Acb

Despedida sin fidelidad (78-83)

  • El Cajasol permitió que el Bilbao atacara a su antojo y, pese a que lo intentó hasta el final, cayó con justicia · Los de Plaza dicen adiós al 'play off', que ya sólo sería posible con un cuádruple empate

Desde que arribó Joan Plaza a Sevilla ha mantenido una filosofía y unas ideas muy claras. La fundamental, hacer de la defensa su arma más letal, marcando en torno a los 65 puntos los encajados para tener opciones en todos los compromisos. Ayer el manual del técnico catalán se quedó en papel mojado ante un Bilbao Básket que demostró sobre el parqué que tiene madera de equipazo, con un grupo muy compacto que por méritos propios estará en la lucha por el título. Una pelea en la que no estarán los cajistas salvo rocambolesca carambola en un cuádruple empate con Unicaja, Blancos de Rueda y Estudiantes.

 

La realidad dice que el conjunto de Fotis Katsikaris fue superior, por mucho que los sevillanos hicieran la goma, se pusieran por delante con suficiencia o se dejaran igualar. La efervescencia en un deporte como el baloncesto no es buena consejera, por eso el marcador final (78-83) hizo justicia a la actitud inconstante de los de Plaza.        

El Cajasol arrancó muy enchufado el partido. El acierto desde el 6,75, con canastas de Bullock, Sastre y Satoransky, abrieron la primera brecha a favor de los locales. Los vascos, atascados en ataque, no encontraban la vía para anotar gracias a la intensidad sevillana. Plaza lo tenía claro. Mucha rotación de banquillo para desgastar al rival. Pero lo bueno de la defensa lo pierde en la lucha en el rebote. El Bilbao Básket, primero de la ACB en el apartado de capturas en ataque, aprovechó la envergadura de sus hombres altos para ir recortando la renta. Además, Katsikaris mandó más rapidez de movimientos a Jackson y Warren, no agotar las posesiones al máximo e imprimir un ritmo frenético. Acierto pleno. Con ese estilo los visitantes inflingían un parcial de 2-7 para llegar a la conclusión del primer cuarto metidos en el choque (19-16).

 

Siguió el cuadro vizcaíno acercándose en el marcador ante un Cajasol obcecado en el tiro de tres puntos que tan buen resultado le dio en el arranque. Pocos balones llegaban a la pintura visitante y muchos, a la local. La pelota para Jackson, bloqueo directo y continuación para que Mumbrú, Hervelle y Mavroeidis anotasen con facilidad. Así, en el minuto 12 los bilbaínos se ponían por delante en el tanteo (19-21) gracias a un triple de Mumbrú.

 

Se olvidaron a partir de ahí los contendientes de defender sus aros. Canastas cómodas, más las del Bilbao, para un balanceo de un par de minutos en el electrónico. Tal fue la relajación cajista que los vascos incluso anotaron por medio de Warren después de un saque en largo desde el fondo de su propia canasta. Bullock, entonces, se echó al equipo a su espalda y con dos canastas y un triple mantuvo a los hispalenses en el choque para llegar con 13 puntos al tiempo de descanso (40-43).

 

Plaza tenía que arreglar muchas cosas en el vestuario. Primero, la defensa. No permitir que los pívots del Bilbao andaran por la zona como Pedro por su casa. Y, segundo, buscar mejores alternativas en el tiro. Errar en el triple, pese al 36% final, desgasta psicológicamente y que los altos, como Davis, lancen desde más tres metros no es la solución. El pívot estadounidense pareció entender las órdenes del entrenador y de su mano el Cajasol adquirió una pequeña renta al inicio del tercer cuarto. Sus tres canastas y otra de Ivanov cerraron un parcial de (8-0) que obligó a Katsikaris a reunir a sus pastores. El trío formado por Banic, Mumbrú y Jackson andaba perdido y sin su aportación los visitantes pierden algo el rumbo.

 

Además, la tercera personal de este último dejó el panorama bastante cómodo para que el ritmo del paritido fuese el marcado por Satoransky, Aguilar o Kirksay. Pero el checo cayó en la trampa y también sumó su tercera personal, lo que obligó a Plaza a darle el mando al canterano. No salió bien la jugada y los vascos volvieron a acercarse al endosar a los sevillanos un 2-11 rotundo con Hervelle y Fisher en plan estelar.

 

Con 10 minutos por delante el marcador reflejaba un 60-64 que dejaba el choque abierto a la inspiración de los ataques.

 

Davis había sido el principal estilete en el primer cuarto; Bullock, en el segundo y tercero; y Kirksay se hizo con el mando el último y decisivo parcial. Dos triples del francés igualaron la contienda (66-66). Pero una nueva pájara atacante y el acierto de Jackson y Warren supusieron un nuevo golpe del que los de Plaza no se levantarían pese a los intentos a la desesperada desde el triple. Aun así, Bullock que no anotaba desde el segundo cuarto clavó un triple: 73-76. Mumbrú replicó al instante: 73-79. Después, Vasileiadis y de nuevo Mumbrú pusieron la puntilla al penúltimo encuentro de la liga como local del Cajasol. 

Paul Davis: A veces se obceca tanto en tirar de lejos...

Paul Davis posee una envergadora envidiable con la que dentro de la pintura puede someter a la mayoría de los pívots de la ACB. Cuando aprovecha sus virtudes es casi imparable, pero en ocasiones, como ayer, se obceca en el lanzamiento desde más de cinco metros, del que no es tan eficaz. Pese a todo, volvió a ser un caudal importantísimo de puntos para los hispalenses.

Ficha técnica:

78 - Cajasol (19+21+20+18): Sastre (5), Bullock (18), Triguero (5), Satoransky (5) y Katelynas (6) -cinco inicial-, Kirksay (9), Davis (14), Aguilar (0), Ivanov (10) y Urtasun (6).

83 - Bizkaia Bilbao Basket (16+27+21+19): Warren (11), Mumbrú (11), Sonseca (2), Banic (10) y Jackson (7) -cinco inicial-, Fisher (10), Vasileiadis (5),  Mavroeidis (9), Blums (3) y Hervelle (15).

Árbitros: Araña, Arteaga y Cardús. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 32 de la Liga ACB disputado en el Municipal de San Pablo. Unos 3.600 espectadores presenciaron el duelo entre cajistas y vascos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios