La línea delantera es el foco donde se centra la actualidad de la plantilla verdiblanca en las últimas fechas. A la necesidad destacada ya por Antonio Tapia de incorporar un nuevo delantero se le han unido ciertos contratiempos en estos primeros días de mandato del relevo del fuengiroleño, un Víctor Fernández que, con sus buenas formas, también ha solicitado en privado y en público la llegada de un nuevo refuerzo para la vanguardia.

El técnico aragonés no está teniendo suerte. El mercado invernal se cerró sin la incorporación prometida y ahora la tarea que se le presenta al Betis, con Manuel Momparlet al frente de las operaciones y Manuel Ruiz de Lopera fiscalizando cualquier intentona, es harto complicada. Encima, Víctor ha visto cómo Sergio García se mueve en dos cilindros y cómo los comités federativos ningunean, una vez más, un recurso presentado por el Betis, en este caso en favor de Emana, expulsado el domingo pasado por decirle a un árbitro "qué pasa", como ha quedado más o menos demostrado.

El entrenador maño celebró ayer su primer entrenamiento tras el empate frente al Hércules y, nuevamente, ha visto cómo deberá introducir cambios obligados en el once inicial, por otra parte cogido con alfileres debido al bajo estado de forma de más de un futbolista.

En principio, la baja de Emana sería cubierta por Juanma, quien jugaría en la banda derecha para que Capi o Jonathan Pereira se alineasen en el sitio del camerunés por detrás de Sergio García. Que éste jugase en la mediapunta con Manu Gavilán o Pavone más arriba es una opción menos probable, al igual que alguno de éstos juegue debido al nuevo contratiempo surgido ayer en la persona de Sergio García.

El delantero barcelonés, una semana más, se perderá algún entrenamiento, sin ir más lejos ya el de ayer, en este caso por unos problemas gástricos que los servicios médicos calificaron como una "virasis intestinal".

Con todo, lo más preocupante es la baja casi segura de Emana -ayer, con tortícolis, no se entrenó tampoco-, el hombre más determinante en el juego de ataque verdiblanco y el auténtico conductor del mismo. Aunque los servicios jurídicos del Betis ya anuncian que van a recurrir el fallo desfavorable del Comité de Competición, en principio ante Apelación.

El argumentado y extenso recurso presentado por la entidad verdiblanca, con recortes de prensa, dos vídeos desde dos tomas distintas de la jugada y un alegato con jurisprudencia incluida, ha sido ninguneado, una vez más, por el estamento federativo.

El Betis solicitaba que la acción de Emana ante el árbitro Hevia Obras fuese considerada sólo como una "desconsideración", merecedora de tarjeta amarilla, pero los fundamentos jurídicos que utiliza Competición para desestimar la petición se basan en apreciaciones erróneas a todas luces.

El comité argumenta que las imágenes que envía el Betis son "recortadas o fraccionadas", pese a que uno de ellos está completo y el otro no sirve más que para especificar con más claridad aún que Emana en ningún momento le pone las manos en el pecho al árbitro, ni le corta el camino, ni le grita a la cara... ni ninguna de las razones que ofrece el colegiado castellano-leonés para justificar su desmedida acción, la expulsión. Es más, en las imágenes aportadas por el Betis se observa claramente cómo Emana, en todo momento, antes de ser expulsado, se dirige al árbitro, en actitud de lamento, con los dos brazos abiertos, exactamente igual que el capitán verdiblanco, Arzu.

Por supuesto, el vídeo prueba que antes de que Emana viese la cartulina roja nunca le dice al árbitro "estás loco, qué pasa, nos has jodido", como éste escribe en un acta arbitral que el Betis logra desvirtuar, pero que Competición, una vez más, se niega a aceptar.

Este fallo en primera instancia ha causado hondo malestar y no sólo en Víctor Fernández, quien ya desde el domingo medio se resignaba a no contar con Emana, sino en los servicios jurídicos de la entidad, que han visto otra vez cómo un recurso perfectamente elaborado en todos su puntos no ha sido ni dignamente contestado por la instancia federativa.