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Ansiedad y cuarto poder

  • Monchi pide a los medios bajar la presión y valorar por igual victorias y derrotas

Más allá de discutir la idoneidad del mensaje y si éste al final acaba provocando el efecto contrario al buscado, el consejero y director deportivo del Sevilla protagonizó ayer, a petición propia, un careo con los medios de comunicación externos al club en el que pidió "mayor objetividad" a la hora de enjuiciar el rendimiento deportivo del equipo. En su opinión, las críticas de la prensa han viciado un ambiente que no considera idóneo para el día a día del equipo. Monchi se atrevió incluso a pedir el mismo trato a las victorias que a las derrotas, dejando por el camino confesiones como la de que ha derramado más de una lágrima esta temporada ante la enorme tensión creada en torno a la figura de Manolo Jiménez. Todo en una larguísima rueda de prensa que superó incluso los cuarenta minutos.

"La presión es una situación en la que tenemos que acostumbrarnos por las exigencias que marcamos, pero una cosa es la presión y otra cosa es crear un estado de ansiedad continuo. No es bueno lo que se está viviendo. El equipo está en los márgenes previstos a comienzos de temporada. Llevamos jugando demasiadas finales después del derbi de la primera vuelta, recuerdo por lo menos 12 ó 14, y eso tampoco es así porque luego tampoco pasan tantas cosas. No es ni justo ni bueno", precisó citando las que, a su juicio, sí pueden catalogarse como finales, la de Génova y algún partido de Copa.

El de San Fernando negó que su discurso a través de los medios fuera producto de no atreverse a poner en duda la opinión de la afición del Sánchez-Pizjuán, lo que ya tuvo un efecto boomerang tras algún discurso de Del Nido: "Quien crea opinión son los medios de comunicación, para lo bueno y para lo malo. No lo digo yo, sino que es una de las definiciones de la prensa. No estoy en un tono acusatorio, sino declaratorio, pero se ha escuchado demasiado lo de final. Pediría soltar un poco y crear el mejor ambiente posible", subrayó el ex guardameta, recordando la máxima de aquella película de Orsons Wells, Ciudadano Kane. "La afición escucha, lee y ve. Si escucha que Monchi es bueno me saludan por la calle y si se dice que es malo, se mete conmigo. Eso es así", añadió.

El trasfondo de todo esto es que el club, a través de Monchi, pidió a la prensa un cambio de actitud y de dirección de los comentarios en torno al equipo. "Estoy demandando y pidiendo que intentemos entre todos reflejar en el día a día de una forma mucho más objetiva los resultados del equipo. Un reflejo de la realidad es que estamos terceros y peleando para la final de Copa. Yo no puedo ir casa por casa, ni hacer un buzoneo... vosotros sois los que creáis opinión y os pido confianza en un proyecto que no es nuevo y que ha dado en el pasado muestras de credibilidad con un margen de error que todavía no se ha producido. [...] Quiero tender esa mano para intentar reconducir el tema".

Todo esto está claro que tiene que ver mucho con Manolo Jiménez y la imagen que hay en el ambiente sobre su trabajo. De cualquier forma, Monchi cree que hay de todo. "Yo estoy comiendo en un restaurante con él y se le acerca mucha gente a darle la enhorabuena.. ¿A Emery por qué le pitan en Valencia? Yo me quedo con el trabajo de Manolo y la rápida adaptación que ha tenido".

Aquí ha entrado demasiado en juego el debate de si el Sevilla juega bien o mal al fútbol, algo que, en opinión de Monchi, es muy subjetivo: "Yo soy resultadista y bilardista, pero tengo un ramalazo menottista y creo que para estar 23 jornadas en puesto Champions hay que hacer algo bien. El Madrid de Juande para ganar ocho partidos de nueve algo ha hecho bien. Casillas ha pasado de ser el portero que más intervenciones hacía en un partido a no aparecer y eso también es jugar bien. Si el Sevilla es el segundo menos goleado y el mejor visitante es que está jugando bien. Jugar bien tiene muchos matices y en muchos matices el Sevilla juega bien, seguro".

Por último y para ilustrar el estado de ansiedad en el que ha entrado por las críticas relató incluso episodios de su vida privada. "Me produce pena, por no decir otra cosa, leer y escuchar algunas cosas. Voy a contar un cotilleo y es que he llorado este año más que nunca en partidos que no eran una final y eso es ansiedad y el reflejo de lo que hay. Y me podría dar más o menos igual las cosas porque tengo un currículum amplio. Yo he llorado este año tras el Sevilla-Espanyol, quinta jornada, en Coruña el día de la remontada... porque se crea tal estado que parece que es el último partido de la historia. En el Sevilla hay demasiadas finales y eso no hay cuerpo que lo soporte. Esa ansiedad es la que yo intento relajar", confesó.

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