¿Desaceleración o crisis? El debate terminológico que sacude a la economía mundial se ha trasladado a la Fórmula 1 en España por culpa del moderado pero real descenso de espectadores respecto al pasado año para ver el Gran Premio en Barcelona.

Los organizadores del Circuito de Cataluña creen que el domingo habrá entre 8.000 y 10.000 personas por debajo del récord de 2007, cuando el ídolo local Fernando Alonso pugnaba por el campeonato tras dos títulos seguidos y aún vivía un sueño dentro del equipo McLaren.

La disminución, no excesivamente alarmante, conduce a un debate semántico sobre cómo etiquetarlo. La novedosa carrera en Valencia en agosto y el mal momento de Alonso, lejos de poder pelear por el título, pueden explicar el freno. "Escapo de la obsesión de ser más cada año, porque llegará un momento en el que no se puede", dijo Ramón Praderas, director general del circuito.

"La venta de entradas va sobre la marcha que teníamos prevista. Tener 125.000 ó 130.000 espectadores lo firmarían muchos circuitos europeos. El año pasado fuimos el número uno con 140.700, creo que este año estaremos entre los primeros", replicó ante las voces que alarman.

Desde que hace un año se anunciara que en agosto Valencia duplicará la oferta española de Fórmula 1 con un atractivo circuito urbano, desde Barcelona se juega a la defensiva ante el temor a perder cuota de espectadores. "Si la carrera en Valencia fuera el domingo siguiente, diría que sí afecta, pero es dentro de cuatro meses. Es un circuito completamente diferente", afirmó Praderas.

Praderas quiere aprovechar la Alonsomanía para fidelizar a más afición y es consciente del beneficio que supone que el español sea competitivo. "Hace cuatro o cinco años tampoco estaba delante y teníamos entradas de 60.000 ó 70.000 personas. Si además de Fernando tenemos dentro de poco otro piloto español, registraremos llenos completos", dijo.