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  • El Rastrillo de Nuevo Futuro abre sus puertas con el recuerdo a la duquesa de Alba y éxito de público

Aunque el tradicional Rastrillo de Nuevo Futuro se celebrará hasta el próximo sábado en el Hotel Meliá Los Lebreros, la labor de esta organización sin ánimo de lucro así como los preparativos para este evento solidario se extienden a lo largo de todo el año. Son muchos los voluntarios, más de 400, que participan en este singular mercado y muchos los objetos que en él pueden adquirirse. Entre aquellos que siempre se volcaron con este encuentro, destaca la duquesa de Alba, que muchos recordaron y a la que se rinde estos días homenaje de forma especial.

Los voluntarios que se encargan de la tómbola son un buen ejemplo del espíritu de entrega hacia los demás que caracteriza a esta cita. "Desde septiembre, un grupo de señoras nos encargamos de recopilar los artículos que se sortean, 15.000. Los donan empresas o tiendas. Hay varios premios extraordinarios, pero el regalo estrella, el que todo el mundo quiere, es la muñeca. Tenemos 160 vestidas de bebé, niño o flamenca; se han convertido en una tradición", cuenta la responsable de la tómbola, Macarena Íñiguez, que añade: "El año pasado vendimos todas las papeletas, a un euro cada una".

Pensado para todos los bolsillos, el rastrillo ha sabido adaptarse a los tiempos actuales e intenta subsanar con lo recaudado la demanda no sólo de los 40 niños que acoge Nuevo Futuro en sus cinco hogares sino de los que fueron atendidos y que, "ahora, siendo mayores de edad, nos piden un SOS porque no pueden hacer frente al pago de la hipoteca o no tienen trabajo", declaró María Pepa de la Serna, presidenta de Nuevo Futuro, en la inauguración del rastrillo.

Desde un euro puede encontrarse, por ejemplo, ropa para niños, y desde cinco prendas de marca en el espacio Sevilla y Olé, un expositor que lleva desde los inicios de este mercado, cuando se realizaba en el Casino de la Exposición, con las mismas voluntarias. Aquí, destacan las antigüedades: mantillas de chantillí o mantones de manila de 3.000 a 4.000 euros, "aunque también los hay por 150 euros", especifica María Pepa Álvarez Domínguez, encargada de este espacio. Ropa vintage, cinturones, bolsos, muebles antiguos... "todos son artículos donados, por lo que el importe íntegro de su venta va para la asociación. También tenemos otros cedidos; si se venden, Nuevo Futuro recauda el 20% de la venta".

De los que siempre han colaborado con la causa a los que se sumaron hace apenas un lustro y ya se encuentran como en casa. Es el caso de la firma cordobesa Dímelo Hilando, que lleva cuatro años participando en el rastrillo ofreciendo ropa de niño a precio de ganga. "Aquí liquidamos las prendas de temporada. Diseñamos la ropa y las vendemos. Una de nuestras especialidades es la creación de la ropa de adulto a juego con la del niño", explica la encargada.

Si este año hay un puesto donde las emociones están a flor de piel es en Las Canasteras, el expositor en el que colaboraba la duquesa de Alba. Allí pueden encontrarse los marcapáginas ilustrados con Cayetana de Alba, que Tony Benítez ha pintado a mano. Con afán renovador, muchas de las antigüedades que allí se exponían han sido sustituidas por muebles, pinturas o esculturas de firmas contemporáneas como Wabi Sabi. Al frente del mismo la marquesa de Saltillo, que justificaba el cambio: "Hemos decidido poner cosas más modernas al gusto de la gente joven, para que puedan comprar, porque con la crisis no se vende tanto".

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