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Bernardo costó 1.800 euros

  • El joven central colombiano es un ejemplo de acierto de la secretaría técnica y también de contraste con otras inversiones

Al César lo que es del César. Igual que la secretaría técnica del Sevilla ha hecho negocios que hasta el momento han resultado ruinosos, hay otra serie de operaciones que, sin tener el glamour de lo que pueda ser un seguimiento de alto nivel, dan sus frutos y tienen un coste mínimo. Uno de ellos es el caso de Bernardo Espinosa, el central colombiano que debutó el pasado miércoles ante el Real Unión cuajando un excelente partido en defensa y coronándolo con un soberbio gol de cabeza. Y es que, aunque es algo habitual y, prácticamente, el pan nuestro de cada día en la cantera, la inversión en este tipo de futbolistas que llegan al club en edad juvenil se mueve en cifras de este estilo. Lo que ocurre es que no deja de sorprender rebuscar en la historia de su fichaje cuando el jugador en cuestión llega al primer equipo porque contrasta sobremanera con el coste de otras apuestas.

"Tengo que decir que el Sevilla se portó y se ha portado fenomenalmente con nosotros. Se acordó el traspaso en 1.800 euros y nos cedió también los derechos de formación. Para nosotros ha sido una alegría que haya debutado. Me lo dijeron en el campo y no me lo creía hasta que vi los resúmenes. ¡Y vaya golazo! Su fuerte siempre fue el juego aéreo", dice Gregorio Mesa, presidente del Dos Hermanas San Andrés, club malagueño del que procede Bernardo. Unos 1.800 euros que el Sevilla abonó en efectivo -otras veces estas compensaciones se llevan a cabo en pago de material deportivo (balones, etcétera)-. No obstante, recientemente el Dos Hermanas ha recibido otra cifra, 6.000 euros, al cumplirse una de las estipulaciones de su contrato, que jugara 25 partidos oficiales en Segunda B.

Bernardo, de padre colombiano y madre madrileña, nació en Cali (11-06-89), pero a los 10 años se instaló en Marbella. Allí empezó a jugar en el CD Chapas, pero empezó a despuntar en los cadetes del AD Vázquez-Cultural y en la selección de Málaga en torneos interterritoriales. Ya por entonces le seguían los pasos los ojeadores en la zona malagueña de Barcelona y Real Madrid. Germán Vaya, Mani, y Fernando Quintanilla ya habían informado a sus superiores, pero la excesiva juventud del chaval hacía que su familia tuviera ciertos reparos a que Bernardo, aún un niño, iniciara una aventura de tal calado.

En el primer año juvenil pasó al Dos Hermanas San Andrés, en la División de Honor, y empezaba a hacer sus apariciones en la selección andaluza, donde coincidía con Cala. El Sevilla, aconsejado por José Miguel Luque, uno de sus técnicos, aprovechó la cercanía con Málaga para convencer a su familia y llegó en el segundo año juvenil, instalándose en Sevilla, donde la madre de Bernardo pasó como un clavo todas las tardes en la ciudad deportiva durante los tres o cuatro años que lleva en el Sevilla. "Mi familia disfrutó muchísimo el miércoles y mi madre, imagínate. Ha estado siempre conmigo. Cuando estaba en el Dos Hermanas hacía a diario más de 100 kilómetros desde Marbella hasta Málaga para llevarme a entrenar y volver", explica el defensa, que estuvo en una concentración de la selección sub 20 de Colombia, aunque no debutó porque era una convivencia. El seleccionador está ahora en la absoluta.

En el Sevilla ha sido un futbolista moldeado más que nadie por Ramón Tejada, quien lo tuvo en el División de Honor juvenil, después en un breve paso por el C y, por último, en el Sevilla Atlético. Su debut como titular no ha podido ser mejor. Pero, ojo, acaba contrato...

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