Empate que tuvo más de bueno que de malo. Pesa más cortar la dinámica negativa, reaccionar tras el descanso y puntuar que recordar que la Champions aún queda a 11 puntos. Este Sevilla es de momento un ser debilitado que agradece una barbaridad un humilde caldito que le entone el cuerpo. Ese puntito se lo ganó tras el descanso. Los cambios de Duda y Maresca corrigieron el mal balance defensivo, que no fue peor porque Mosquera salió al rescate de Martí y lo despejó todo en el área.

Defensa

Martí en el lateral derecho, junto a un central inexperto que está en fase de aprendizaje, Fazio, otro recién llegado muy falto de confianza, Mosquera, y un lateral izquierdo también inexperto y además mermado por esa incómoda máscara, Crespo. Un cóctel que resultó indigesto. La línea se sintió insegura y jugó cerquita de Palop. Sobre todo por la zona de Martí , que tuvo problemas para guardar su espalda. Suerte para el Sevilla que Mosquera, más que Fazio, acudió raudo, anticipándose por arriba y por abajo a los envenenados centros que Osasuna colgó desde ese ala.

A la defensa le costó salir de la cueva, Poulsen tampoco tuvo su noche y la pelota rondó demasiado el área de Palop, quien de nuevo dudó en el gol. Entre él y Fazio, otro error fatídico.

Ataque

De Mul -sin Daniel por detrás, no se olvide- no funcionó por la derecha y en el medio, Keita y Poulsen fueron víctimas del excesivo espacio entre las líneas sevillistas, provocado por la temerosa defensa. Duda, en la izquierda, y Jesús Navas, en la derecha, arreglaron la noche a medias. El luso colgó muchos centros peligrosos sin rematador. Maresca al fin halló caminos por el medio, pero faltó un último pase por ahí.

Virtudes

Más coherencia tras el descanso.

Talón de aquiles

La debilidad defensiva sigue ahí.