Las palmas | betis· la crónica

Alarma verde (1-1)

  • Un despiste en el último minuto llena de incertidumbre el futuro de un equipo que mejoró su fútbol con la revolución impuesta por Víctor Fernández. Emana, autor del gol verdiblanco y ejemplo de implicación, falló en el alargue la ocasión de haber dado a su equipo una victoria que mereció

El Betis no tiene fortuna. Cierto que ésta es más fácil de tenerla con futbolistas buenos que con los que tiene el Betis, pero que dos fallos de concentración a lo largo de 97 minutos se paguen tan caros... Un error de Damià, agrandado por el árbitro, en los inicios, y un fallo de concentración de todos en la defensa de una jugada de estrategia han encendido las alarmas de manera definitiva en verdiblanco. El cambio propugnado y llevado a efecto por Víctor Fernández quedó en nada y la mejoría en el juego, también. Una lástima que el Betis se vea con estos ropajes cuando encaraba esa especie de principio de la cuenta atrás.

Y es que los planes de Víctor Fernández iban a quedar hechos añicos muy pronto. En una semana en la que era recordado el Betis más vasco de toda la historia por mor de aquel título de Liga logrado en 1935, fue un ciudadano de Bilbao el que a los cinco minutos aplicó el reglamento con todo su rigor al cuadro verdiblanco. Fue penalti el cometido por Damià sobre Saúl, pero la expulsión, en todo caso, se antojó muy rigurosa, ya que Fernando Vega acudía presto al cruce. Pronto, muy pronto, el Betis se quedó con diez jugadores y gracias a su portero, que detuvo el lanzamiento del sevillano Marcos Márquez, el mal no se hizo irretornable.

El entrenador del Betis había revolucionado sus líneas. Tras la crisis de juego del equipo, optó por virar el sistema hacia un 4-4-2 y adoptó un dibujo calcado al del mejor Betis de Tapia, que no quiere decir que haya sido el mejor de esta temporada, coincidente con el de los albores del propio Víctor Fernández. Pero con Juanma y Nacho de interiores e Iriney como medio de cierre junto a Arzu, las ideas del técnico eran evidentes: controlar el centro del campo, robar el balón con prontitud y que ello obrara como lanzadera para la potencia de Emana y la rapidez y habilidad de Jonathan Pereira en los contraataques.

Estaba bien parido el planteamiento, pero quedó reducido a cenizas muy pronto. La expulsión de Damià obligó a un retoque extremo: Fernando Vega pasó al lateral derecho, Nacho retrasó su posición en la izquierda y Emana, en teoría, quedaba por delante de éste con Jonathan como único punta. Y eso que hasta en el saque inicial había sabido el Betis ganarse los favores del viento para una salida fuerte.

Eso obligó al Betis a cambiar un tanto su tentativa. No es que dejara el balón a Las Palmas, pero sí se vio obligado a más de un pelotazo defensivo para ingresar el balón en los dominios amarillos. Por fortuna, Las Palmas hoy no es nada e incluso permitió que el menudo Jonathan Pereira bajase algunos de los obuses de Goitia desde atrás. Un mal equipo éste que trata de ordenar Paco Jémez, preso además de una ansiedad desconocida.

Y a ese grupo de once hombres atiborrado de nervios lo fue sometiendo el Betis, con diez, con el paso de los minutos. Las arrancadas de Emana, los deficientes despejes de los amarillos que se tradujeron en innumerables saques de esquina... Los de Víctor Fernández llegaron por medio del camerunés, en un cabezazo de Rivas y hasta en un disparo de Iriney al larguero en los estertores de la primera mitad que mereció el premio supremo. Las Palmas apenas inquietó a Goitia por medio de Marcos Márquez, quien vio de nuevo la alargada figura del meta vasco en un paradón de antología en un momento en el que hizo justicia al trabajo de unos hombres que jamás perdieron el equilibrio pese a su inferioridad.

Porque además, el conjunto local echaba de menos en el mediocampo a Dani González. Josico y Jorge tienen, sobre todo, años y el Betis se fue haciendo el dueño de la zona caliente. Sólo le faltaba más posesión del balón, pero pronto la iba a encontrar por dos motivos. El primero fue porque Miguel García, que había entrado precisamente por Josico tras lesionarse éste, se iba a ir pronto a la caseta por una dura entrada sobre Nacho a la altura de los banquillos.

Con las fuerzas equilibradas fue cuando Víctor optó por reordenar un equipo que ya además ofrecía los lógicos síntomas de fatiga. Entró Capi y el balón fue más del Betis. Pero principalmente de un Arzu que se vio liberado y que fue diseñando pases a la espalda de la adelantada zaga canaria hasta que al linier, quizá harto de tanto levantar el banderín, se le durmió el brazo en una internada al alimón de Jonathan Pereira y Emana que acabó con gol del camerunés.

El partido, entonces, pareció ganado. Las Palmas ni empujaba y se acobardaba ante Assmann cuando los embates béticos se seguían produciendo. El 0-2 planeaba sobre el desangelado Estadio de Gran Canaria. No eran muchas las ocasiones, pero los amarillos ni amagaban. Salvo en esa falta lateral mal defendida que acabó en gol de Rondón como un rejón para este Betis mejor pero sin suerte que ha encedido las alarmas.

 

Ficha técnica:

1. Las Palmas: Assmann; Samuel, David García, Josico (Miguel García, min. 29), Francis Suárez (Rondón, min. 70), Márquez, Jorge, Javi Guerrero (Darino, min. 61), Dani López, Juanpa y Saúl.

1. Real Betis Balompié: Gotilla; Melli, Fernando Vega, Rivas, Juanma (Capi, min. 60), Arzu, Damiá, Iriney (Mehmet Aurelio, min. 80), Pereira (Rodri, min. 74), Emaná y Nacho.

Goles: 0-1, min. 68: Emaná. 1-1, min. 88: Rondón.

Árbitro: Gardeazábal Gómez (Comité Vasco). Expulsó con roja directa al visitante Damiá (min. 4) y al local Miguel García (50). Además, amonestó a los amarillos David García, Darino y Jorge; así como a sus oponentes Iriney y Goitia.

Incidencias: Un total de 10.052 espectadores acudieron al Estadio de Gran Canaria. Varios aficionados acabaron increpando al presidente Miguel Ángel Ramírez. Los servicios sanitarios atendieron a un aficionado con problemas en la grada sur.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios