Todos y cada uno de los libros que llenan las estanterías del Café Entrelíneas han sido seleccionados -la mayoría después de haberlos leído- por Alberto Fernández, un gallego que llegó hace 21 años a Sevilla y que hace cinco meses se decidió a abrir su propio negocio tras media vida dedicado al sector del transporte y la logística. Fue la crisis lo que le obligó a reinventarse y su pasión por los pequeños detalles lo que le ha permitido construir en un pequeño local de la zona de la Alameda de Hércules un negocio diferente a través de cuyas puertas se accede a otro lugar y a otra época.

Una copa de vino, buena música, un rincón de lectura y una conversación agradable. Estos son los ingredientes con los que Alberto ha conquistado tanto a los vecinos del barrio -el local está en el 19 de la calle Peris Mencheta- como a jóvenes y no tan jóvenes que buscan un local más cercano a los antiguos cafés o a las tabernas parisinas -a eso ayuda mucho su coqueta terraza- que a los sofisticados bares que han abierto durante los últimos años por toda la ciudad.

Integrar a Entrelíneas con los artistas y negocios del barrio es otro de los objetivos que se ha marcado Alberto. Así, el local está abierto a exposiciones y presentaciones . Durante este mes puede visitarse la exposición Tirando de un hilo, de José Garciablanca. Los amantes de la música, por su parte, pueden pasarse también por el taller de apreciación musical del siglo XX que imparte Alfonso Terry todos los martes en horario de 20:00 a 22:00.

A ritmo de clásicos del blues o del rock regados con una cerveza bien fría o uno de los vinos de varias denominaciones de origen que hay en su bodega. Así se disfruta de la tarde y de la noche en uno de los últimos descubrimientos de los que frecuentan esta zona de la ciudad.