DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Juan Ignacio Zoido. Candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla

"Yo no puedo defraudar a la gente que votó PSOE y ahora me para en la calle"

  • El popular hace meses que mira a la ciudad "con ojos de alcalde" y con el convencimiento de que hace falta otra gestión: "Sevilla está casi a punto de tocar fondo", dice garantizando que un cambio beneficiará a todos.

Hace cinco años que puso rumbo a la Plaza Nueva, cuando zarpó como candidato del PP a la Alcaldía siendo prácticamente un desconocido.  El juez Juan Ignacio Zoido (Montellano, 1957) fue el alcaldable que recibió más votos en 2007, pero la reedición del pacto de izquierdas entre PSOE e IU evitó que agarrase el bastón de mando. Hoy, ha navegado ya por todos los distritos, barrios y calles de la ciudad y ha alcanzado una velocidad de crucero. A bordo de una embarcación de recreo atiende a este periódico y pasa revista a las márgenes del río, "la gran avenida de Sevilla" que espera, como él, una nueva oportunidad para  devolver el esplendor a la ciudad.  Hace ya un tiempo que mira "con ojos de alcalde". El viento de las encuestas le es favorable. Él, de momento, sigue repartiendo abrazos y atención a todo el que se le acerca o se cruza en su camino sin miedo a desfondarse cuando pise el acelerador: "La mejor encuesta es la del 22 de mayo".

-El alto grado de notoriedad que tiene, ¿juega siempre a su favor?

-Ni a favor ni en contra. Es consecuencia de llevar cinco años trabajando intensamente.

-¿Cuántas fotos se ha podido hacer en los últimos cinco años?

-Muchas... Pero lo importante no son las fotos, sino las personas que han acudido a mí buscando una solución y la han encontrado.

-¿Y eso siempre es posible?

-Los políticos no tenemos que contarles a los ciudadanos nuestros problemas, sino solucionar los suyos. La solución, a veces, no es al cien por cien la que quería el ciudadano, pero ahí es donde hay que dialogar, razonar y tener la capacidad para buscar alternativas.

-Una de las cosas que se le critica es que quiera contentar a todos.

-Cuando se le explica a un vecino que su problema tiene difícil solución, se le puede decir escuchándolo o no. Yo siempre buscaré el consenso. Ahora sí, cuando se decida cuál es la solución, hay que tener mano firme para hacerla cumplir.

-¿Cómo define su ideología?

-Cada uno tenemos nuestra manera de pensar y nuestros planteamientos, pero estoy convencido de que para gestionar una ciudad y lograr que funcione la ideología debe pasar a un segundo plano; el esfuerzo, la capacidad y la astucia debe sustituir al sectarismo y al partidismo. Mi obsesión es que Sevilla funcione, no hay otra cosa mejor para ello que resolver los problemas a los ciudadanos. No estoy aquí para pelearme con nadie.

-Entonces su ideología es Sevilla, ¿sea del color que sea?

-Los sevillanos lo que me van a pedir es que la ciudad funcione, no que rotule calles con nombres de un bando o de otro o que pase a la historia por un gran proyecto. El mejor recuerdo que me gustaría dejar en la mente de los sevillanos, cuando deje de ser alcalde, es que fui alguien que resolvió muchos problemas. 

-Antes tiene que llegar a la Alcaldía. Es la primera promesa, ¿no?

-Más que una promesa es una ilusión, es mi objetivo, para luego poder cumplir con tantas palabras empeñadas y tantos compromisos adquiridos. Ser alcalde sería una gran responsabilidad que no asumo con ligereza.

-Gran responsabilidad también porque su partido dice que debe ser la llave de Andalucía y España.

