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Acopio de fuerzas en pro de la reacción

  • Obligado El Sevilla busca la calma definitiva para empezar a sumar de tres en tres ante el disciplinado Murcia de Alcaraz Cambio Kanoute y Dragutinovic refuerzan a un equipo que cortó una pésima racha con un empate que supo a alivio

Con las nuevas inesperadas de contar con dos de los pesos pesados del equipo, Kanoute y Dragutinovic, el Sevilla vuelve a afrontar una cita con el sambenito de la presión debido a lo rápido que se le torció el rumbo en este curso tan condicionado. No le cabe otra al conjunto de Manolo Jiménez que sacar su orgullo y volverse a exponer a los caprichos de unos hados que parecen especialmente ensañados con el hasta hace poco inmaculado héroe campeón de todo, como si se estuvieran cobrando cuentas pendientes. Pero la vida sigue y la realidad dicta que el Sevilla no gana en la Liga desde hace más de un mes y debe responder ya a la necesidad que él mismo se creó con su enorme crecimiento deportivo y económico.

Nada nuevo lo de responder a esa obligación de equipo grande, por mucho que Maresca, en un discurso de sensatez, haya querido reconducir los objetivos hacia el realismo más pragmático. Lo que sí es novedoso es cierta brisa de aire fresco que llegó en el frío norte peninsular con esa reacción en un sitio hostil como Pamplona. Bien es cierto que el empate, a este Sevilla tan necesitado, sabe a muy poco, pero visto lo visto en sus últimas comparecencias ligueras, la forma en que se consiguió y la impresión de que respondió sosegándose en su fútbol pese a ir contracorriente dan pie a la esperanza de que algo ha cambiado para bien. Ante el Murcia debe demostrar que de forma definitiva. Y para ello, además, el equipo de Jiménez ha hecho acopio de refuerzos, con dos principales como Kanoute y Dragutinovic, pero con otros actores secundarios como Maresca o Duda.

Éstos dos últimos le dieron un aire distinto al equipo de Jiménez cuando salieron en la segunda parte en el Reyno de Navarra, por lo que el técnico sevillista podría darles una nueva oportunidad. Con Poulsen descansando para esa cita del miércoles en Praga, ya que estaba muy cargado de partidos y convalecía de un resfriado, es muy probable que el italiano tenga su oportunidad de salida junto a Keita, cuya comparecencia es segura dado que es baja para la Liga de Campeones. Aunque no es improbable que Jiménez apueste por Martí o Renato en alguna de las posiciones de medio centro. Ahí tiene donde elegir y la incógnita principal es cómo responderá el equipo sin el danés en esa posición de pivote por delante de la defensa, sobre todo ante un rival cuyo fuerte es precisamente el medio campo. Más insegura es la comparecencia como titular de Duda, teniendo en cuenta que Diego Capel no viajó a Pamplona y que el portugués puede ser un revulsivo si se necesita su concurso a balón parado en caso de que el partido esté encasquillado.

Sea como fuere, lo cierto es que donde más se notan esos refuerzos es en la defensa, donde la presencia de Dragutinovic y el regreso de Daniel le da más seguridad a una zaga que volvió a pagar muy caro un error en una jugada puntual. Que Mosquera fuera el mejor de la línea ante Osasuna también fue una buena noticia y viene a presentarse como otra bocanada fresca en la búsqueda de esa calma definitiva. Y, evidentemente, el concurso inesperado de Kanoute propicia un plus de confianza en el resto de sus compañeros, incluido un Luis Fabiano que ha visto cortada sin el francés su excelente racha goleadora.

Pero la necesidad del Sevilla continúa latente y no hay que obviar, ni mucho menos, al rival que tendrá enfrente, por mucho que se trate de un recién ascendido. Ya ha quedado claro que no hay enemigo pequeño para este equipo tan zarandeado por muy diferentes factores y el conjunto que adiestra Lucas Alcaraz tiene muy metida la premisa del orden, aderezada en este caso con ciertas dosis de talento que lo pueden hacer muy peligroso. Sólo hay que mirar las piezas que componen su mediocampo y su ataque. Aun así, el Sevilla debe abandonar la ansiedad, debe dejar a un lado las dudas que en ciertos sectores crea Jiménez y debe creer en sí mismo. Está obligado, pero eso no lo puede obcecar, porque eso podría cercenar la senda de la reacción.

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