Olimpismo l Vancouver 2010

Cuenta atrás para el 'Showtime'

Después de la tensión política que acompañó a los Juegos Olímpicos de verano de Pekín 2008, la nieve y el hielo de Vancouver 2010 parecen reparadores para el COI, que espera dos semanas únicamente de deporte. Una participación récord, excelentes escenarios de competición y la fiebre del oro que vive el país anfitrión, Canadá, prometen una histórica fiesta invernal, cuya secreta ceremonia de inauguración -la primera bajo techo- será la próxima madrugada, hora española (3:00) en el BC Place Stadium.

"Sé que viviremos 16 días de pura magia", profetizó el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, visiblemente aliviado. Vancouver es el "modelo" para futuros Juegos de Invierno, elogió el directivo belga.

"Bienvenenidos al Showtime. Se agotaron prácticamente las entradas para los Juegos", tituló el "Vancouver Sun". El lema oficial -"Con corazón ardiente"- se aprecia por todas partes.

En lugar de la locura por la seguridad, la censura de Internet y la polémica por las violaciones de derechos humanos de Pekín 2008, se alzan en primer plano la fiebre del oro de Canadá y la lucha en el medallero entre Alemania, Rusia, Estados Unidos y el anfitrión.

Los alemanes son los favoritos. Vancouver 2010 es una importante piedra de toque, pues las medallas pueden ayudar mucho a la candidatura de Múnich para organizar los Juegos de invierno de 2018.

Los canadienses, locos por los deportes de invierno, también quieren mostrar al mundo sus progresos. En las dos ocasiones anteriores en las que fueron anfitriones de unos Juegos (Montreal 1976 en verano y Calgary 1988 en invierno) se quedaron sin una medalla de oro. Con el ambicioso proyecto "conquistad el podio", los organizadores quieren evitar un nuevo y embarazoso cero en Vancouver. Para ello invirtieron 117 millones de dólares (unos 84 millones de euros). El programa, que se desarrolló en los últimos cinco años, tiene como objetivo hacer del grupo de 206 atletas, el equipo más exitoso de la cita.

Casi dos millones de aficionados en Vancouver y unos estimados 3.000 millones de televidentes en todo el mundo podrán ser testigos.

Vancouver y el comité organizador VANOC gastaron 1.680 millones de dólares estadounidenses (1.227 millones de euros) en un gran desafío con réditos inciertos. Además, los gastos en seguridad se sextuplicaron respecto a lo planificado y se ubicaron justo bajo la dolorosa frontera de los 700 millones de euros. Sólo el tiempo, sorprendentemente suave, es ahora fuente de preocupación.

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