Tenis

España conquista su tercera Copa Davis

  • Verdasco da el punto definitivo al equipo español tras vencer al argentino José Acasuso en el cuatro partido por 6-3, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1 · Es la primera Davis que España gana en campo rival.

España conquistó este domingo su tercer título de la Copa Davis al derrotar a Argentina en la final gracias a un agónico triunfo de Fernando Verdasco sobre el argentino José Acasuso.

El español logró doblegar al argentino en el cuarto partido de la eliminatoria por 6-3, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1 para darle su primera victoria a domicilio en una final de la competición a España.

El nuevo héroe de la Davis española comenzó bien el crucial encuentro. Luego perdió dos sets tras notar la presión de la hinchada argentina ( que se cebó con él en los dos partidos que ha disputado hasta con cánticos personalizados) y acabó deshaciendose de su rival y los ruidosos aficionados con un juego inteligente de desgaste e insistencia en el revés, con el que reventó literalmente al falto de ritmo chuco Acasuso.

Los cerca de diez mil espectadores del estadio Islas Malvinas de Mar del Plata, que propiciaron un ambiente infernal y a veces antideportivo durante las tres jornadas, terminaron aplaudiendo a los campeones españoles, que suman ya su tercer título en ocho años tras los conseguidos en 2000 en Barcelona y el de 2004 en Sevilla.

El lado amargo de la final lo pone Argentina. La derrota supone la perdida de su tercera oportunidad de agenciarse la copa tras las finales de Cincinnati 1981 y Moscú 2006. Fue, además, su primera derrota como local desde 1998.

Un combate de ida y vuelta

Los nervios marcaron el partido de Verdasco. El marcador se movió como una montaña rusa. De un lado, el talento del desgarbado Acasuso, 190 centímetros de un tenis no del todo explotado. Del otro, el fuerte y orgulloso Verdasco, menos talentoso, sí, pero dispuesto a aprovechar cada resquicio que el tenis le ofrezca. Lo mismo que hace  también fuera de la cancha, donde es el flamante novio de la bella tenista serbia Ana Ivanovic.

Verdasco, 16 del mundo y sustituto del deprimido David Ferrer, quebró el saque argentino para ponerse 4-2 mientras que extrañamente Acasuso no mostraba la energía esperable en uno de los dos partidos más importantes de su vida.

Pese a que el argentino dispuso de un punto de break con Verdasco sirviendo 5-3, el set se fue para España en 35 minutos tras una derecha larga del anfitrión.

Acasuso, 48 del ranking, se despertó entonces poco a poco y Verdascó sintió la presión al entregar con dos dobles faltas su servicio para darle al argentino una ventaja de 2-0 en el inicio del segundo set.

Acasuso comenzó a asumir el control del partido, consciente finalmente de que estaba jugando sobre una superficie veloz, y no en la arcilla que tanto le gusta. Ajustó sus golpes, atacó la pelota y el partido cambió.

El banco argentino era tensión pura. David Nalbandian y Agustín Calleri observaban el partido juntos y en cada tanto intercambiaban alguna sonrisa, imagen-desmentido al altercado que habrían protagonizado el sábado tras caer en dobles. Separado de ellos por tres integrantes del cuerpo técnico, Juan Martín del Potro seguía el choque que él debió jugar de no haberse lesionado.

Demasiados regalos en el saque

Verdasco contribuía a la resurrección de Acasuso encadenando una llamativa cantidad de dobles faltas, mientras la hinchada argentina contagiaba incluso al palco oficial con sus cánticos sin tregua.

Hasta que Acasuso volvió a fallar con su saque, y en vez de adelantarse 5-2, quedó 4-3 con Verdasco respirándole en la nuca. Minutos depués Acasuso apretaba el puño y saltaba al quebrar para 5-3: igualar el partido estaba en su mano.

Pero no. Otro saque roto, más incertidumbre en un fin de semana marcado por las a veces increíbles oscilaciones en el marcador. Cinco iguales, ¿quién se llevaría el set? La respuesta llegaría en el tie break.

Allí Acasuso se jugó la vida y obtuvo el premio por ello: 7-3 y todo igualado tras 99 minutos de partido.

El chucho se fue al vestuario, mientras Verdasco se quedaba en su banco y la barra brava -si es que eso existe en tenis- enfrente, le dedicaba un cántico personalizado: "!Lo damos vuelta!".

El segundo punto del tercer set pareció darles la razón. Verdasco conectó un smash que, desde el último rincón de la cancha, Acasuso devolvió con violencia para poner la pelota en el ángulo opuesto.

Euforia argentina, Acasuso ya era otro, y el sueño de un quinto punto con Nalbandian en la definición se acercaba, porque Verdasco entregaba su servicio con su séptima doble falta.

El argentino llevaba ganados apenas cinco partidos desde el US Open, pero este domingo, tras los nervios y las ataduras iniciales, demostró entender que a sus 26 años estaba jugando el partido de su vida, una revancha de aquel que no estuvo lejos de ganar al ruso Marat Safin en el quinto punto de la final de 2006 en Moscú.

Tras quebrar en el inicio del tercer set el 4-2 de Acasuso se transformó en 4-4 con un valiente Verdasco que se comió los espacios hasta definir en la red. Pero una furiosa derecha paralela en devolución situó al argentino con 5-4 y su saque ante el delirio del público.

Con un ace a 208 kilómetros por hora Acasuso se llevó el 6-4 tras dos horas y 35 minutos de juego. En el cuarto salió impulsado por la confianza que le daba estar en ventaja, pero un par de errores le costaron su saque y Verdasco vio repentinamente la luz al servir 4-2.

El juego de desgaste, la clave

Con el inicio del cuarto set, Verdasco empezó a hacer caso de su capitán y buscó constantemente el revés del argentino. Acasuso no estaba muy seguro de su golpe y siempre buscaba el golpe de derecha acomodando el cuerpo, pero muchas veces llegaba tarde y casi sin fuerza para devolver la pelota. El español se dio cuenta del desgaste físico de su rival y comenzó a moverlo por la pista hasta dejarlo sin aliento.

El argentino comenzaba a ser consciente de que no tenía fuerzas para afrontar con garantías un quinto set, por lo que empezó a buscar puntos ganadores con ansiedad, intentos que la mayoría de las veces acaban en errores.El  chucho perdió su saque al principio del cuarto set. Verdasco lo aprovechó y se impuso hasta servir 5-3. Con un drive furioso nacido en su zurda se llevó el set por 6-3. Tras tres horas y 20 minutos de juego, el quinto set definiría todo, incluso quizás el nombre del campeón.

El argentino fue atendido por el masajista en la zona abdominal en el comienzo de un set que abrió perdiendo el saque, desventaja de la que ya nunca se recuperó. Estaba cansado. Se arrastraba por la pista, aunque a veces sacaba un golpe de orgullo para levantar a la ya casi apagada afición. Era el principio del fin argentino y el inicio del festejo español. Una implacable derecha paralela de Verdasco marcó el estallido del inesperado triunfo de un equipo que ahora se sabe capaz de ganar incluso con Rafael Nadal lesionado y de vacaciones. Comenzaba una fiesta por la que nadie apostaba.

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