DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Juan Espadas

"Espadas plantea construir y Zoido sólo destruir y derogar"

  • El senador se centrará en movilizar al electorado pues cree que la clave para ganar será captar a la gente que tenga dudas sobre el PP · "Monteseirín ha cometido errores, pero compartimos el modelo", dice

Sus ojos brillan, mitad por el cansancio mitad por la ilusión que le está poniendo a uno de los mayores retos del PSOE, según ha reconocido su propia dirección federal: mantener la Alcaldía de Sevilla. Juan Espadas (Sevilla, 1966) se siente "como una moto", en la que se subió hace cuatro meses. Justo en el ecuador de su carrera electoral, el senador ha pisado el acelerador tras alcanzar, según relata, algunos logros: unir a todo el partido en su acto de presentación oficial esta semana, ser ya conocido por la mitad de los sevillanos y mantener una convivencia "perfecta" con el alcalde saliente, Alfredo Sánchez Monteseirín. Ha ganado soltura y ha perdido peso, pero reconoce que el mundillo es complicado. Ahora tendrá que esbozar sus ofertas y apelará a los sentimientos para abrir del todo el camino: movilizar a los sevillanos y conseguir los votos necesarios para gobernar la ciudad.

-Después de cuatro meses de intensa precampaña, ¿cuál es su diagnóstico de la ciudad?

-La ciudad está en un momento de expectación, de ver cómo vamos saliendo de la crisis, que es lo que preocupa a la gente. Yo todavía no percibo en los barrios una sensación electoral.

-¿Y eso es bueno?

-Creo que sí porque permite un diálogo fresco. Nadie interpreta que estés pidiéndole el voto y te cuentan qué piensan de cómo se han hecho las cosas estos años y cuáles son sus prioridades. Eso me enriquece muchísimo personalmente. A lo largo del día puedo hablar con más de cien personas.

-¿Piden un cambio?

-No observo en los barrios ninguna sensación, como se quiere trasladar desde el PP, de negatividad; percibo asignaturas pendientes y una actitud de crítica constructiva en los ciudadanos. Nos pasa a todos: las cosas buenas las damos por conquistadas inmediatamente, como el Metro o el mercado de la Encarnación, y parecen que siempre estuvieron allí. Los políticos queremos poner eso en valor, pero ya no se habla de eso bueno.

-¿Usted va a seguir poniendo en valor los logros de su antecesor?

-Es la coherencia de un partido político que se presenta con un candidato nuevo a renovar la confianza, con un equipo nuevo y nuevas propuestas, pero sobre la base de hay un modelo de ciudad compartido. Las decisiones siempre tienen un fondo y una forma y yo puedo reconocer que se han cometido errores, Alfredo Sánchez Monteseirín los ha cometido, pero entiendo que esa decisión se tomara porque forma parte del modelo de ciudad.

-Esta semana usted ha criticado lo grandes que son las 'setas'.

-A nadie le debe sorprender. Con independencia de que reconozca que han habido errores, problemas técnicos o sobrecostes económicos que cabrean a los ciudadanos, el fondo de la decisión lo comparto: es el revulsivo que necesita la ciudad. Si hay otras opciones políticas que creen que allí debía haber un aparcamiento y una plaza normalita, yo no lo comparto. Allí hace falta algo más potente. Las cosas nunca son blancas o negras.

-¿Y cree necesaria esa campaña de Monteseirín para enseñar los logros de sus tres mandatos?

-¿Cómo no va a ser normal que alguien que termina, no uno, sino tres mandatos quiera poner en valor la transformación de la ciudad? Me parece absolutamente razonable. ¿No hizo eso Soledad Becerril cuando terminó su mandato en 1999? Cualquier gestor político tiene derecho a explicar en sus últimos meses ese balance porque, si no, sólo tendríamos el balance negro y funesto al que nos quiere llevar el PP. Ahora lo que no se pueden hacer en estos tiempos son dispendios en publicidad, que creo que no se están haciendo. Ni tampoco se puede generar una opinión para que el ciudadano piense que se están malversando siempre recursos públicos. Es excesivo.

-¿Le está resultando dura la convivencia con Monteseirín?

