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Conjurados contra la conjura

  • Fortín El Bernabéu era irreductible hasta que apareció el Getafe con el gol más cacareado del torneo Récord El Sevilla persigue la marca insólita de hacer póquer de triunfos ante el Realísimo

Con una defensa demasiado circunstancial y el convencimiento de que un futuro normal pasaría por ganar esta noche en el coliseo de la Castellana, el Sevilla afronta la cita con el campeonísimo con la guardia muy alta y conjurado contra esa conjura que han anunciado Raúl y compañía. Mucho en juego por ambas partes, muchísimo, pero con matices, ya que pase lo que pase seguirá el Real Madrid liderando la tabla, mientras que una derrota alejaría al Sevilla de manera alarmante de sus objetivos.

Está que arde el ambiente por Concha Espina. La segunda vuelta del equipo madridista, algo que no es la primera vez que le ocurre a los conjuntos que adiestra Bernd Schuster, tiene de los nervios a los de la causa. Demasiadas derrotas, una eliminación muy dolorosa en Champions y tan reciente lo del Valencia el Domingo de Resurrección provocan que el Bernabéu sea un avispero al que acude el Sevilla más necesitado del curso.

Más necesitado y con ausencias tan relevantes como las de los dos centrales titulares, el francés Escudé y el serbio Dragutinovic. Así es como acude el Sevilla a esta trascendente cita con un rival al que ha derrotado tres veces en este curso, las tres veces que Real Madrid y Sevilla han coincidido con un balón de por medio desde aquel mes de agosto en que el equipo sevillista le daba sopas con honda a los de Schuster en Nervión y, sobre todo, con aquel repóquer de goles que le endosó a Íker Casillas en el mismísimo coliseo de la Castellana.

Ligar póquer de triunfos sería el salvoconducto que le permitiría al equipo de Manolo Jiménez optar a eso de que lo mejor está por llegar. Un triunfo en el fortín madridista volvería a legitimar la opción sevillista de repetir presencia en Champions. Pero no cabe duda de que la anhelada victoria se vende cara en este tiempo de vísperas, sobre todo porque no parece probable que el Realísimo vaya a pinchar dos domingos consecutivos a favor de querencia.

Ha dicho Raúl que lo de hoy es la primera final de la Liga para su equipo y que el vestuario se ha conjurado para que no se les escape. Con el Barcelona más cerca que nunca, el sistema nervioso del madridismo está descolocado y todo ello podría ser como un arma de doble filo, como un arma que lo mismo puede ser una baza para el triunfo como de efecto boomerang y servirle al Sevilla para ese póquer de victorias sobre el coloso madrileño.

Los números del Santiago Bernabéu eran atosigantes, impecables, hasta que el 24 de febrero apareció por allí el Getafe con gol de Uche, quizá el gol que más tinta derramó, el más cacareado de todo el campeonato, aquel fruto de la picaresca más legal que ideó Belenguer para que proyectase Casquero, alargase Manu del Moral y concretase el acróbata nigeriano para el llanto y el crujir de dientes de madridistas y allegados, que son varios y muy numerosos.

Era una apisonadora el Real Madrid hasta esa jornada, la vigesimoquinta. Después del Getafe, lo del Valencia el pasado domingo, los dos únicos tropiezos madridistas como locales. En total, catorce partidos de Liga en el Bernabéu y sólo esas dos derrotas. El resto, triunfos, ni un solo empate. Doblaron la rodilla, por este orden, Atlético de Madrid, Almería, Betis, Deportivo, Espanyol, Mallorca, Osasuna, Racing, Recreativo, Valladolid, Villarreal y Zaragoza.

Así las cosas, el Sevilla llega con la necesidad de ganar y con dos bajas muy importantes en el corazón de la defensa. Y para acometer la tarea de ganarle al campeonísimo, una incógnita en cuanto al equipo que vaya a poner en liza Manolo Jiménez. ¿Quién acompañará a Mosquera en el eje de la retaguardia? Fazio y David Prieto son los candidatos a acompañar al colombiano y los dos parten con parecidas posibilidades, pero a favor del argentino podría contar que él sabe lo que es ganar en el Bernabéu, pues fue ahí, vuelta de la Supercopa de España, donde quizá haya jugado su mejor partido con el primer equipo sevillista.

Por tanto, el Sevilla jugará esta noche con Palop en la portería, línea defensiva con Daniel Alves, Mosquera, David Prieto o Fazio y Adriano, franja ecuatorial del dibujo para Jesús Navas, Poulsen, Keita y Capel para que la punta de ataque la forme la pareja indiscutible, la que componen Luis Fabiano y Kanoute. Un equipo sólido a poco que la línea defensiva recobre la jerarquía que tuvo en unos tiempos bastante mejores que los actuales para la institución.

Hay seria amenaza de lluvia en la capital de España, pues el nublado acompaña a las predicciones meteorológicas, que dan agua para cuando, a eso de las nueve de la noche, dé la orden de zafarrancho de combate el cántabro Fernando Teixeira Vitienes a fin de cerrar una jornada que se antoja trascendente. Y todo bajo la premisa de que una conjura se palia con otra, con otra como la que dicen que han pactado los de Jiménez para contrarrestar a los de Schuster.

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