La selección española femenina de balonmano no pudo romper los pronósticos y puso fin a su andadura en el Mundial de Alemania, después de caer derrotada frente a la todopoderosa Noruega en los octavos de final (23-31).
Una clara derrota que no puede ensombrecer el buen papel del equipo español en un Campeonato del Mundo en el que la nueva hornada de guerreras a la que dio entrada Carlos Viver dejó más detalles positivos que negativos, lo que hace vislumbrar un esperanzador futuro.
Incluso ante Noruega, la vigente campeona mundial y europea, el conjunto español dejó pinceladas que obligan a tener paciencia con un renovado equipo, que si dejó algo claro en Alemania es que no ha perdido el carácter competitivo, el gen guerrero que ha permitido a España hacerse en los últimos años un hueco entre la élite internacional. Una competitividad que permitió a la selección española rehacerse de un mal inicio de partido, pero que no pudo evitar la derrota final.
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