-Es perfecta. En el acto de presentación se pudo ver que el valor más importante que tiene la organización política es la unidad. La tiene. Y allí estaban sentados todos juntos con un mismo objetivo: que el próximo alcalde de Sevilla sea Juan Espadas. Eso, el primero que lo comparte es el actual alcalde.

-¿Por qué hubo tantas alusiones a él y a su equipo?

-Los que quieren que el PSOE no siga gobernando en la ciudad llevan mucho tiempo abonando la desunión, que los que lleguemos ahora critiquemos la gestión de nuestros antecesores. Eso es un error político que no va a cometer Juan Espadas, sobre todo, porque sería injusto y falso. ¿Que se han cometido errores? Pues sí. Pero he sido honesto desde el primer momento: primero, mi valoración del pacto PSOE-IU es positiva; segundo, el alcalde y su equipo han sido muy valientes para acometer las obras que la ciudad necesitaba; y tercero, ahora tomo yo el testigo y haré un proyecto con otros ingredientes porque los tiempos cambian. Y las personas son diferentes.

-¿Esas diferencias harán que usted vaya enmendando la plana a Monteseirín? Ya apuntó correcciones en el Plan Centro y se tendrán en cuenta.

-Avisé que, a medida que se fuese acercando la fecha electoral, opiniones que yo hiciera sobre determinados aspectos no tendrían que generar ningún problema al gobierno. Soy serio y riguroso. He dicho desde siempre que comparto los objetivos del Plan Centro, pero es un plan complejo que requiere un cambio de hábitos y, si surgen problemas, hay que resolverlos. La primera medida que plantea el PP es derogar el plan y yo planteo analizar la experiencia de los primeros meses y modificar lo necesario. La diferencia siempre es la misma: Juan Espadas plantea construir y Juan Ignacio Zoido sólo derogar y destruir.

-Otra de las cosas que quiere modificar es el reparto de los distritos: aunque haya pacto, todos serán para el PSOE, ¿no?

-Sí. Ahí hay otro tema: Zoido también ha hablado de descentralizar los distritos, pero no ha hablado de participación ciudadana y yo sí. Yo hablo de descentralizar para entregar a los ciudadanos de los barrios el distrito, para que se impliquen en la toma de decisiones de manera directa. A la derecha no le gusta eso. Esta reorganización que introduzco puede ser uno de los elementos revulsivos del mandato. Daré a los ciudadanos la posibilidad de organizar y moldear la ciudad, con otras propuestas. Nadie lo ha hecho aún.

-¿Y con eso qué se ganaría?

-Despertaría entusiasmo por la política. Para los ciudadanos, además del empleo, el problema es la política o los políticos. Quiero darles a los ciudadanos voz en la toma de decisiones, para que no se cansen y se impliquen. Hay que orientarles y la reorganización que yo planteo en los distritos permitirá eso.

-¿Y eso no se hace ya de alguna manera con los presupuestos participativos?

-Es un salto más. Los ciudadanos nos ayudarán a detectar los problemas y a buscar soluciones para que todo funcione en su barrio.

-¿Formar a nuevos políticos?

-Ciudadanía. Hay que hacer pequeñas revoluciones silenciosas para cambiar las cosas. Estamos acostumbrados a vender como ofertas electorales polideportivos, puentes, piscinas... Ahora tenemos demasiadas cosas y lo que necesitamos es una implicación activa de la ciudadanía.

-Hace décadas que la ilusión por la política es muy baja. ¿Le pedirá consejo a algunos viejos socialistas que acudieron a Fibes?

-De ellos se dice que eran políticos de raza, capaces de hacer vibrar. Las movilizaciones ciudadanas de ese momento eran críticas, para conseguir cosas, de denuncia. Ahora tenemos la reacción contraria, tenemos muchas cosas y mucho inmovilismo. Focalizamos todo en que la política parece que está pensada para que el político viva bien. Y no, es una herramienta al servicio de la sociedad, para transformarla.

-Todavía hoy hay políticos capaces de hacer vibrar. Lo demostró Alfonso Guerra el pasado lunes.

-Sí. Es un político que conserva el cariño de los ciudadanos en Sevilla sobre la base de un papel protagonista que tuvo en un momento de la historia de la democracia. Todos sabemos que Guerra no es un político activo en la vida sevillana desde hace mucho tiempo, pero la gente lo valora y le sigue teniendo cariño. Los políticos de hoy nos tenemos que ganar un balance de resultados. ¿Qué se nos va a pedir? Que con lo que tenemos construyamos una sociedad más justa y que se resuelva el desempleo. A los que tenemos que dar la cara se nos exige más, pero no es que nos quieran menos...

-¿Con el tiempo se valorará más a Monteseirín?

-Seguramente se le querrá más dentro de cinco años. La mente es selectiva , te quedas con lo positivo.

-¿Le importa mucho la notoriedad?

-No. Hay gente muy conocida pero mal valorada, por lo tanto la notoriedad no se traduce en respaldo necesariamente. Un conocimiento elevado se puede conseguir saliendo en televisión y diciendo una barbaridad que luego colgarán en Youtube y tendrás no sé cuántas visitas. Ahora, si quieres ser un político serio, quizás la mejor manera de ser conocido y que te valoren no es sólo dando titulares de prensa. Los ciudadanos sólo se quedan con los primeros dos o tres titulares del telediario. A un político no le puede obsesionar eso.

-¿Está entonces satisfecho con su grado de conocimiento?

-He tenido pocos meses para darme a conocer pero también es cierto, y está feo que lo diga yo, que a medida que se incrementa mi grado de conocimiento sube mi grado de valoración. Esto me estimula bastante. Incluso los que no me van a votar me están valorando muy positivamente. Hay personas y asociaciones que claramente tienen una opción ideológica de centro-derecha que van a votar al PP pero que dicen que este candidato del PSOE les gusta, les parece serio y estarían muy tranquilos si fuera el próximo alcalde.

-Se trata de que le voten.

-Yo necesito que me voten todos los que están ideológicamente dentro de mi espectro y todos aquellos que tienen dudas porque el proyecto del PP o su candidato no les gusta tanto como yo. Si consigo darme a conocer y captar a esas personas con dudas, que no ven elementos positivos para ir a votar, ése será el elemento para desequilibrar y conseguir que gane uno u otro.

-En un vídeo que se proyectó en su presentación, una vecina de Torreblanca le definía como un tío formal, guapo e inteligente. ¿Le votará por eso?

-Ésa era una mujer muy combativa y al final me apoya mucho. Esta semana me he reunido con vecinos del casco antiguo, que también han contestado mucho los planes del Ayuntamiento. Al principio entran con una cara y, tras varias horas de debate y propuestas, salen con otra.

-Hasta ahora no hemos escuchado cuestiones concretas de su programa.

-Hay que buscar el equilibrio. Tengo dos discursos: cuando hablo con los vecinos no es tan técnico, pero en Fibes el otro día tenía que elevar el mensaje, porque no iba dirigido a los vecinos.

-Desarrollo sostenible, ocio productivo... ¿cómo le explica eso a los vecinos?

-Ocio productivo en San Pablo es el de los mayores que juegan al dominó, pero que también tienen una oferta para los chavales del barrio. Estos mayores son capaces, con sus medios, de prevenir el fracaso de los jóvenes. En Pino Montano tienen una especie de escuela taller donde muchos jubilados de CASA entusiasman a los jóvenes enseñándoles a reparar aviones y de ahí han ido sacando talento y algunos han acabado en la empresa o se dedican al sector de alguna manera. En diez minutos en un atril esto no se puede explicar, en diez minutos tienes que llegar al corazón, transmitir sentimiento.

-Con esta implicación social soluciona temas en tiempos de crisis.

-Deberíamos hacer una fiesta tras haber conseguido arrancar la producción del A400M. Es de lo que deberíamos hablar en la ciudad, pero al final se quedará en una notita sin más...

-También hay que saber explicar las cosas y su importancia.

-Eso es verdad. Hay que fijar el objetivo y luego hay que ir llegando. Cuando criticamos que Juan Ignacio Zoido sólo plantea el bache o el socavón, yo no digo que eso no sea importante, lo es, pero sólo con eso no se construye la ciudad. Hay que plantear soluciones. A mí me gustaría poder contrastar mis proyectos con los del PP.

-¿En un debate?

-No en uno, en varios, para hablar de muchos temas. Fíjese cómo sería ver la ciudad a través de los once proyectos que tengo preparados. Esperemos que llegue la oportunidad.

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