LOS NUESTROS | Rocío Sánchez. Jugadora del Balonmano Triana

Una pasión imposible de volver a relegar

La jugadora del Balonmano Triana, Rocío Sánchez.

La jugadora del Balonmano Triana, Rocío Sánchez. / m. g.

El pasado verano, Rocío Sánchez (9/02/1996) no pudo decirle no al balonmano. Ya lo hizo una vez, cuando empezó el Grado en Enfermería y compaginar los estudios con los entrenamientos se volvió imposible. Desde entonces había pasado dos largos años alejada de la competición, aunque no completamente del deporte. "Me uní a un grupo de veteranas y entrenaba con ellas un día a la semana. Así sentía que no lo había dejado del todo y aplacaba el gusanillo", cuenta.

Pero no del todo. Y Rocío lo sabía. Los nervios previos a saltar a la pista, la emoción que desborda tras cantar victoria… Por eso, cuando supo del nuevo proyecto del Balonmano Triana, no pudo evitar subirse al barco y trabajar por que otras jugadoras también lo hicieran: "El club quería apostar por el balonmano femenino y se propuso formar un equipo para competir a nivel andaluz en Primera Nacional. Las primeras en llegar hicimos una intensa labor de captación. Recuerdo que esos días fueron de mucho agobio, pero ahora que lo pienso, ¡qué buen agobio!".

"Al principio de la temporada no nos creíamos el estar arriba; luego sí pensamos que era posible"

No es para menos. Hace unas semanas, el conjunto trianero se proclamó campeón de la Primera Nacional (Grupo Sur), por lo que disputará la fase de ascenso a División de Honor Plata, la segunda categoría nacional del balonmano femenino. Un éxito inesperado.

"Sabíamos que no iba a ser fácil, que éramos un equipo totalmente nuevo y que lo primero que teníamos que hacer era conocernos. Y hemos tenido que afrontar muchos contratiempos, como tener que entrenar fuera de Sevilla por falta de pistas municipales o jugar dos partidos la misma semana. Pero todo nuestro esfuerzo se ha visto recompensado", reflexiona Rocío.

Según transcurría la campaña, el BM Triana empezaba a acostumbrarse a verse en los primeros puestos de la clasificación. "Al principio no nos lo creíamos. Luego comenzamos a pensar que era posible. Y en la recta final ya sí que había muchos nervios".

Al último partido, disputado en el pabellón El Paraguas frente al Balonmano Solúcar, Sánchez y sus compañeras llegaban como segundas del grupo. La disputa de la fase de ascenso ya estaba asegurada, pero podían redondear una temporada de ensueño si ganaban o empataban y el Málaga Norte, que les sacaba un punto, tropezaba.

"Al final empatamos (24-24), pero igualmente nos fuimos al vestuario muy contentas para celebrar que habíamos sido segundas. Y en éstas que nos enteramos que el Málaga ha perdido y que somos primeras. No nos lo podíamos creer", recuerda emocionada la joven.

Su éxito y el del BM Triana al completo tienen mucho que ver con el compromiso adquirido el pasado verano. Costase lo que costase, todas se dejarían la piel. "Una vez que te comprometes, no hay marcha atrás", asegura la protagonista de esta historia. "Muchos días salgo de casa a las 13:30 con las cosas de la universidad y la bolsa de deporte. Clases, prácticas y entrenamiento. Quienes no practican deporte a este nivel jamás lo entienden. Pero es que una vez lo pruebas ya es muy difícil dejarlo", afirma.

Rocío habla desde la experiencia de quien quiso desligar su camino del balonmano y se dio cuenta de que era imposible. Desde que descubriera este deporte con 11 años en su colegio, el Calasancio Hispalense, tuvo claro en qué quería invertir su tiempo libre. Y nada le hizo cambiar de idea, ni siquiera cuando el equipo femenino de Montequinto se disolvió por falta de niñas. Pronto encontró acomodo en el Unión Sevilla de Hytasa, con el que avanzó en sus años como juvenil. Y sólo los estudios, la incuestionable prioridad, la hicieron mirar hacia otro lado. Pero no por mucho tiempo. El gusanillo ya había hecho de las suyas.

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