Real Madrid-Barcelona

Comienza otra Liga

  • El Barcelona, con un partido más, iguala en puntos al Real Madrid, que podía haber salido de su campo con seis sobre su eterno rival y ha recibido un gran golpe moral.

Todo aquello de lo que se venía hablando murió este sábado sobre el resbaladizo césped del Bernabéu, porque el 3-1 del Barcelona sobre el Real Madrid deja algo en claro: la Liga española vuelve a empezar, y es muy diferente a la que los hinchas blancos veían en sus sueños. "Esto es muy largo, pero es un punto de inflexión para nosotros y nos vamos con la moral muy alta", certificó tras el partido Xavi, autor del segundo gol hoy.

Barcelona y Real Madrid -con un partido menos- tienen ahora 37 puntos, en la cima de la Liga, y los catalanes llegarán al Mundial de Clubes en Japón conscientes de que de ellos depende sumar el cuarto título consecutivo. El sueño esfumado quizás torne incluso en pesadilla para los hinchas blancos, porque Josep Guardiola volvió a confirmar que la suerte no lo abandona. En una temporada en la que cada equipo que presenta en la Liga es diferente al otro, volvió a triunfar con una vuelta de tuerca bajo la fría lluvia de Madrid.

Su muy personal apuesta de situar al chileno Alexis Sánchez y relegar a David Villa funcionó a la perfección, y aunque lo suyo no fuera esta vez brillante ni apabullante, Leo Messi volvió a ser clave, germen del empate y del tercer gol del Barcelona. Pequeño dato: en el Bernabéu, el Barça de Guardiola ganó con el mediocampo que le dio el título mundial a España en la final ante Holanda.

Noche muy fría aquella del 11 de julio de 2010 en Johannesburgo, también la del 10 de diciembre de 2011 en Madrid. Noche compleja para José Mourinho, el entrenador del Real Madrid, porque sigue fracasando en el duelo que más le importa. Que en la era Guardiola el Barcelona se haya llevado cuatro victorias y un empate del otrora temible templo blanco, indica que el ciclo azulgrana, lejos de agotarse, se nutre y se potencia con las ansiedades y las frustraciones de su archirrival. Y pocas veces se vio tan claro esto como en el partido de hoy.

El Real Madrid llegaba con 15 victorias consecutivas, una inercia ganadora que lo situaba, para muchos, como favorito ante el Barcelona, aunque éste hubiera ganado las tres últimas Ligas y la última Liga de Campeones eliminando a los blancos en semifinales. No les sirvió a los blancos que su entrenador Mourinho moderara en los últimos meses al extremo su imagen pendenciera de la primera parte del año. Por no servirles, ni siquiera les sirvió el gol más rápido en toda la historia de los clásicos, el de Karim Benzema a los 23 segundos de juego tras un llamativo error del arquero Valdés.

Los dos fichajes del Barça esta temporada, Alexis y Cesc, hundieron al Madrid, en una noche en la que Messi no estuvo demasiado lejos de una expulsión, algo inusual en su carrera. Lo pidió enfáticamente Mourinho a los 44', tras una falta del argentino sobre Xabi Alonso en la que quiso ver una segunda amarilla. Bien controlado en los inicios del partido, ya fuera por Marcelo, Lass, Ramos o Alonso, Messi tuvo una noche mucho más conversadora con el árbitro de lo que es habitual en él, lo que le valió la primera tarjeta. Pero lo que le importó a sus hinchas, y a Guardiola, fue que se entendió a la perfección con Alexis, y siguió sintonizando con Alves y Cesc. Lass y Ramos vieron pasar al argentino, que le puso la pelota a Alexis para que éste aguantara entre Pepe y Coentrao y marcara el empate a los 31'. Y luego llegó la volea afortunada de Xavi y el 3-1 en gran combinación de Messi, Alves y Cesc.

Que el resultado pudiera ser más amplio fue al final anécdota, porque la noche ya era muy diferente a lo esperado. El Barcelona había pedido hoy que se retirara de las tribunas la pancarta que rezaba "Mou, tu dedo nos señala el camino". Y hubo más: en los minutos finales del partido Mourinho se acercó al banco del Barcelona para saludar a Tito Vilanova, el mismo al que le metió un dedo en el ojo en agosto, el mismo del que se burló llamándolo "Pito". El camino de Mou, tras un nuevo golpe azulgrana en Madrid, tiene ahora un rumbo incierto.

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