-Sin duda. Yo creo que Sevilla ahora mismo está casi a punto de tocar fondo, pero la salva que es una ciudad magnífica. Es una gran ciudad que se merece un gobierno capaz de estar a su altura, en lo económico, lo político, lo social, lo turístico y en lo solidario. Quiero que los sevillanos se sientan clave del cambio político en nuestra ciudad, de una nueva forma de gobernar, de una ilusión colectiva que será la llave de Andalucía y España. Pero primero hay que hacer el cambio aquí. Es mi empeño y yo no voy a ejercer ni de izquierda ni de derecha, ejerceré de sevillano. Y con responsabilidad, austeridad, criterio y, sobre todo, con mucha transparencia.

-¿Le resulta más fácil que a Javier Arenas, como candidato a la Junta, recuperar esa confianza perdida? Usted ya vuela solo.

-El problema no es de las personas que están. En Sevilla, por ejemplo, tenemos ahora mismo unas personas que están en el gobierno local y algunas van a ser sustituidas, pero el problema es de la política que se está aplicando. Hace falta otra forma de gobernar y es lo que yo ofrezco: hay que generar confianza para que vengan emprendedores a crear empleo, más transparencia, austeridad en la gestión de los fondos públicos, reducir el número espectacular de altos cargos del Ayuntamiento de Sevilla, racionalizar el gasto público y recuperar el prestigio de tanto funcionario público que ha sido relevado por cargos políticos que no tienen demostrada ni su capacidad ni su competencia.

-¿Si es alcalde, reducirá el número de altos cargos?

-Muchísimo, más de un 50% de los altos cargos serán reducidos, con todo lo que ello conlleva y, sobre todo, porque quiero que Sevilla recupere su altura. El gobierno del PSOE y de IU no ha estado a la altura que Sevilla merece y yo quiero recuperar el prestigio, no tanto de la ciudad, porque la marca Sevilla es muy potente, como de la corporación municipal.

-¿Teme también al peso de la marca PSOE?

-El PSOE ha tenido otras etapas en Sevilla y en Andalucía, pero el modelo socialista está agotado, no da  respuesta a la ciudad. Hay ciudadanos que han votado en otras ocasiones al PSOE y que se me acercan a diario en la calle y me dicen que ahora me van a dar la confianza a mí. Creen que es el momento de trabajar de otra forma, que es la hora de aplicar otras políticas para ver el resultado que producen. Yo me voy a dejar la piel para gobernar por y para todos. No puedo defraudar a estas personas que van a renunciar a su ideología, a su tradición, porque esperan encontrar una solución a sus problemas. Trabajo para generar una ilusión colectiva.

-En eso coincide también con el PSOE, ¿no?

-Bueno...

-¿Cree que es posible técnicamente lograr una mayoría absoluta para gobernar? Algunas encuestas le son muy favorables.

-No quiero entrar en esas discusiones. Pero es verdad que yo escuchaba decir que en Málaga, Huelva, Cádiz, Madrid o Valencia no se podían conseguir mayorías absolutas y se han logrado, cada una en unos tiempos. Ahora es el momento de Sevilla. De que Sevilla tenga un proyecto serio que recoja todas las iniciativas necesarias para crecer, desde el centro hasta los barrios y de que se trate por igual a todos los distritos. Los distritos tienen que dejar de ser reinos de taifas de políticos para ser un lugar útil a los sevillanos. Si seguimos trabajando como lo estamos haciendo, respetando a todo el mundo, esta mayoría suficiente se conseguirá.

-El PSOE confiesa que para lograrla tienen que captar a los sevillanos que le votaron y ahora no están conformes con usted...

-(Sonrisa). Yo sí puedo decir, con nombres y apellidos, quiénes han votado al PSOE y me paran ahora para decirme que ya está bien. Yo estoy presentando un proyecto responsable. Yo no tengo ninguna herencia ni hipoteca y aquí hay quien se va a presentar con el legado de tres mandatos y la responsabilidad de todo lo que se ha hecho mal en los últimos doce años. Yo no tengo ninguna historia sucia ni turbia  detrás de mí. Por eso le brindo a los sevillanos la oportunidad de que prueben el cambio tranquilo, puede traer ventajas a todo el mundo y no va a perjudicar a nadie.  

