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Bienal de Flamenco

La casa por la ventana

Una noche en el arenal. Baile: María Vargas, Susana Casas "Chabuquita", Lucía Álvarez "La Piñona", Anabel Rivero, Carmen Lozano, Rafael de Carmen, Abel Harana, Moisés Navarro, Antonio Molina "El Choro" y Antonio Castro 'Antoñete' (director artístico y diseñador del vestuario de la pieza). Cante: Pili Carmona, Pepe de Pura, Moi de Morón y Jonathan Reyes. Guitarras: Ramón Amador, Miguel Iglesias y Rubén Romero. Lugar: Teatro Central. Fecha: Jueves, 26 de septiembre. Aforo: Lleno.

Fundamentales para la supervivencia del flamenco en los años 60 y 70, los tablaos han vuelto a vivir estos años otra etapa de auténtico florecimiento, ya que muchos artistas, al tener pocas actuaciones debido a la crisis, han vuelto a ellos para poder seguir expresándose con su arte.

Por ello, en el espacio concedido por esta Bienal a uno de los mejores tablaos sevillanos, fundado en 1975 por el bailaor Curro Vélez, se reunieron nada menos que diez artistas del baile y siete músicos.

Con todos ellos, Antoñete, el director artístico, ha realizado un espectáculo dinámico en el que alterna la coralidad -con números de conjunto o en parejas, como el martinete inicial, los tanguillos de Cádiz, la caña o las alegrías- con actuaciones en solitario. Así, tras escuchar grabadas las castañuelas maravillosas de Loli Flores, ausente por enfermedad, aunque su nombre seguía en el programa sin que nadie lo desmintiera, irrumpió por seguiriyas La Piñona, con elegancia y con gusto, como más tarde hicieran Susana Casas por guajiras y todos los demás. Durante dos horas se desgranaron muchos bailes -imposible enunciarlos todos- y muchos cantes, incluida una soleá de Alcalá recordando a Manolito de María. Los bailaores, en el centro o, como Harana, a la derecha del escenario, hicieron alarde de fuerza y de brío. Navarro también de giros a lo Antonio, aunque con el centro de gravedad quién sabe dónde. Para terminar, alegrías de Cádiz, preciosas batas de lunares y Carmen Lozano y Rafael de Carmen con todo su saber que dan paso al fin de fiesta por bulerías.

Una compañía más grande que el Ballet Flamenco de Andalucía. Y realmente nos planteamos si tiene sentido tal esfuerzo de producción para un solo día en un teatro con tan poco aforo. Esta vez, la proeza ha sido de Francisco Rodríguez, el dueño del Arenal, y de todo su equipo.

Imágenes cedidas por el ICAS. Ayuntamiento de Sevilla.

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