Si algo ha conseguido Chaparro es dotar de un estilo reconocible al Betis, algo impensable hace unos meses. Ante el Valladolid, sin alcanzar la consistencia de los dos últimos partidos, sobre todo por la excesiva separación entre líneas en momentos del partido, el conjunto verdiblanco creó media docena de ocasiones.

El juego combinativo no alcanzó la brillantez de otras ocasiones, al notarse en exceso la ausencia de Capi por la desidia de Sobis y las desapariciones de Rivera, pero el Betis sí mostró empuje por las alas. Quizás la mejor noticia para Chaparro sea la recuperación de Mark González, que si bien acabó fundido, volvió a dejar muestras de su mejor fútbol. Sus carreras, junto a las del atleta Odonkor, sirvieron para desarbolar lo justo a un buen rival. Al final, el partido se le hizo demasiado largo, como antes había ocurrido con el campo.

Defensa

Sin ser exigida excesivamente, la zaga no mostró la seguridad de los últimos partidos, debido a la debilidad mostrada por los laterales y por la excesiva distancia entre líneas. Juanito y Melli se multiplicaron en las coberturas, aunque en la jugada del gol de Víctor, la colocación no fuera la mejor. Damià sufrió al inicio. Babic, por su parte, dejó lagunas defensivas y tampoco brilló en ataque, demostrando los motivos que le dejan fuera del Betis y de su selección.

Ataque

Ante la falta de combinaciones, con un Rivera que tardó en cogerle el aire al partido, las mejores acciones se generaron en las bandas. Odonkor en el primer tiempo y en el comienzo del segundo y, sobre todo, Mark González. José Mari cuando sustituyó al alemán generó peligro en el uno contra uno.

Virtudes

La recuperación de Mark González es un hecho. Las buenas intenciones de Odonkor.

Talón de aquiles

Babic y Sobis han tirado la toalla.