-La herencia del PSOE la está promocionando ahora el alcalde con una campaña. ¿Le puede beneficiar en algo al PP?

-Yo la entiendo como un auténtico despilfarro: [Alfredo] Sánchez Monteseirín ha sido doce años alcalde, en los tres mandatos ha dependido del apoyo de otro, nunca ha sido capaz de obtener una mayoría suficiente y, cuando lo han cesado por un teletipo, como todo el mundo conoce, no ha tenido otra salida, ni se la ha brindado su partido. Y ahora, en vez de destinar los fondos públicos a crear empleo, los destina, no a publicitar Sevilla, sino al autobombo y la propaganda para él mismo. Y yo digo: ¿no se le caerá la cara de vergüenza? Ante esto, qué quiere que diga. Ése es su modelo. El mío es muy distinto y el de Monteseirín es el de Espadas y el de Torrijos.

-El PSOE parece dispuesto a continuar con el modelo.

-Pues yo creo que un alcalde debe ser el primero en apretarse tres puntos el cinturón, dar ejemplo. Ésa es la diferencia.

-¿Su modelo de ciudad no coincide en nada con el del PSOE? En esta precampaña hemos oído propuestas e ideas semejantes: el empleo, la excelencia, la descentralización de los distritos, el río...

-Si me dijeran que puntuara a Monteseirín, lo suspendería, en general. Mi estrategia pasa por hacer de Sevilla una gran ciudad, donde todo funcione.

-De usted han dicho que no tiene modelo.

-A palabras necias, oídos sordos, dice el refranero español. Yo respeto a todo el mundo, pero los sevillanos saben que llevo muchos años escuchándolos y estando a su lado, compartiendo miles y miles de inquietudes. Al final ya se verá lo que dicen los sevillanos. El día 22 de mayo es la mejor encuesta.

-Explique algo de su modelo.

-Mi modelo es resolver los problemas con austeridad; que la cultura sea realmente cultura y vayamos de la mano de los artistas, que los hay fantásticos en Sevilla, no de los políticos; un modelo que recupere el esplendor del turismo y que sea capaz de atraer a emprendedores y evitar que los sevillanos salgan fuera a trabajar. Por ejemplo, este río debería estar lleno de barcos, de visitantes que vinieran a invertir y a consumir, a crear riqueza y mire cómo está. Es la prueba de que la ciudad no funciona.

-Algunos le reprochan que esté todo el día criticando la gestión, hablando de destruir y derogar.

-En estos cuatro años de oposición he construido mi modelo y he llevado muchísimas propuestas al Pleno que han servido para resolver los problemas de los vecinos.  Hay cientos de casos.

-Recuerde alguno.

-Regiones Devastadas. Me suelo encontrar muchas veces con estas familias afectadas. El alcalde Sánchez Monteseirín no había ido a la barriada, se había quedado en las casitas bajas de Santa Teresa. Yo entré allí y puse mi foco en el barrio y, como consecuencia de ello, a estas familias se les ha resuelto el problema. A veces, no es cuestión de dinero, sino de imaginación y voluntad. Y también he criticado otras muchas cosas.

-Siga.

-El mandar dinero en grandes cantidades a los países caribeños en lugar de atender problemas que teníamos en Sevilla; que una obra como las setas de la Encarnación que se adjudicó en 25 millones de euros, sin proyecto de ejecución, vaya ya por más de cien millones gastados y sin saber cómo y cuándo se va a terminar; que haya un tranvía que va desde ningún sitio a ninguna parte; que haya líneas programadas de Metro con tramos en superficie y que no lleguen a San Jerónimo, Alcosa, Bellavista... Eso no lo puedo consentir.

-Algunos proyectos dependen de otras administraciones.

