Guus Hiddink, el holandés errante que dirige a la selección de Rusia, será, con toda seguridad, la única persona de su país que mañana no deseará la victoria de Holanda en los cuartos de final de la Eurocopa ante el combinado ruso.

Hiddink logró al frente de Rusia la clasificación después de vencer en la última jornada de la primera fase a Suecia. Además, tras un mal comienzo contra España, con una dura derrota por 4-1, y una mejoría frente a Grecia, ya con un triunfo por 1-0, el equipo del holandés errante ya ofreció ante Suecia el carácter alegre y de bloque característico del juego de los equipos de Hiddink.

Según la leyenda, el Holandés Errante es un barco fantasma que no puede volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo, un sobrenombre que encaja a la perfección en un técnico que ha dirigido a Corea del Sur, Australia y Rusia en su carrera además del equipo nacional de su país. Igualmente, y tras darse a conocer con una brillante temporada en el PSV en 1988 con el título de la Copa de Europa, ha desarrollado buena parte de su carrera en los banquillos de clubes españoles (Valencia, Real Madrid y Betis).

Con una gran capacidad de liderazgo, el técnico ha destacado en su carrera como entrenador por su capacidad de organizar con frecuencia equipos con un estilo definido en su juego, con la consabida dificultad que conlleva la ausencia del trabajo del día a día en las selecciones nacionales. Ahora, a sus 61 años, Hiddink se encontrará con el amargo trago de tratar de poner fin a la trayectoria de la selección de su patria, al frente de un equipo ruso al que se incorporó en 2006 y al que ha querido dotar de características similares -salvando las distancias- a las que maneja el fútbol oranje.

Holanda ha sido el equipo que más admiración ha despertado en la Eurocopa en la fase de grupos. Sin embargo, con Hiddink al frente de un equipo y a un solo partido, las distancias existentes pueden quedar reducidas. La mejor muestra de ello es el rendimiento de la selección de Corea del Sur en su Mundial, cuando con el holandés al frente logró llevar al equipo asiático hasta las semifinales del torneo. Ese éxito le llevó a ser nombrado ciudadano de honor de Corea del Sur, además de que las líneas aéreas Korean Airlines y Asian Airlines le garantizaron billetes gratis de por vida. Pudo repetir la historia con Australia, a la que llevó en 2006 a participar en su segundo Mundial de su historia y en el que perdió ante Italia en octavos tras un más que discutido penalti .

Sin sentimentalismos que valgan, Hiddink, capaz de consumir veinte cortados al día, buscará dar la campanada de la Eurocopa tumbando al favorito y haciendo historia con Rusia, que ha accedido a cuartos de final por primera vez con el actual sistema de competición, hace ocho ediciones.