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Confiar en la cantera como llave del éxito

Confiar en la cantera como llave del éxito

Confiar en la cantera como llave del éxito

Cuando te apasiona un deporte es muy difícil romper ese vínculo especial que sólo entienden quienes también lo sienten. Por eso, cuando Francisco Sánchez puso fin a su trayectoria como jugador de waterpolo, entonó un adiós que en realidad era un hasta luego, pues en cuanto sus obligaciones laborales se lo permitieran volvería a la piscina del Centro Acuático de Montequinto a desempeñar el papel de entrenador. Y así fue.

"Empecé con 13 ó 14 años y desde entonces fui portero. Nunca jugué en competición nacional, pero sí en andaluza en distintas categorías. Y formé parte del equipo juvenil que consiguió el primer título andaluz del Club Waterpolo Dos Hermanas", recuerda con orgullo Sánchez, actual técnico de cantera de la entidad nazarena y un firme convencido del potencial de su cantera.

Las cosas han cambiado bastante en poco más de una década. Sánchez, de 35 años, recuerda cómo tiempo atrás apenas habían equipos en el Dos Hermanas, un club de barrio que nació por el empeño de un grupo de amigos enamorados del waterpolo. "Cuando volví para ser técnico todo era más caótico. Había muchos más niños y niñas, se estaban formando nuevas categorías y había que hacer mucho trabajo de organización. En mi primer año llevaba el infantil mixto, el cadete y el juvenil masculino, y el segundo equipo masculino. Podía pasarme en la piscina perfectamente seis horas por la tarde después de mis ocho de por la mañana en el trabajo. Fue una época muy sacrificada, pero como me gusta tanto lo que hago me era muy difícil decir que no", rememora Francisco.

A su primer y complejo año de entrenador lo siguió un segundo algo más pausado y en el que se obtuvieron los primeros frutos, incluido un subcampeonato juvenil. "Ahora ya está todo mucho más organizado y estructurado y por fin podemos centrarnos en lo que de verdad importa: preparar a los niños y niñas de hoy para que sean los integrantes de los equipos nacionales del futuro", confirma el entrenador.

Un futuro que se antoja bastante cercano. Sirva como ejemplo la situación del conjunto femenino que milita en División de Honor, la máxima categoría del waterpolo nacional. "Este año no se han podido hacer fichajes, así que todas las chicas, menos Lorena Miranda -subcampeona olímpica en Londres 2012-, que viene a ayudarnos en algunos partidos, son muy jóvenes y casi todas de la cantera. Lograr la permanencia va a estar difícil, pero no imposible. Y si se consigue será una gran éxito, porque es un equipo que en un par de temporadas, con trabajo y madurez, puede hacer cosas importantes", explica Francisco.

Un tanto de lo mismo ocurre en el primer conjunto masculino, actualmente en Primera Nacional y que peleará hasta final de curso por lograr el ascenso a División de Honor. "Hay muchos jugadores que han crecido en el club. Si todos los años conseguimos que lleguen al primer equipo dos chavales será señal de que estamos trabajando bien en la cantera y de que a corto plazo podremos ser un club que se autoabastece, porque también hay que tener en cuenta que la época de hacer muchos fichajes ya pasó", añade el nazareno.

Esa es la ilusión de Francisco Sánchez, un incansable trabajador y defensor de la constancia como garantía de éxito, entregado a una labor diaria, sacrificada y muchas veces silenciosa, pero que hay que seguir de cerca. Sólo así, en el plazo de unos cuantos años y cuando el éxito que se añora sea una realidad, se sabrá que en Dos Hermanas los títulos no caen del cielo, sino que son el resultado de completar un largo camino de momento recorrido a la mitad.

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