Cajasol - Laboral Kutxa · la crónica

Defensa, corazón... y victoria (82-62)

  • El Cajasol, con un soberbio partido atrás y un gran acierto anotador, barre a un Baskonia superado en todas las facetas. Mata y Bamforth lideraron a un equipo que reaccionó tras la debacle de Pucela de hace una semana.

Y de repente apareció el Caja. Sí, el Caja. El de siempre, el que supera adversidades con sus 3.000 fieles incansables dando, a las duras y a las maduras, su apoyo. El Caja, ese equipo que es capaz de barrer a todo un Laboral Kutxa, el Baskonia en el idioma de la canasta, después de hacer el ridículo una semana antes en Valladolid. Después de que el presidente se bajase del barco y que las dudas alrededor de la plantilla no hiciesen más que multiplicar el pesimismo respecto al futuro. 

Pero había baloncesto en San Pablo, eso de lo que casi nadie se acordaba en la previa, y hablaron los que son protagonistas de verdad. Los que juegan en la cancha y de quienes, en buena medida, depende la supervivencia de la entidad. Del primero al último firmaron una primera parte para enmarcar. Intensidad en defensa, con continuas ayudas aunque con el debe de cerrar mejor el rebote defensivo. Y acierto en ataque, con una serie inicial de 4/5 desde el triple que inició el despegue. Así se puede perder o ganar, pero la imagen ofrecida con respecto a la de hace siete días dista tanto que cabe preguntarse el porqué de tanto cambio. 

El 0-2 de inicio de Pleiss, la única ventaja vasca, fue un mero espejismo. Con Porzingis de sorprendente pívot y el acierto exterior, el mismo que falló otros días, el Cajasol calentó la grada. Eran menos de los esperados (y necesitados), pero animaron como nunca. Como mereció un equipo que se entregó en cuerpo y alma. Y es que frenar la contundente batería ofensiva baskonista no es nada fácil. Las bajas en los de Sergio Scariolo no son una excusa en una plantilla tan amplia y el mérito recayó exclusivamente en la gran defensa local. Un triple de Mata abrió la veda tras la primera canasta visitante del encuentro. La máquina empezó a trabajar atrás y delante el pistolero Bamforth y la fuerza de Williams en la pintura, que levantó de los asientos al público con un alley oop, comenzaron a marcar el territorio. 

Porzingis, ese cinco que se ha inventado Aíto García Reneses, abría la defensa baskonista jugando por fuera y los exteriores locales acertaron en el bombardeo desde el perímetro. 

El Cajasol fue abriendo brecha poco a poco, ayudado por la insistencia de los jugadores de Sergio Scariolo en probar suerte desde la línea de 6,75 metros, muchas veces en posiciones complicadas y con un defensor delante. El 1/14 de los vitorianos en los primeros 20 minutos dice mucho a este respecto. Pero el Laboral Kutka no es un cualquiera, y pese al dominio hispalense, que corría gracias a su intensidad defensiva, la mayor capacidad reboteadora lo mantenía en el choque. 

Sin embargo, el Cajasol estaba totalmente lanzado, en trance. Tocado por una varita y del 19-17 al inicio del segundo cuarto un parcial de 17-2 rompió el choque con un Porzingis estelar en esa fase y un Satoransky que superaba a Jelinek, Hodge, Kelati y a cualquiera con el que Scariolo tratara de defenderlo. El Baskonia estaba desquiciado en ese momento y ya ni siquiera buscaba a Pleiss en ataque, su mejor hombre, sin duda. Obcecado en el triple y chocando una y otra vez contra el muro defensivo local, los de Aíto lo dejaban todo encarrilado con un 40-25 al descanso que pintaba muy bien. 

En la reanudación, ni siquiera hubo la esperada pájara cajista de cada partido. Y eso que Nocioni apareció y el Laboral Kutxa bajó de la barrera psicológica de los 10 puntos, pero las penetraciones de Mata y las canastas de Bamforth impidieron que la ventaja se recortara más para acabar con 11 puntos de ventaja el tercer cuarto, un buen colchón con 10 minutos por delante. Un tesoro que pocos esperaban y que había que defender con sangre. Así lo grabaron desde el banquillo los técnicos a sus jugadores, y así lo entendieron éstos. Ver a Porzingis yéndose al suelo peleando por cada balón, defender a Williams, que aún no se ha ganado el respeto de los árbitros y recibe un palo en cada bloqueo, o a Mata tirar del equipo da ánimos para lo que queda de Liga. Así se puede sufrir. 

Aparecieron los nervios mediado el último cuarto cuando el Baskonia comenzó a presionar a toda cancha. Miedo a ganar que se tradujo en varias pérdidas, pero el Baskonia no estaba mejor y Bamforth, con dos triples, se encargó de dar la puntilla a un rival que quizá pensaba ganar en San Pablo sin bajarse del autobús. No. En Sevilla hay que sudar para ganar porque hay un equipo que ya ha entendido que defensa más corazón es igual a victoria.

Ficha técnica

82 - Cajasol (19+21+19+23): Satoransky (11), Bamforth (20), Mata (18), Williams (11), Porzingis (12), -quinteto inicial-, Franch (7), Burjanadze (0), Hernangómez (0) y Balvin (3).

62 - Laboral Kutxa (15+10+23+14): Hodge (10), Jelinek (4), Nocioni (13), San Emeterio (7), Pleiss (13) -quinteto inicial-, Kaukenas (7), Kelati (0), Bjelica (8), Mainoldi (0) y Van Oostrum (0).

Árbitros: Martín Bertrán, Peruga y Serrano. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la Liga Endesa disputado en el Municipal de San Pablo ante 3.700 espectadores.

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