Las bajas por lesiones, sanciones e inconcebibles marchas a la Copa de África dejaron a un Sevilla menor, pero competitivo. Caparrós sabía que sin Kanoute y Luis Fabiano arriba, el Sevilla iba a hacer mucho menos daño en el balón desde atrás y ordenó defender con muy pocos metros entre líneas, apretar en las bandas y forzar el pelotazo sevillista desde atrás. Eso es más fácil si el árbitro te permite sacar la guadaña, como así fue. La injusta expulsión de Escudé hizo el resto.

Defensa

De salida, el Athletic buscó con insistencia a Susaeta, que sacó varios centros ante Crespo, aunque sin mucho peligro. El Athletic se empleó con mucha agresividad en los cruces y los balones divididos ante la pasividad arbitral, y eso provocó que el Sevilla padeciera un acoso con más fuerza que calidad.

Jugar enseñando los tacos sin sanción tiene muchas ventajas, y una de ellas es que puedes robar una pelota, sorprender a una defensa saliendo y aprovechar los espacios para pasar en profundidad (David López) e incorporarte desde atrás para marcar (Yeste).

Ataque

Sin Kanoute y Luis Fabiano, ese recurso tan habitual del Sevilla del balón largo para que uno u otro la bajara y abriera a las bandas no podía llevarse a cabo. Cuando Poulsen ensayó el pase largo, nunca tuvo respuesta. El Sevilla trató de iniciar desde atrás y tocar, abriendo a los costados. Pero los laterales del Athletic evitaron que Navas y Capel recibieran y encararan. Javi Martínez ayudó a Koikili. Muchas veces se emplearon con dureza sin sanción. Las entradas de Juanjo y Duda poco podían solucionar. Todo estaba demasiado cuesta arriba.

Virtudes

La casta con uno menos y 2-0.

Talón de aquiles

Facilidades defensivas en la zona de Daniel y Fazio.