El Cajasol Rugby Ciencias superó con holgura al Getxo Artea en la segunda jornada de la fase de grupos de la Copa del Rey y, a la vuelta de la Navidad, se jugará el pase a las semifinales a un solo partido en Valladolid frente al Cetransa El Salvador. Además, el reencuentro con la victoria tiene efectos balsámicos para un equipo que arrastraba una racha de siete derrotas seguidas y que se rearma de moral de cara a una segunda vuelta liguera en la que su fortaleza como local debe llevarlo a la pelea por el play off por el título final.

El equipo vizcaíno aprovechó el viento que soplaba a su favor en la primera mitad para adelantarse con dos golpes de castigo del neozelandés Linklater, ventaja que fue recortada por Mazo en las postrimerías de este periodo. Fueron cuarenta minutos trabados, con muchas imprecisiones por ambos bandos y en los que la mayor aproximación al ensayo fue por parte del ala local Tati Gibernau, que dejó escapar el balón con todo a su favor para marcar tras burlar la marca de Laborda con una bonita patada rastrera.

La segunda mitad, sin embargo, fue un monólogo científico. A los cinco minutos, una melé marca de la casa avanzó como una apisonadora hasta los palos vizcaínos, Ale Ortega plantó el primer ensayo de la tarde sin siquiera tener que levantarse. Poco después, llegó la sentencia gracias a una fulgurante apertura de Juan Domínguez a sus delanteros que, intercalados en la línea de ataque, transmitieron el oval para que Gibernau posara junto al banderín derecho. Con la victoria encarrilada y sin la necesidad de obtener el punto de bonificación ofensiva, el Cajasol jugó con el reloj y sólo sumó en la última media hora dos nuevos golpes a palos de Manolo Mazo. El triunfo confirma el potencial de un equipo que no tenía suerte en el torneo liguero.