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Bienal de Flamenco

Una estética de vanguardia

V.O.R.S Jerez al cante. Cante: Manuel Agujetas, Manuel Moneo, La Macanita, El Capullo, El Zambo, Juana la del Pipa, Fernando de la Morena. Guitarra: Niño Jero, Manuel Parrilla, Antonio Soto, Barullito, Domingo Rubichi. Palmas: El Bo, Chicharito, Juan Flores, Jesús Flores. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Sábado, 13 de septiembre. Aforo: Lleno.

Los primeros 40 minutos del espectáculo son magníficos. Sobre todo gracias a las vibraciones eléctricas del Capullo. Luego la propuesta sufre un bajón de energía motivado por la reiteración, tanto de estilos como de estéticas, a lo largo de tres horas. Se trata de una de las estéticas de Jerez. Esa que lo cifra casi todo a la bulería y a pocos estilos más. Anoche sonaron, además, seguiriyas, martinetes, soleares, malagueñas, fandangos y tangos. Estos últimos en la voz y el cuerpo de Juana la del Pipa, que protagonizó el arranque de la obra junto al Capullo. La jerezana ofreció unos tangos lentos con su voz rota, nerviosa, tensa, y se cantó y se bailó jaleada por El Capullo. El cantaor, por su parte, ofreció bulerías para escuchar y unos fandangos mano a mano con la del Pipa. También una larga serie de bulerías festeras en las que dio cuenta de su fantástico sentido del ritmo, de su capacidad con los trabalenguas y para alargar los tercios a su gusto, llevando la melodía un poco más allá, un compás más. Y todo, con una voz luminosa, muy afinada, plena de armónicos deliciosos. Las guitarras las pusieron en esta primera parte Manuel Parrilla, que ofreció seguridad, oficio, y Niño Jero, ese genio de la sonanta de Jerez que convierte la cuerda en un instrumento rítmico. El complemento ideal del Capullo.

A continuación tomó el escenario la veteranía de Fernando el de la Morena, Luis el Zambo y Manuel Moneo. El primero ofreció unas seguiriyas cortas,en tanto que El Zambo volvió a incidir en la bulería para escuchar. Extraordinario compás para dos voces muy personales que en el mano a mano por fandangos dieron lo mejor de sí. Moneo hizo seguiriyas y unos macizos martinetes.

La Macanita ofreció algo de variedad estilística con unas malagueñas de Chacón y el Mellizo muy emotivas. En la soleá dio buena cuenta de su timbre maravilloso. La dificultad de la propuesta residía sin duda en la personalidad enorme de estos artistas, en lo complicado de someterlos a un guión, a una disciplina escénica. Su calidad de imprevisibles es, con todo, un atractivo para muchos. Fue el caso de Manuel Agujetas que se encontró cómodo en los fandangos y dio un par de series de letras peripatéticas. Con todo, lo más interesante de su actuación, y de la noche junto al Capullo, fueron unos martinetes sombríos, callados, crudos, doloridos. La seguiriya también fue categórica y radical. Decía Agujetas que sus cantes eran "muy viejos". Y no es cierto. En Jerez hay muchas estéticas, además de la que se propuso anoche. De Jerez es Chacón, el Niño Medina y Rafael el Moreno, uno de los primeros en registrar hacia 1895 la guajira, un estilo que se cantó y bailó en Jerez antes que la seguiriya y la bulería. A veces se confunde primitivismo, crudeza, con antigüedad. Pero el primitivismo, con su gusto por el trazo sencillo, directo, su absoluta falta de adorno, su emocionalidad básica, su sobriedad radical, es una estética de vanguardia.

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