Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

En este país ya no te puedes fiar de nadie: ni de una familia de okupas que se presenta en tu despacho a pedir ayuda. Tratas de ofrecerle techo y comida y te están grabando justo cuando te juegas el puesto desde una impotencia que te lleva a meter la pata. Ana Lorenzo se dejó llevar, dice, por el corazón, y sin pensar en las consecuencias alentó a una madre con tres hijos a su cargo a que se colara en un piso vacío de un banco. En comparación con los escándalos de corrupción que forman parte del paisaje, el asunto pareció menor a los dirigentes de su partido y quisieron sostenerla a la espera de que amainara la tormenta. Pero como cabía esperar, la presión hizo su trabajo y el PSOE terminó por dejarla caer sólo 24 horas después de que su propia alcaldesa y la líder provincial le mostrasen su apoyo.

Podemos aplaudió su determinación y ya no sorprende a nadie. Encaja con su ideario porque sus dirigentes siempre parten del cálculo populista en cualquier debate para alcanzar y conservar el poder sin importarles que sus actuaciones abonen la desidia y la falta de responsabilidad y el deterioro de las instituciones. El caso es que los podemitas cada vez cuentan con más imitadores gracias a que muchos socialistas, un buen día, se acostaron socialdemócratas y se levantaron izquierdistas de pura cepa. Dicho esto, si ya no extraña que a los podemitas les dé igual la situación de fondo, aun a riesgo de que crezca el caldo de cultivo para que surjan líderes populistas sin el menor respeto por las reglas del juego democrático, a los socialistas les debería llevar a una honda reflexión. Por ello no se entendió el respaldo público de Patricia Cavada e Irene García -en privado se puede coincidir hasta con la nobleza de sus intenciones- a tenor del calado del mensaje que trasladaron a la sociedad. Nadie discute la valía de Lorenzo. Pero como dijo en su adiós, cuando un servidor público se equivoca, ha de irse, algo que le honra y que invita a tomar nota. Es más, de haber dimitido el primer día, como sopesó, el caso no habría gozado de tanto recorrido. A la postre, fue ella -junto a las circunstancias cambiantes- la que corrigió a sus dirigentes apelando a su responsabilidad.

Gobernar es decidir. Pero desde el buenismo sólo se obtienen resultados a corto plazo. Dice ahora el alcalde de San José del Valle que si tiene que derribar todas las casas ilegales se queda sin pueblo. Así justifica su negativa a multar al dueño de una vivienda ilegal dado que otras muchas se levantaron en el municipio jandeño junto a las vías pecuarias. Lo cierto es que la Fiscalía le ha instado a que derribe una en concreto, y si le diera a todos los alcaldes de la zona por seguir su ejemplo, o el de la edil de San Fernando, incitando a los vecinos a incumplir la Ley, Cádiz se convertiría en territorio comanche. Si no quiere arriesgarse a cometer un delito y tampoco demoler la casa de su vecino, el vallense Antonio González podría seguir los pasos del ex alcalde de Chipiona, Antonio Peña, que dimitió cuando se vio en la obligación de tirar las viviendas de sus vecinos. Claro que si se van todos los concejales a los que no les convence la Ley y también los que cometen un error parecido al de Lorenzo a lo mejor nos quedamos sin munícipes.

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