 2013 ponía en marcha también el espacio cultural La Mirada Rota- con su trabajo de actriz. Son varios los espectáculos infantiles que llevan su firma y con el Colectivo Malab ha puesto en marcha montajes como Distopic. Se prohíbe el baile, presentado en 2012 durante el Mes de Danza. Ahora, parte de su ingenio lo vuelca en convertir a Hyxteria en un lugar cálido y acogedor donde, dice, "a la gente no le dé miedo entrar y mucho menos preguntar". Algo que, asegura, está consiguiendo. "La mayoría de nuestros clientes superan los 40 años y aunque al principio les cuesta, al final se acostumbran y dejan que les asesoremos". Después de todo, continúa, "vendemos juguetes eróticos pero también artículos que pueden ayudarnos para mejorar nuestra salud sexual y procuramos siempre que, por ejemplo, los cosméticos eróticos estén elaborados con productos naturales".

Una mesa para tomar el té recibe en la puerta al visitante que llega a Hyxteria, que cualquier día puede encontrarse también con un concierto, un taller de masajes, una obra de teatro o una sesión de música dj. "Queremos que se hable de sexo con naturalidad y también fomentar la relación entre los comerciantes y emprendedores de la zona", cuenta Pilar. De hecho, algunas de las prendas que cuelgan de las perchas de la tienda son de diseñadores locales y en las paredes pueden verse obras de arte eróticas de artistas de la ciudad.

En Hyxteria se preocupan también porque todo el mundo pueda acceder a sus productos. Por eso, además de las firmas más conocidas-los vibradores más caros pueden rondan los 120 euros-, trabajan con marcas blancas que reducen considerablemente el precio -sobre 30 euros- aún teniendo "su correspondiente garantía y los pertinentes controles de calidad".

Llevar las ya tradicionales reuniones tuppersex a escenarios -a veces, de manera literal- poco frecuentes se ha convertido en otra de las especialidades de Hyxteria. Así, ya ha realizado algunas en bares como El Carromato, en la calle Feria, y pronto lo harán en el Teatro Quintero como colofón a un espectáculo.

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