Fútbol · Segunda B

Descendido, ¿ahora qué...?

  • El Betis B consuma su fracaso en Lepe tras un año para olvidar fruto de la pésima gestión del club en la parcela que concierne a la cantera.

El Betis B consumó el descenso a Tercera División en Lepe, a falta de cuatro jornadas para que acabe el campeonato. Un ejemplo más de lo que ha sido la temporada de un filial que durante muchas jornadas ha dado la sensación de estar abandonado, sin una cabeza visible responsable de todos los problemas que ha tenido, de ahí que se haya ido al pozo de una categoría que para la formación de futbolistas no resulta nada beneficiosa.

Comenzó el año el segundo equipo bético un tanto irregular, hasta que el club decidió destituir a Risto Vidakovic por unas declaraciones en las que se mostró disconforme con el traslado al Estadio de la Cartuja por el mal estado del terreno de juego, razón que no le faltó al serbio en su momento, pues ni siquiera el primer equipo entrena ya allí.

Después, cuando Óscar Cano era la primera opción, la entidad apostó por Antonio Manuel Racero, Puma, que tampoco dio con la tecla para enderezar el rumbo del un equipo que desde el primer momento acusó la falta de fichajes en verano. Una derrota en el derbi chico de la primera vuelta acabó con el crédito del técnico coriano, y fue entonces cuando, ahora sí, el Betis se decantó por Cano, cuyos números han sido muy similares a los del ribereño, teniendo en cuenta, además, que en enero llegaron cuatro refuerzos (Álvaro Tejedor, Fausto Tienza, Miguel Maza y Ariday) que han tenido un rendimiento muy desigual.

Es cierto que, en principio, jugadores como Vadillo y Nono iban a formar parte del filial, pero la falta de previsión del club, conociendo la valentía de Pepe Mel a la hora de contar con los canteranos, ha pesado muchísimo en un filial con jugadores que no están acostumbrados a luchar con tanta presión por no bajar. Prueba de ello es el buen partido que el segundo equipo realizó ante el San Roque de Lepe, sabiendo ya que, prácticamente, estaba descendido.

Pero, ¿ahora qué...? El club no contó con Miguel Valenzuela -un grave error que lo está empezando a pagar-, se han marchado José Antonio Gordillo, ex coordinador de la cantera; y Paco Millán, captador de jóvenes valores; el filial desciende, llega Luis Fradua... Mucha incertidumbre en torno al proyecto Heliópolis, sin duda el gran lunar negro de los actuales rectores.

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