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El Bisonte que no se dejó cazar por los ingleses

El bisonte americano, erróneamente conocido como búfalo, estuvo a punto de extinguirse de las praderas americanas por la presión de los cazadores británicos, pero en la Vuelta 2011 Juanjo Cobo, del Geox-TMC, logró sacudirse la presión a la que intentó someterle Christopher Froome para auparse a lo más alto del podio.

Cobo se reencuentra así, a lo grande y después de dos años de vacío, con un triunfo de prestigio. Una victoria que lo aúpa al olimpo de los elegidos del ciclismo, en el que espera seguir durante un tiempo y en el que no se pone límites porque ahora "las grandes vueltas se ganan con 34 y 35 años".

A sus treinta años es un ciclista peculiar. Corre sin gafas y sólo las luce para los actos protocolarios. Montado sobre la bicicleta parece llevar un cuadro varias tallas menor a lo que le correspondería, pero cuando está bien la rompe.

Trece segundos de ventaja sobre Froome que deberían suponer un antes y un después en su trayectoria deportiva. Un salto cualitativo en las aspiraciones de el Bisonte de la Pesa. Su rival, británico de origen keniano, trató de abatir la presa durante las cuatro últimas etapas. Lo intentó de todas las maneras, luchando por las bonificaciones, atacando de lejos, pero no fue capaz de alcanzar su objetivo. El cántabro se pegó a él y logró neutralizar todos sus movimientos.

La última vez que había levantado los brazos como vencedor fue en la decimonovena etapa de la Vuelta 2009. Una oferta deportiva irrenunciable, -"me fui perdiendo dinero", recuerda-, lo llevó a comprometerse para 2010 con el entonces Caisse D'Epargne, actual Movistar, y se le apagó la luz.

Los sinsabores y la presión "a la que yo mismo me sometía" lo hundieron el último año y medio y llegó a plantearse un volantazo en su vida. Abandonar la práctica del ciclismo porque no disfrutaba. Estuvo muy cerca de apuntarse al paro.

En mayo, mantuvo varias conversaciones con su director Josean Fernández Matxín, el hombre que había dirigido su carrera hasta su inoportuno cambio. Y se liberó. La cumbre la había alcanzado con su triunfo en la Vuelta al País Vasco en 2007, pero inició una curva descendente, aunque todavía logró alguna victoria de prestigio como la de La Granja de San Ildefonso en la Vuelta 2009. Desapareció hasta la pasada Vuelta a Burgos, partió como gregario de Dennis Menchov y Carlos Sastre. El Angliru lo coronó.

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