Varios chavales de la cantera cajista tendrán la oportunidad de convencer a Aíto García Reneses de su validez para que cuente con ellos en la primera plantilla. Ya tienen un puesto fijo -de hecho, son capitanes generales tras tres temporadas en la élite- Tomas Satoransky y Joan Sastre. Además, también Ondrej Balvin podrá demostrar sus capacidades al ser considerado el cuarto pívot del proyecto. A eso hay que sumar que el técnico madrileño tirará en los entrenamientos de Kristaps Porzingis, a pesar de no haber alcanzado la mayoría de edad, para que se desarrolle y se forme más como jugador. Se quedan fuera Antonio Izquierdo, fichado en Valladolid, y Ricardo Pámpano, promesa sevillano que no renovará su contrato.

Quien parecía estar en una situación en tierra de nadie era Beka Burjanadze. El propio jugador, durante la disputa del Europeo sub 20 con Georgia, no estaba al tanto de qué ocurriría con su porvenir en San Pablo. En cambio, en el Cajasol se daba por sentada la continuidad del alero de 2,00 metros, nacido en la ex república soviética pero ya considerado jugador de formación al llevar tres años en la cantera hispalense. Aun así, era extraño comprobar que Burjanadze estaba en la lista de jugadores no sujetos a tanteo cuando la ACB hizo oficial la relación hace ya algunas semanas.

Sin embargo, en San Pablo aseguran que no hay nada anómalo y que el georgiano firmó un contrato por tres temporadas más dos opcionales y que sólo se rompería dicha vinculación si el club ejecutaba una cláusula antes del 30 de junio. No hizo tal cosa y, por tanto, el exterior continuará en la disciplina sevillana.

Le llega una ocasión excepcional de demostrar en la pretemporada que Aíto puede tirar de él durante el curso. En el torneo continental sub 20, Burjanadze fue uno de los mejores, aunque su selección terminó última. El exterior terminó tercero en el ranking de anotadores con un promedio de 16,4 puntos y concluyó segundo en rebotes con una media de 8,4 en los nueve choques que jugó.