La actitud de Daniel preocupa en el seno del Sevilla. Su reincidencia en las tarjetas amarillas y las expulsiones, al recibir la segunda consecutiva en partidos a domicilio, Villarreal y Almería, no gusta al cuerpo técnico ni al consejo de administración. Éste, además, podría aprobar en breve una multa de 60.000 euros por un hecho que cae bastante atrás, como fue su negativa a viajar a Atenas para la previa de la Liga de Campeones cuando su posible traspaso al Chelsea aún estaba en el aire, a finales de agosto.

El brasileño fue protagonista principal de la charla que mantuvo ayer, durante el entrenamiento de recuperación tras el partido con el Almería, Manolo Jiménez con la plantilla. Obviamente, el técnico no estaba nada contento con la nueva expulsión del jugador y le reconvino ante sus compañeros por su actitud. Más aún teniendo en cuenta que tanto en Villarreal como en Almería el espacio de tiempo entre las dos amarillas fue mínimo.

Daniel se quejó en ambos casos de que la primera amarilla que vio era injusta. Incluso llegó a decir que los árbitros le han cogido manía. Y ésa es precisamente la actitud que el cuerpo técnico quiere desterrar en él. El internacional brasileño acumula ocho amarillas -cuatro de ellas en las dos expulsiones- en 13 partidos ligueros y en gran medida éstas llegan por sus gestos de desaprobación a las decisiones arbitrales y por encararse con los rivales, algo que acaba perjudicándole. La consecuencia es que debe cumplir un partido de sanción y además queda apercibido con cuatro tarjetas cuando vuelva a jugar.

No es nueva esta reincidencia del bahiano con las tarjetas y sus desencuentros con árbitros y rivales. Salvando sus seis primeros meses, siempre ha terminado como el sevillista más más tarjeteado, con 16 en la campaña 03-04; 9 amarillas y una roja, en la 04-05; 13 amarillas y una roja, en la 05-06; y 16, la temporada pasada. Esa dinámica es la que el club desea cambiar.