-Pero lo tengo que criticar siempre, gobierne quien gobierne, la Junta de Andalucía y el Gobierno central me tendrán enfrente porque yo defenderé que haya una red de Metro completa, que se sigan construyendo colegios y centros de salud, que se termine la SE-40 y la SE-35... Y que haya actividad cultural, turística y deportiva en el río, que hay que poner en valor. Por eso he apostado por crear aquí la zona franca y por generar empleo y de calidad. Esto [el río] es para volver loco a cualquier ciudadano y está aquí, en Sevilla, y en ningún otro sitio más. Ya nadie me va a parar.

-Para todo eso que plantea hace falta dinero y la situación económica no parece que vaya a mejorar notablemente a corto plazo.

-Pues habrá que ser austeros en los planteamientos y mandar un mensaje claro a la ciudadanía. Lo primero que voy a hacer, en el primer Pleno, es reducir los altos cargos, establecer la austeridad como principio a la hora de gestionar los fondos públicos y poner al frente de las empresas públicas y los organismos autónomos a gente profesional. No van a ser fuente de recolocación de políticos que no tienen otra reubicación. No. Los mejores profesionales de cada sector estarán al frente de las empresas públicas y organismos autónomos para hacerlos rentables, para que funcionen y los servicios se presten en condiciones de excelencia.

-Pero fichar a los mejores también costará dinero.

-Sí, pero lo que hay que hacer es recortar en los políticos, que se llevan magníficos cargos. Por ejemplo, una de las figuras que va a desaparecer es la del alcaide del Alcázar, no tiene sentido, pues ya hay un director.

-Se refiere a meros cargos representativos.

-Con ellos se puede estar pagando un favor a alguien. Esa figura es suprimible y hay que mandar un mensaje de ahorro y eficacia. Y de transparencia.

-¿Cree que la desconfianza de los electores se debe en parte a los asuntos turbios que su partido ya ha llevado a los tribunales?

-A mí no me gusta acudir a la Justicia. Antes de ir al juzgado hemos pedido información y se nos ha echado de los consejos de administración. La gente se pregunta qué estará pasando en Emasesa, pues no lo sabemos, nos echaron. Cuando hemos sido incómodos porque hemos pedido información en Mercasevilla, la solución ha sido expulsar del consejo a la oposición. Quiero tener en este caso una mención especial para el concejal que ha tenido que soportar desprecios y vejaciones en los consejos de Mercasevilla, Beltrán Pérez, sólo por pedir información para tener una opinión y poder ejercer la labor de control que corresponde a la oposición. Al final, me da la impresión de que lo único que quieren es tapar un asunto.

-¿Por qué lo dice?

-Es curioso y quiero que  todos los sevillanos lo sepan: con todos los escándalos que ha habido en Sevilla en ningún momento hemos recibido la llamada del alcalde para decir qué sabía él del tema, qué dejaba de saber, cómo podíamos unir las fuerzas para sacar adelante una empresa. Yo pienso devolver a la oposición a todos los consejos de administración, lo haré también en el primer Pleno. Y si alguien piensa igual que yo, pues que haga lo mismo ahora y no espere más. Ni PSOE ni IU están a la altura.

-¿Cuál de los dos socios ha hecho más, o menos, por la ciudad?

-Los dos han ido de la mano. Han hecho daño. Los dos son responsables, al igual que sus fuerzas políticas, que no han sido capaces nunca de desautorizarlos. En algún caso se va a tardar en resarcir el daño causado.

-¿Qué piensa de los candidatos? A uno, su partido lo presentó como el mejor disponible, ¿es también el mejor rival posible?

-Ya lo han calificado sus propios compañeros de partido.

-Con Antonio Rodrigo Torrijos, de IU, coincide en el Ayuntamiento ¿y con el socialista, Juan Espadas?

-No tengo contacto. Lo saludé el otro día en el encuentro sobre redes sociales en el que participamos, también en un acto gastronómico y esta semana en el fútbol. Yo cuando lo veo lo saludo, por respeto, como a todo el mundo.

-El candidato del PSOE tenía mucho interés en celebrar ya algún cara a cara. ¿Es precipitado?

