La pelota de papel

Diferencias en torno a un clásico

  • El triunfal estreno liguero de Vilanova con el Barcelona contrasta con el enrarecido ambiente de Mourinho en el Madrid. Los ocho puntos de distancia colocan en jaque a los blancos antes de la cita del domingo.

El 7 de octubre, el próximo domingo para más señas, aparece marcado en la agenda de los dos grandes del fútbol español, Barcelona y Madrid, que dirimirán el primer clásico liguero de la temporada. Y el duelo llega con líneas divergentes con respecto a las últimas temporadas, con las dudas en el Barcelona, pese al estreno triunfal en la Liga de Tito Vilanova, y el ambiente enrarecido en el Madrid de José Mourinho, con las polémicas originadas en torno a Cristiano Ronaldo, Iker Casillas o Sergio Ramos.

No sólo en las gestiones del grupo o en el rendimiento de determinados jugadores, el clásico mantiene diferencias con los disputados hasta la fecha. Y es que la distancia de puntos entre ambos antes de enfrentarse en el campeonato liguero iguala con la mayor de la era de José Mourinho en el Madrid, aunque ahora sólo han transcurrido seis jornadas y prácticamente el conjunto madridista se juega buena parte de sus aspiraciones para revalidar el título.

Si en la temporada 2010-11, el técnico luso afrontó su primer clásico por encima del Barcelona y con un punto de ventaja, en la segunda vuelta del campeonato, y ya con 31 encuentros disputados, el Madrid se encontraba a ocho de distancia del equipo azulgrana, la misma que ahora en apenas seis partidos. Entonces, el clásico se resolvió con un empate a un gol, que dejó el campeonato decidido para los de Pep Guardiola, quienes ya habían vencido por 5-0 en la primera vuelta.

La pasada temporada, el primer clásico llegó en la jornada decimotercera, con el Madrid como primer clasificado con tres puntos de ventaja sobre su máximo rival, que salió reforzado del encuentro tras imponerse por 1-3 y colocarse como líder del campeonato. En la segunda vuelta, el equipo de Mourinho acudió como primero al Camp Nou y su victoria por 1-2 sirvió para sentenciar el campeonato, esta vez a su favor, al colocarse con siete puntos de ventaja sobre el Barcelona.

El mal arranque del Madrid en el presente campeonato lo conduce a acudir al Camp Nou como sexto clasificado, algo que no había ocurrido en toda la era Mourinho cuando siempre se habían enfrentado como primero y segundo de la tabla, y a ocho puntos de su rival, que con una victoria abriría una brecha prácticamente inalcanzable, salvo que ocurriera un derrumbe histórico.

En el apartado deportivo, Barcelona y Madrid acuden con situaciones diferentes con respecto a los últimos clásicos. El equipo de Tito Vilanova, pese a igualar el mejor arranque de un entrenador debutante en el Barcelona, con un pleno de victorias en las seis primeras jornadas, ha dejado algunas dudas por el camino. Sus apurados triunfos ante Valencia y Granada en el Camp Nou o ante Osasuna y Sevilla como visitante han dejado muestras de un Barcelona menos intimidatorio, aunque con la excusa de sus numerosas ausencias en la zaga, aunque parece que Puyol sí llegará para el partido del domingo.

De igual forma, el Madrid de Mourinho ha comenzado a ofrecer fisuras en la gestión del vestuario, un apartado donde siempre se elogió al luso, y ni la victoria ante su máximo rival en la Supercopa de España le ha servido para alejar los fantasmas de las diferencias entre parte del vestuario y su entrenador. Las acusaciones de éste tras las derrotas ante el Getafe y el Sevilla se reflejaron en la suplencia de Sergio Ramos ante el City en la Liga de Campeones, que creó un cisma en la plantilla madridista que se verá influenciado por lo que ocurra en el Camp Nou.

atlético, ¿alternativa?

El clásico del domingo llega también con una circunstancia exógena a Madrid y Barcelona, como la aparición de una alternativa a ambos en el Atlético de Diego Simeone, que se ha colocado como segundo clasificado con cinco triunfos y un empate en las seis primeras jornadas y una imagen de solvencia que ganó en autoestima con el apabullamiento del Chelsea en la Supercopa de Europa. El techo de este Atlético aún se desconoce, pero el hecho de no disputar una competición tan exigente como la Liga de Campeones lo deja como una alternativa con opciones de competirle a los dos grandes.

La llegada del clásico irá tomando cuerpo con el paso de los días, sobre todo cuando Madrid y Barcelona cumplan sus compromisos europeos, pero lo único claro es que llega con diferencias a los disputados desde que José Mourinho se sentara en el banquillo madridista. Nadie esperaba ocho puntos de distancia entre ambos equipos a estas alturas, por lo que el luso necesita un triunfo que lo devuelva a la Liga.

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