Juan Espadas fue uno de los protagonistas del acto que el PSOE celebró ayer en Sevilla y que sirvió para que José Luis Rodríguez Zapatero respaldara oficialmente su candidatura. Pero él quiso invertir la foto y convertir en actor principal al público, a la militancia que acudió a la llamada de sus líderes para presentar a sus candidatos a las capitales y grandes ciudades andaluzas.

El mitin de ayer podría considerarse el pistoletazo de salida de la precampaña del candidato, que ya no tiene motivos para mantener el adjetivo de propuesto. Y, en él, Espadas mostró su perfil más campechano (para algunos en exceso) en un intento por conectar con el electorado. "¿Sabéis una cosa? Estáis para una foto, la que os voy a hacer" ¿Alguien puede imaginar una mejor?" Así empezó el candidato sevillano su intervención, con bromas, para dar la bienvenida a los miles socialistas desplazados hasta el Muelle de las Delicias, que lució "a reventar", según Espadas, quien reclamó esta capacidad de movilización para las elecciones del próximo mayo.

Sevilla y Jaén tuvieron un protagonismo especial en el acto. Sus candidatos fueron el broche final de la presentación y aparecieron en el escenario junto con los presidentes José Antonio Griñán y José Luis Rodríguez Zapatero. Dos alcaldías que el PSOE tiene que retener, tarea que no se presenta fácil en el caso hispalense a juzgar por las palabras de Espadas, que apeló a "la pasión y la fe en nosotros mismos" y pidió a sus compañeros de partido que se "expriman" al máximo en los próximos meses. Espadas admitió que el objetivo no es otro que ganar y asumió que necesitará una "mayoría holgada".

El candidato sevillano empezó intentando justificar la situación de crisis económica y política y reivindicando los valores de la izquierda, recordando a socialistas "de pura cepa que han dado muchas jornadas de gloria" a su partido. También agradeció al Gobierno central que haya mantenido sus compromisos de inversión prioritarios y destacó el empleo generado por los planes 5.000 y 8.000 en los últimos dos años.

Y tras los reconocimientos, su discurso se volvió más reivindicativo y algo autocrítico. Siempre midiendo las palabras, el candidato llamó a la rebelión "contra la crispación y la intolerancia extremista de la derecha". Primeras palabras dirigidas al popular Juan Ignacio Zoido, su rival más fuerte: "No pueden apropiarse gratuitamente de lo que hemos hecho, lo que ellos no quisieron o no supieron hacer y de forma rastrera querer ejecutarnos en un juicio sumarísimo por los errores que hayamos podido cometer, somos de carne y hueso". Un capote para su antecesor. Quizás, sí. Luego Espadas apeló directamente a Zoido y, por extensión, a Rajoy y Arenas con la siguiente cita: "Hay hombres que ni siquiera se equivocan porque nunca se proponen nada razonable".

Por contra, el socialista esbozó una propuesta de ciudad que pasa por una Sevilla en positivo, habitable y sostenible, dinámica, solidaria e integradora, "que es bella porque siempre es nueva", apuntó parafraseando a Chaves Nogales.

Espadas anunció una campaña "limpia", donde la clave será el trabajo y la ilusión que exigió ayer a sus compañeros de partido. "No podemos permitir que alguien que votó socialista alguna vez en esta ciudad se quede en su casa el 22 de mayo y contribuya con su abstención a que el radicalismo inquisitorial de la peor derecha acabe con los valores progresistas que han transformado esta ciudad en los últimos 12 años".

Espadas se refirió a la Sevilla del Metro, a la peatonal y a la de los carriles bici por los que circulan a diario 80.000 sevillanos. Una Sevilla que, a partir de la próxima semana, recorrerá barrio a barrio a bordo de un vehículo eléctrico. "No voy a perder un minuto con los que lo ven todo negro y judicializan la política", advirtió ayer Espadas. Su agenda y su rumbo hasta mayo ya están marcados.