-Indudablemente. Todavía hay que hablar mucho de la gestión diaria de la ciudad. Todavía hay miles de sevillanos pendientes de ver qué pasa con su aparcamiento, por ejemplo. Me da pena tener que dejar de resolver problemas vecinales de hoy por estar debatiendo con alguien sobre lo que va a ser el día de mañana. Todo tiene su tiempo... pero yo acepto todos los debates con y cuando quieran. Hay que seguir trabajando también día a día, pero si de repente le entra la histeria por tener cada vez más debates, yo lo haré, pero sin dejar de estar al lado de los sevillanos que me necesiten.

-¿Cree que la precampaña ha empezado muy pronto?

-Sin duda. No se puede dejar a la ciudad desgobernada por hacer política. Yo seguiré solucionando problemas y ejerciendo de alcalde y exigiendo a otras administraciones lo que le corresponde a Sevilla.

-Algunos parten con desventaja, pues no son conocidos. Su labor en los últimos cinco años es fruto de un equipo engrasado.

-El armazón del equipo está hecho y llevamos muchos años ya juntos.  Voy a mantenerlo, aunque se incorporarán otros profesionales en distintos puestos, al margen de los políticos que vayan en la lista. Me obsesiona que se preste un servicio público de excelencia. 

-¿Los profesionales de los que habla asesoran ya su estrategia?

-Se nos acercan miles y miles de personas para hablarnos de sus problemas, proyectos y de su angustia. Hay mucha gente que quiere que esto cambie. De todos recogemos ideas y haremos nuestra selección. El amiguismo y el partidismo tienen que desaparecer a la hora de buscar a quienes ocuparán los cargos públicos. Estoy siguiendo a personas que triunfan en sus ámbitos, de prestigio, y que todavía no han tenido contacto conmigo.

-¿Los quiere para incorporarlos a su lista?

-Aún queda  para hablar de listas.

-Cuenta con una agenda de prioridades e incluso ha cuantificado ya proyectos que quiere poner en marcha, ¿cuál será su estrategia para los próximos meses?

-Seguir trabajando. Ya estamos preparando las modificaciones presupuestarias para que, ahorrando dinero con el recorte de cargos públicos y en los gastos corrientes, podamos atender obras preferentes. No hace falta mucho dinero para pintar los bajos del río a su paso por la calle Betis, por ejemplo. O para construir un aparcamiento decente en Cisneo Alto, o arreglar las plazas de los sectores 9, 10 y 11 de Sevilla Este.

-¿No habrá grandes proyectos en su programa?

-Sin duda. Algunos vamos a ser capaces de gestionarlos a coste cero, para que sean rentables no sólo a los que lo han pensado o diseñado, sino para todos los sevillanos que usen estos edificios. Lo que no habrá será proyectos megalómanos que poco aportan a la ciudad.

-¿Algún ejemplo?

-No diré nada por ahora.

-Es prudente. Lo que sí comentó un día es que se iría si no conseguía la Alcaldía.

-Sí. Lo comenté en una comida con periodistas a la que me invitaron para hablar con naturalidad... Lo que ocurre es que, a partir de que lo dije, todos los sondeos van en la misma dirección. Así que he pensado que esa posibilidad, realmente, puede darse.

-¿Ser alcalde?

-Sí, pero sigo trabajando con humildad y serenidad. No me creo nada porque ni tengo edad, ni me he educado en la soberbia ni en la prepotencia. El sacrificio y la humildad son los valores en los que me he criado y los que me acompañan.

-O sea, que de momento no piensa volver a la judicatura.

-No. Ahora me veo ejecutando proyectos y mirando la ciudad con ojos de alcalde. La labor de un juez es trabajar por los demás. Eso lo he hecho desde los 25 años y lo voy a seguir haciendo el día de mañana, cuando sea alcalde. Me gusta tener los bolsillos de cristal. El día que me vaya me iré como he venido.

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