Huelva

La Fiscalía pide 20 años para Del Valle por asesinar con alevosía a Mari Luz

  • Solicita la pena máxima para este caso y suma otros tres años de cárcel por abusar sexualmente de la pequeña · Para la hermana del pederasta reclama 17 años como cooperadora necesaria

El procedimiento por el crimen que puso contra la cuerdas al sistema judicial, movilizó a decenas de miles de personas de rincón a rincón de España y conmocionó a medio mundo, el de la pequeña Mari Luz Cortés (desaparecida a escasos metros de su casa en la barriada de El Torrejón el 13 de enero de 2008), se sitúa ya en la antesala del juicio una vez que las acusaciones han formulado sus peticiones de condena para los acusados, los hermanos Santiago y Rosa del Valle.

La Fiscalía de Huelva considera que el pederasta actuó con alevosía y reclama para Del Valle 20 años de prisión por el asesinato de la niña, la pena máxima para este supuesto, a los que suma otros tres años de prisión por abusos sexuales, teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad de la víctima por razón de su edad (cinco años).

El escrito de calificación del Ministerio Público contempla además la prohibición al pederasta de residir en Huelva y de comunicarse o aproximarse a la familia Cortés bajo ningún procedimiento más allá del tiempo de su condena, por un periodo de 33 años.

En el caso de la hermana del presunto autor material del crimen, la acusación pública solicita una condena de 17 años de reclusión, al considerarla como cooperadora necesaria del crimen, y establece en 27 años la pena de prohibición de residir en Huelva, donde tiene su domicilio familiar, y de entrar en contacto o aproximarse a los padres, hermanos, abuelos o tíos de Mari Luz.

La acusación pública pide una indemnización conjunta por parte de los acusados para los padres de la pequeña Juan José Cortés e Irene Suárez que alcanza los 122.000 euros y a cada uno de los hermanos de la víctima de 22.000 euros por la muerte de su hija y hermana. Igualmente y en concepto de daño moral añadido, indemnizarán a sus padres y hermanos con 19.000 euros por los 54 días que transcurrieron entre la muerte de la menor y el descubrimiento del cadáver. Estas peticiones suman un total de 185.000 euros en concepto de indemnización.

La Fiscalía da validez a la cuarta declaración que realizó el presunto asesino de la niña (la segunda de las manifestaciones que realizó ante la juez del Instrucción 1 de Huelva tras su detención) sólo respecto a cómo se acercó a la pequeña aquella fatídica tarde de enero. Escondido tras los plásticos que cubren la ventana de su casa en la Avenida de las Flores, el pederasta observó que Mari Luz regresaba del quiosco (ubicado en la esquina de la calle) y le tiró un muñeco (un osito blanco) para llamar su atención y con la intención, según el fiscal, de abusar sexualmente de ella. "Lo hice por eso que me pasa con las niñas y que no puedo evitar", llegó a admitir en aquella declaración ante la instructora.

La pequeña había bajado de su casa a comprar golosinas (como tantas otras veces) y Del Valle comprobó que no había nadie en la calle (estaba lloviendo y eran poco más de las 16:35). La acusación mantiene que el pederasta le ofreció posteriormente alguna chuchería u otro muñeco para que entrara en el portal y cuando la niña comenzó a subir por las escaleras la abordó para abusar de ella. Santiago del Valle se situó a la espalda de su víctima "y para obtener placer sexual le tocó las nalgas y la zona genital". Mari Luz, según este relato de hechos, se revolvió y trató de huir, pero su presunto asesino le tapó la boca y la golpeó con fuerza en la cabeza (contra una de las barras de hierro de la escalera). Estas agresiones la dejaron "inconsciente y absolutamente indefensa, sin sangrar ni causarle la muerte".

El escrito de la Fiscalía coincide también con la declaración del pederasta en los momentos posteriores. Durante varios minutos dejó a la niña sola, tumbada en el suelo en el primer tramo de escaleras, y subió a la casa para coger un carrito de compra (no llegó a aparecer), en el que metió a Mari Luz, y después tapó la parte superior del carro con un chaquetón negro para evitar que se le viera. La Fiscalía desvincula a la mujer del pederasta, Isabel García (quedó exculpada en el procedimiento) de todo lo que ocurrió en la casa del número 1 de la Avenida de las Flores.

Del Valle intentó que su esposa no se despertara de la siesta y recurrió a su hermana Rosa, a la que le contó que había ocurrido un accidente con una niña y que había que deshacerse de ella, "consciente de que podía estar aún viva", para evitar cualquier tipo de problema. Rosa, según el fiscal, accedió a la petición para no verse involucrada.

En las declaraciones que constan en el sumario, ninguno de los hermanos Del Valle ha reconocido haber mantenido la conversación en estos términos, aunque la segunda acusada por cooperadora necesaria en el crimen admitió haber llevado a su hermano en el coche, pero omitió en su declaración que Santiago le contara lo que había sucedido.

Al bajar las escaleras, el pederasta cogió un carrito de la compra, que se encontraba en el primer peldaño de la escalera, se dirigieron al coche aparcado en la plaza Rosa y Santiago metió el carrito en el maletero después de que ella accionara la palanca para abrirlo. Los hermanos del Valle tomaron la avenida de las Flores en dirección hacia el Hospital Juan Ramón Jiménez "sin que ninguno se planteara la posibilidad -subraya la Fiscalía- de dejar a la niña en la puerta de Urgencias y huir, lo que hubiera permitido su supervivencia". Llegaron el vehículo a la zona del Estero del Rincón, donde Santiago del Valle dejó a Mari Luz en la marisma, parcialmente sumergida. "No tenia posibilidad de sobrevivir, falleciendo minutos después por asfixia por sumersión", afirma la acusación.

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