Fernando Alonso confía en poder demostrar en el circuito de Spa-Francorchamps, escenario del Gran Premio de Bélgica, la progresión del R29, después de que en las tres últimas carreras la suerte le haya sido esquiva. El piloto asturiano no pudo sacar partido en Alemania, Hungría y Valencia de las mejores prestaciones que había evidenciado su monoplaza respecto a las anteriores citas del Mundial, ya que varios factores externos se lo impidieron.

La aparición de la lluvia cuando Alonso trataba de marcar en la segunda ronda de la calificación su vuelta rápida en Nurburgring derivó en un trompo cuando ya no quedaba tiempo para más que lo relegó a la duodécima posición en la parrilla de salida. Sin embargo, su ritmo en carrera le permitió acabar séptimo el domingo.

La pérdida de una rueda, así como problemas con la bomba de la gasolina, dejaron casi sin importancia la pole conseguida en la jornada del sábado en Hungaroring, mientras que en Valencia el mal funcionamiento del disco de un freno mermó el rendimiento del coche en la calificación del Gran Premio de Europa.

Ahora, en el circuito favorito de casi todos los pilotos de la parrilla, el doble campeón del mundo de Fórmula 1 espera ver el límite actual de su coche sin que ningún factor externo influya. Para realizar una buena carrera Alonso considera clave el rendimiento del coche mañana para estar en la lucha por el podio el domingo.