La soporífera cautela de Oriol Humet tiene a veces su razón de ser. En relación a la posible participación europea del Cajasol, así es. Aunque en el club se trabaja pensando en que esa opción es real, tampoco está claro que vaya a ser el equipo sevillano el premiado, incluso renunciando o desapareciendo el Akasvayu.

Esa premisa es básica, lógicamente, ya que los gerundenses son los realmente beneficiarios de ese derecho conseguido en la pista. Desde el propio patrocinador inmobiliario apuntaban ayer que la situación no es tan dramática como denunciaban las instituciones y consideran que el equipo podrá continuar en la ACB y quizás también en la Copa ULEB. Hasta el 30 de junio tienen de plazo para liquidar la deuda que ellos estiman en 6 millones.

Las opciones para el Cajasol pasan por la ausencia del Akasvayu de la parrilla de salida de la segunda competición europea de clubes. Obvio. Pero, a partir de ahí tampoco está tan claro que el derecho le sea dado al club hispalense. La propia ULEB es la encargada de designar al sustituto.

Si un español se cae, ¿debería entrar otro? Quizás sí, quizás no. La ACB tendría que presionar a la competición europea, que dirige un español -Jordi Bertomeu-, para que no se pierda ese derecho para los equipos españoles, que deportivamente han ganado nueve plazas repartidas entre la Euroliga y la Copa ULEB después de que el Barcelona, obteniendo su pase a la Euroliga al llegar a la final de la ACB, otorgara otro puesto más en la ULEB, del que salió favorecido el Gran Canaria.

No sólo el Cajasol, que está dispuesto a embarcarse en el proyecto continental, aspira a competir en la ULEB. De hecho, le toca pelear con duros rivales. La competencia es fuerte. Por ejemplo, el Unics Kazan ha quedado sexto en la liga rusa y no opta a plaza europea. Es un club con dinero y que en la ULEB ha dado que hablar tras ser semifinalista hace dos temporadas y entrar en la Final a 8 en la pasada. Además del poder económico de los ex soviéticos, también está en una situación similar el Hapoel Jerusalén. Los hebreos han terminado en una decepcionante sexta posición en Israel -por cierto, noticia: no ganó el Maccabi Tel Aviv sino el Holon- y fueron campeones de la Copa ULEB en 2004. Ambos pueden recibir invitación para jugar y podría ser la vacante que dejaría el Akasvayu.