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cómics

Vidas distintas

  • Ana Oncina y Mary y Bryan Talbot protagonizan dos de las novedades que llegan a las librerías.

En la imagen, Croqueta y Empanadilla.

En la imagen, Croqueta y Empanadilla.

Las publicaciones de La Cúpula, que siempre se definió por ser abanderada del movimiento underground en los cómics, han ido variando con el tiempo, sabiendo ajustarse a los nuevos gustos y exigencias de los lectores y, muy importante, ese cada vez más grande segmento de lectoras.

En primer lugar, y como ya se anunció en la última Tarde de Cómic (de la que fue protagonista), Ana Oncina nos regala las nueva peripecias de ese dúo de frituras que le han traído el éxito. Croqueta y Empanadilla vuelven en un tercer volumen que seguro que vuelve a colocarse entre los tebeos más vendidos, como corroboran las repetidas ediciones de las anteriores entregas. Pero, ¿en qué consiste el éxito de este cómic? Aparentemente, es un producto dirigido al público femenino, con unos protagonistas a los que, utilizando el argot, podíamos calificar como "cuquis", y con un tono amable y divertido en las historias que cuenta. Pero, como decía, la apariencia queda aquí, ya que nos encontramos ante una obra que va más allá y nos ofrece, por una parte, un retrato de la vida en pareja, con sus más y sus menos. Pero me quedaría sobre todo porque viene a ser un reflejo fiel de la personalidad del ser humano. Hay muchos sentimientos y maneras de ser que compartimos con sus protagonistas, como el egoísmo, la timidez, los despistes, la vagancia. Siempre enmarcados dentro de situaciones muy simpáticas, claro está… Y creo que justo ahí está el quid de la cuestión, el secreto que ha hecho que Ana Oncina haya alcanzado un éxito prácticamente instantáneo, llegando incluso a ser nombrada en la prestigiosa revista Forbes, algo inaudito hasta ahora para un autor de tebeos (y menos español…)

En este tercer volumen acompañaremos una vez más a la crujiente parejita en su día a día, sus mañanas, sus noches ante el televisor, cenas, junto a sus mascotas Rodolfo y Bufa, un perro y una gata muy especiales. Pero a estas historias cortas se sumarán algunas de más extensión en las que la peripecia de la pareja los llevará a un aeropuerto, mostrándonos hasta dónde puede llegar el nivel de despiste de ambos, así como un inesperado viaje a la Ruta de Santiago que comenzará la mar de bien y terminará en medio de tirones musculares y llagas… Una obra para todo tipo de lector, de cualquier edad y sexo, con la que se pasa un muy buen rato.

Y la otra novedad es la edición en tapa blanda del primer trabajo de un matrimonio de creadores cuya obra conocemos bastante bien por estos lares. Hablo de Mary M. Talbot y Bryan Talbot, ella escritora, estudiosa y defensora de los derechos de la mujer; él, uno de los más aclamados autores de cómic británicos, denominado el padre de la "novela gráfica" inglesa y que lleva a sus espaldas una extensa obra en varias editoriales. Entre las más famosas la saga con Las aventuras de Luther Arkright y Grandville. Por cierto, el éxito obtenido por ambos en nuestro país los va a traer como invitados en el próximo Salón de Cómic de Barcelona.

¿Y a qué viene lo del número dos? Pues bien, en esta obra, realizada por este bien avenido dúo, conoceremos la historia de dos mujeres, la autobiográfica, en la que la propia Mary M. Talbot rememora su infancia y juventud, y como, de una curiosa manera, hay un punto de conexión con la existencia de otra mujer, la hija del famoso escritor James Joyce, Lucia.

El descubrimiento del carnet del padre de Mary, el profesor y también escritor James S. Atherton hará que los recuerdos fluyan en cascada. El pasado regresa y los Talbot rememoran la difícil relación que Mary tuvo con su progenitor, siempre encerrado en su estudio, sumergido en la obra de su admirado Joyce, sin darse cuenta de cómo con el tiempo, iba perdiendo el amor de su hija. Las relaciones siempre serán tensas, tan sólo atenuadas por la comprensiva madre de la chica, la cual siempre trata de confortar a la cría, que no comprende los arranques de mal humor de James.

El paso de los años y el enquistamiento de todos estos amargos momentos harán que Mary se aleje cada vez más de su progenitor y, tan sólo tiempo después, descubra otra cara de este hombre que dedicó toda su vida a estudiar la obra del autor del Ulises.

Paralelamente, seremos testigos de otra existencia, la de Lucia Joyce. Criada en un ambiente artístico, desde muy pequeña supo que su destino era la danza, dedicando a esta disciplina todos sus esfuerzos y contando, en un primer momento con la aprobación de su padre y, al contrario que con Mary, la total oposición de una tiránica madre.

Son los primeros años del siglo XX y los Joyce se trasladan a vivir al efervescente París de la época, donde se codearán con lo mejorcito de la sociedad cultural y artística del momento. Pero, con el paso de los años y la intransigencia de sus padres, la vida de Lucia se irá oscureciendo, perdiendo la oportunidad de poder bailar y cayendo en el agujero de la más absoluta locura.

Dos lecturas muy recomendables, muy diferentes entre sí, para un público ávido de buenas historias.

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