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Adriano mete presión a todos

  • El brasileño, el más polivalente en el versátil Sevilla, pide un sitio fijo de titular pese a no tener un puesto definido · A falta de perfilar totalmente la plantilla, Jiménez va puliendo el equipo

El sexto Trofeo Carranza ya está en las vitrinas del Ramón Sánchez-Pizjuán, pero lo mejor de este triunfo son las varias conclusiones positivas que ha dejado. La primera es que el equipo de Manuel Jiménez ha respondido a la exigencia que se había creado, desde fuera y desde dentro del club, al definirse el clásico veraniego como el test definitivo para saber si todo lleva el "camino idóneo", usando las palabras de Monchi. El Sevilla respondió con entereza táctica, firmeza defensiva, buenos criterios de presión y la chispa en ataque, más a cuentagotas, que había faltado hasta ahora. Y para que esa chispa haya saltado ha sido necesaria la puesta en escena de Adriano.

El jugador de Curitiba ha irrumpido en el Carranza prometiendo competividad desde su figura de jugador polivalente, un criterio clave para Jiménez que ya cuenta con una plantilla muy versátil. Fazio, Capel, Perotti, José Carlos, Alfaro, Lolo..., hasta Duda, han demostrado durante las pruebas veraniegas que pueden ocupar distintos lugares en un once tipo aún no definido y lo han hecho con garantías. Ésta es otra de las conclusiones positivas del Carranza. Pero lo de Adriano es punto y aparte.

Bastaron cuatro minutos para que demostrara ante el Valencia que tiene lo necesario para romper los partidos cerrados: velocidad, técnica y gol. Salió como interior diestro por Capel, aprovechando la baja de Jesús Navas, marcó tras una gran irrupción por el costado y luego cumplió como lateral izuierdo, un puesto que agrada especialmente al brasileño, que tiene entre ceja y ceja intentar buscarse un hueco en el próximo Mundial.

Ya dijo en este periódico Fernando Navarro que la Copa del Mundo acentuará la competitividad y que de ello saldrá beneficiado el Sevilla, y no lo dijo por decirlo. Sabe que la sombra de Adriano es alargada y que lo tiene todo para quitarle el puesto al más pintado. Si el año pasado se acomodó al lateral derecho por necesidad -del equipo y propia, pues se había quedado sin sitio entre las lesiones y la irrupción de Perotti-, esta temporada no tiene un lugar definido y es una potente amenaza para todos los compañeros de banda, los dos laterales y los dos extremos. Y también le mete presión a un Jiménez que agradece la competitividad y la calidad de un jugador que aporta cosas distintas además de gol.

Lo cierto es que Jiménez, a falta de que las salidas permitan perfilar definitivamente la plantilla, anda puliendo el equipo y todavía no tiene definido un once tipo. Pero, si Adriano mantiene el estado de forma que promete y es respetado por las lesiones, debe ser un titular fijo. Otra cosa es saber a estas alturas dónde será situado en ese once.

La planificación aún tiene que definir varios aspectos. Sin contar a José Carlos, que será inscrito en el filial, el Sevilla continúa teniendo 27 fichas profesionales, dos de mucho peso, las de Duda y Chevantón, más De Mul. El primero tiene más predicamento para Jiménez que el segundo, que vive acomodado en su particular ostracismo. Y los criterios empresariales que utiliza la cúpula dirigente no permiten dispendios como fichar a un jugador de elevado coste nominal, tipo Fred, para dejar en la grada a otro de costosísima amortización. La solución a este entuerto se definirá de aquí a 15 días. Entretanto, Jiménez continúa con su proceso de darle empaque competitivo a un plantel que ha ofrecido nivel en el Carranza pese a las bajas de Jesús Navas, Luis Fabiano y Renato y el paso testimonial por Cádiz de Kanoute, en su primera aparición.

Queda por saber si Romaric va a romper definitivamente como el manijero del equipo o será necesario buscar otros recursos, dentro o fuera. Ante el Deportivo funcionó mientras tuvo fuelle. Lo que sí es seguro es que Adriano ya está metiendo presión, pidiendo sitio.

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