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Atlético de Madrid- Betis (1-3): Partidazo y billete de Primera en el Calderón

  • A Chaparro, con medio equipo titular en la enfermería, le sobra un mes para dejar al Betis en Primera Colectivo Con la base de la cantera y un fútbol soberbio, aniquiló al cuarto clasificado

Gracias, entrenador. La frase, el mensaje, que pertenece a quien suscribe, deberían hacerlo suyo de inmediato los miles de béticos que viven esparcidos por medio mundo y, principalmente, dos que incluso podrían osar esta semana a lanzar loas a la mediocre plantilla que han conformado y que en manos de don Francisco Chaparro Jara se asemejó ayer al Ajax de albores de los 70.

Este menudo y tenaz trianero, a falta de que las matemáticas den su brazo a torcer, ha levantado a un Betis mortecino en poco más de cuatro meses y le ha sobrado incluso uno –cinco partidos– para espantar las fatigas que él mismo se vio obligado a sofocar la pasada primavera junto al Cantábrico.

Chaparro ha construido un equipo, algo tan sencillo de contar y tan complicado de ahormar, con unos mimbres del montón. La prueba más contundente se dio ayer a orillas del Manzanares. Sin Fernando Vega, sin Rivera, sinMark González, sin Pavone... Y sin Edu, otro al que le racanean los méritos. Sin medio equipo, el trianero recuperó el 4-3-3 que jamás debió abandonar y que le impidió coronar ante elLevante, se puso la gabardina, apretó los dientes en la banda e imbuyó a su gente de ese carácter competitivo que lleva 65 años a su vera.

El mando para Arzu, un mariscal, cabeza en alto siempre; la escolta para el generosísimo Capi y para unJuande que se crece en las grandes plazas y en el que el trianero acabará confiando porque es bueno y no le queda otra. Así de fácil: RaúlGarcía y Cléber se vieron obligados a desnudarse, conJuanito atentísimo a cualquier escaramuza a las espaldas de Arzu y con Melli como el central que siempre debió ser y permitiéndose una sola locura en 90 minutos. ¡Pero qué bella esa locura, esa estampa que recordó al mejor Vidakovic y ese pase a lo Laudrup sobre Capi!

Bien puesto, con empaque, gustándose, seguro de sí mismo y ajustándose el mentón al poco de regalar Casto un gol a Agüero... Como un equipo. Así jugó el Betis uno de esos partidos que se ganan sople el viento a favor o en contra. ¡Qué superioridad! Porque enfrente, y la Liga será lo mediocre que se quiera, trataba de hilvanar juego el cuarto clasificado de la misma. Pero el Betis no lo dejó. Fue generoso hasta en la presión, que ésa es otra.

No hay más que repasar esta vuelta entera que acaba de doblar Chaparro –33 puntos en 19 partidos– para caer en la cuenta de que el Betis ha sometido físicamente a todos sus rivales. Salvo pájaras eventuales al inicio de algunos partidos, achacables a la casi desterrada costumbre del grupo de adocenarse, los verdiblancos han superado a sus rivales los 90 minutos, a veces sin cambios o con algunos ya postreros como ayer. Hasta ahí tuvo sapiencia el técnico, que premió a Nano y clavó un rejón de castigo a Sobis, el supuesto líder que tantas veces le devolvió la camiseta y lo dejó tirado, la última cuando Edu hizo crac ante el Levante y no tomó su testigo conMark González también en la enfermería.

¿Y el Atlético? Pues así sigue, cuarto de España si el Racing no lo evita y harto de ver cómo el Betis lo toreaba en rodeo propio bajo los olés –en Madrid son olés– de la hastiada grada colchonera. Sin un pelotazo, los verdiblancos dieron varias capas de barniz a su fútbol. Desmarques y balón al espacio una vez superado Arzu, el único con derecho y clase para pedirla al pie y buscar continuidad. ¡Qué moderno, Betis! ¡Qué bonito! ¡Qué eficaz! ¡Qué poco cansa así el fútbol! De jugarlo y de verlo, que hasta se hacen cortos los partidos, ¿verdad?

¿Y José Mari? El sevillano, por fin, devolvió a Chaparro la fe que éste siempre le depositó. Se la jugó por él sentando a Sobis pese a fiascos anteriores y fue bastión importante de esa columna vertebral que se sustentó más atrás en Juanito y Arzu.

Juanito, Arzu, Melli, Capi... Canteranos, supervivientes de aquel Betis campeón de Copa e injustamente denostados, junto a Doblas –el mejor portero, de largo, de este equipo– y otros que se fueron como Varela y Dani. Futbolistas de Primera División, como Juande, y a los que sólo Edu puede mirar sin pleitesía en este equipo que dos béticos han minado de vulgares, de futbolistas peores que ellos, que ganan el doble y hasta el cuádruple y que muy posiblemente sigan con las puertas abiertas de la entidad si a Chaparro no se le da lo que se merece: el banquillo sin condiciones. Porque tras lo del Calderón y lo de Zaragoza y Pamplona o Villarreal, tras noquear a Real Madrid y Barcelona... Tras resucitar al Betis y hacer mejor a todo futbolista que se ha dejado, aquí sólo caben preguntas por parte del que manda: ¿Qué quiere usted, donFrancisco? ¿Qué necesita para jugar así más veces? ¿Qué le firmo para que gane más partidos todavía? ¿A quién le quito de en medio en los despachos y en el césped? ¿Me voy yo también? ¿Que pinte de rosa la ciudad deportiva? Lo que usted diga, a mandar. Y, por supuesto, darle las gracias. Gracias, entrenador.

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