La Armada española vivió un día perfecto en Roland Garros con los triunfos de Rafa Nadal, Fernando Verdasco, Nicolás Almagro y Carla Suárez, que ya están en los octavos de final del Abierto de París.

Sin embargo, fue un día de contrastes, porque mientras los españoles ganaban y ganaban, en los vestuarios y la sala de jugadores se tramaba una nueva vuelta de tuerca en el enfrentamiento con Pedro Muñoz, presidente de la Federación Española de Tenis (RFET), con una nueva carta contra el directivo, pero que mostró la primera división entre los tenistas.

Lo mejor para los españoles estuvo, sin dudas, en las pistas parisinas, en las que hoy se presentarán David Ferrer ante el australiano Lleyton Hewitt y Tommy Robredo ante el checo Radel Stepanek. Nadal sumó su triunfo número 24 en otros tantos partidos en Roland Garros derrotando al finlandés Jarkko Nieminen por 6-1, 6-3 y 6-1. "Fue un partido normal. He jugado mejor, no increíble, pero mejor", señaló el manacorí, que pasó algunos problemas por las ampollas que volvieron a martirizarle su pie derecho. "Cambié la protección por precaución, para que no me pasara lo de Roma", explicó el balear.

El número dos del mundo, que no ha cedido un set en lo que va de torneo, afirmó estar "contento por la victoria contra un rival difícil como Jarkko Nieminen", ante el que nunca ha perdido.

Su rival de mañana será otro español, Fernando Verdasco, que se impuso al ruso Mijail Youzhny por 7-6 (7-5), 5-7, 7-5 y 6-1. "Es una victoria muy importante, porque he cumplido lo que venía a hacer, que es defender los puntos del año pasado", apuntó Verdasco, representante de la línea de los moderados en el enfrentamiento con Pedro Muñoz y rival ahora de Nadal, el líder de la tendencia más dura. El madrileño, vigesimosegundo cabeza de serie, será el cuarto zurdo consecutivo al que se enfrente Nadal en la actual edición del torneo.

El tenista mallorquín tiene una clara ventaja en los enfrentamientos personales entre ambos, ya que lo ha derrotado en las cinco ocasiones que han jugado, cediendo sólo un set entre todos los encuentros. "Daré todo, y si pierdo, qué se le va a hacer", indicó Verdasco, que arrastra una lesión en el astrágalo del pie derecho: "Hay momentos del partido en los que lo noto".

Otra gran sonrisa española del día fue la de Carla Suárez, una canaria de 19 años que está surgiendo con fuerza en uno de los principales escenarios del tenis mundial. "Estoy muy feliz y contenta por saber que me he clasificado para los Juegos. Estaba nerviosa, porque sabía que éste era un partido que podía ganar", destacó la española tras derrotar a la australiana Casey Dellacqua por 6-3 y 6-3. Su próxima rival será la italiana Flavia Pennetta, que superó a Venus Williams por 7-5 y 6-3.

Pero más grande aún que la sonrisa de Suárez era la de Almagro, protagonista de un gran partido ante el británico Andy Murray y de un pequeño show en su diálogo posterior con la prensa. Almagro, que superó a su rival por 6-3, 6-7 (3-7), 6-3 y 7-5, celebró con euforia el triunfo, arrodillándose sobre la arcilla parisina y haciendo el gesto de meterse un chupete en la boca, lo que llevó a Murray a preguntarle en el saludo en la red qué había querido significar exactamente. "Estaba dirigido a tres personas que van a ser padres. Una de ellas Sandra, una amiga... ¡Eh, no es mío!", dijo entre risas el tenista, que ahora se medirá en octavos de final al local Jeremy Chardy. Jugando a todo o nada, tal como es su costumbre, Almagro logró 21 aces y 64 golpes ganadores, contra 10 y 46 de su rival. "Siempre me han dicho que soy un jugador psicológicamente débil, que me iba de los partidos... Y quizás tenían razón. He trabajado mucho en eso, voy por el buen camino y nadie me va a sacar de la pista", reconoció el murciano, que cada vez tiene más cerca el objetivo de alcanzar un puesto en los Juegos Olímpicos de Pekín. Su reto personal.