Cajasol|Unicaja

Cajasol-Unicaja (60-91): El juego parte de la defensa

  • El Caja le cogió asco al partido por el trabajo en la retaguardia de Unicaja y cayó con estrépito · Comas nunca halló la pócima para equilibrar las fuerzas con el rival

Hubo un tiempo en el que Unicaja venía de vacaciones por Sevilla y se llevaba partidos con la gorra, con el nombre. Hubo otro, los dos últimos años, en que no sólo no era así sino que ganaban los locales. A los grandes, dicen, hay que pillarlos al principio de curso, cuando andan despistados con los sistemas y demás metodología. A Unicaja ayer no pudo ni supo frenarlo el Cajasol. Unos, felices con dos triunfos; otros, ya nerviosos con un par de derrotas. Y todo partió de atrás, de la mentalidad defensiva de un equipo que muerde y que si no roba la bola, hace que tu adversario yerre. Queda tanto por aprender. Pero la pelea atrás no se alecciona, se ejecuta con apasionamiento.

En fin, derbi con dos veteranos de la pizarra. La fuerte defensa que siempre dispone Aíto ante las virtudes ofensivas, se presupone, de este Cajasol. Pudo la retaguardia en esos primeros minutos de tanteo. Ahí hubo equilibrio, con unos y otros zafándose atrás y estando fallones delante. Duró lo que duró porque los hispalenses se obcecaron en tirar de tres con porcentajes nulos y los malagueños a apretar y apretar cuando el balón lo tenía su adversario, con las consiguientes faltas señaladas en contra. Lo mismo da que le da lo mismo a Aíto. Es su filosofía y resultados le ha dado.

Gabriel estaba haciendo un roto en el aro local y el Cajasol espeso sin poder circular el balón y con lanzamientos apurados o pérdidas provocadas por la asfixia de Cook a Rivero o a Bennett, apoyado Unicaja en una generosa defensa de ayudas de sus hombres altos, siempre a punto para taponar las penetraciones de los cajistas.

La zona local no hizo estragos en las muñecas visitantes. Unicaja jugaba un baloncesto muy sencillo: defender como jabatos y correr como linces. No sólo salen disparados los bajitos, sino el propio Haislip y Archibald. Carter estuvo muy activo en el inicio, tanto en los rebotes como en algunos puntos, mientras que Triguero aportaba después de ser castigado sin entrar en el quinteto titular, aunque con la penitencia de los tiros libres (1/5 antes del descanso), heredada de Ilic de la primera jornada (1/6 del balcánico).

No carburaba el ataque. Ignerski, arma ejecutora de este equipo, anotó sus primeros puntos cerca del intermedio y Ellis se fue a la caseta inédito en esta parcela. Pecile daba un poco de vida y Comas, como en Manresa, se percató de los errores en la dirección y volvió a situar de base al italiano en detrimento de Bennett y Rivero, bastante grises.

Unicaja iba a su aire. Con 12 arriba los costasoleños, Comas pidió tiempo. No surtió efecto. Hasta 16 de ventaja tuvo el equipo de Aíto. Cuando no era un triple, había premio con entradas cómodas de Gomis. Un poco de gallardía le valió al Caja para insuflar ánimos a la afición y llegar al descanso con un poquito de mejor cara. Aun así, 28-40. Las ventajas habría que buscarlas por dentro, estando los interiores de Unicaja bien cargados de faltas. Lo peor, sin duda, el atasco circulatorio y el muro infranqueable tejido por los visitantes con una defensa voraz.

Para acortar una desventaja de 12 hay tiempo de sobra en 20 minutos. Peor es si el bloque, roca pura, granito, lo adiestra Aíto García Reneses. Lo peor, en fin, estaba por llegar. No sabían los jugadores del Cajasol, el cuerpo técnico del Cajasol, la directiva del Cajasol y la afición del Cajasol que la hegemonía malagueña, tan dolorosa por estos lares aunque menos en el baloncesto, iba a ser más contundente.

El entrenador madrileño de Unicaja quiere que sus equipos se machaquen desde la defensa porque todo parte desde ahí. Los cajistas, los que defienden los colores locales, se quedaron sin tino, mientras que sus oponentes se daban un empacho, iban cuatro a por el rebote en el aro propio y el que quedaba salía como una centella. El Caja le cogió tal asco al partido que ni los lanzamientos cortos valían dos puntos.

En cuatro minutos, del 21 al 24, se duplicó la distancia entrambos. Del 28-42 al 30-54. Al rato, un triple de Ellis minimizó la paliza para dejarla en 16, pero el Caja falló un ataque que lo llevó al marasmo completo. Quedaban 12 minutos para el festejo y el paseo militar de Unicaja, que derrumbó a los hispalenses desde la defensa, con la pizarra sabia de Aíto y generando ventajas en los pick and rolls, en los que siempre acababan descuadrados los locales con un pequeño defendiendo a un grande. Si la derrota en Manresa fue justa, ésta fue de sombrerazo a los malagueños. Chitón.

Ficha técnica:

60 - Cajasol (12+16+17+15): Bennett (5), Pecile (12), Ignerski (7), Warren Carter (19), Del Miguel (2) -cinco inicial-, Rivero (2), Triguero (5), Savanovic (2), Andrés Miso (-), Mile Ilic (-) y Ellis (6).

91 - Unicaja (15+25+25+26): Carlos Cabezas (12), Thomas Kelati (17), Marcus Haislip (11), Carlos Jiménez (2), N'dong (4) -cinco inicial-, Omar Cook (4), Jiri Welsch (9), Joseph Gomis (11), Germán Gabriel (12) y Robert Archibald (9).

Árbitros: Mitjana, Sacristán y Perea. Sin eliminados.

Incidencias: Partido disputado en el Palacio de los Deportes San Pablo ante unos siete mil espectadores.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios